sábado, 31 de octubre de 2015

Argentina: Balance y perspectivas – Por S.E. el Señor Caballero Comendador Dr Don Guillermo Lascano Quintana; Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén.






Bandera de la Hispanidad en las Américas, 
adoptada como símbolo de las Américas 
por la séptima conferencia internacional 
Americana de Montevideo 
el 13 de diciembre de 1933.

Cerca de fin de año siempre resulta útil hacer un balance – en este caso político – de lo acontecido, principalmente para analizar sus consecuencias y hacer previsiones para el futuro.

Lo primero que salta a la vista es que este fin de año marca también el fin del ciclo iniciado el 25 de mayo de 2003, cuando asumió la presidencia de la república Néstor Kirchner. Esa ordalía está terminada. El declive en el que está el gobierno de su sucesora, marcado por la derrota electoral del 28 de junio, es una realidad ineluctable. No creo necesario abundar en las razones de esta afirmación pues están a la vista y resultan confirmadas por los manotazos de ahogado que despliega el gobierno y sus aliados, que cada vez son menos.

Si, me parece que vale la pena enfocar el balance en las consecuencias del actual estado de cosas en materia política, para enfrentar el porvenir inmediato y sentar las bases para el mediato.

Ello teniendo en cuenta que el camino será arduo, no sólo por la magnitud de los problemas que enfrenta la Argentina; también por que su principal enemigo, es decir el gobierno y sus aliados, aún tienen “poder de fuego”. Frente a los estertores del régimen agonizante no hay que perder la calma ni confundirse: el futuro está en manos de los argentinos y no del puñado de resentidos, ignorantes, herederos del terrorismo de los años 70, que hoy gobierna.

Lo primero que hay que hacer, es analizar las grandes cuestiones pendientes, es decir, la pobreza, la inseguridad, la educación y la salud públicas, despojados de preconceptos o prejuicios ideológicos. Naturalmente habrá que analizar también y luego proponer cambios en temas tan importantes y trascendentes como la defensa nacional y la reinserción de nuestro país en el mundo, en concordancia con sus intereses permanentes.

Pero para hacer ese análisis, hay que sincerarse y aceptar, sin condicionamientos, el orden jurídico que emana de la Constitución Nacional. La nuestra, de acuerdo con su texto, es en república federal, democrática y representativa, no el mamarracho en el que nos han sumido los actuales gobernantes, con legisladores que son marionetas, jueces claudicantes y gobernadores mendicantes. Hay que volver al imperio del derecho, impidiendo el desmadre social consentido y hasta impulsado por los actuales gobernantes.

Hay que recordar que le pueblo no delibera ni gobierna: lo hacen sus representantes. Y en esto hay que ser también muy claro y terminante: la ausencia casi extrema, de partidos políticos organizados, que además de funcionar democráticamente deben ser cenáculos de elaboración de plataformas y escuela de ciudadanía y de dirigentes, nos coloca en una posición muy débil. Hay que reorganizar en serio, tales vehículos imprescindibles de la república democrática y garantizar la pureza del sufragio, devolviendo el prestigio perdido a la noble tarea de interesarse por lo público.

Si todos cumpliéramos, con lealtad y patriotismo, las reglas constitucionales, la vida en comunidad sería menos conflictiva y más productiva de lo que, hasta hoy ha sido.

La libertad de expresión, la libertad política, la garantía del derecho de propiedad, no son cuestiones negociables. Son de la esencia de la nación que nos legaron quienes nos precedieron hace casi dos siglos,

Finalmente hay que reconciliar a los ciudadanos. Ningún proyecto será posible sin la armonía que nace de la ilusión común de ser partícipes de aquel. El pasado, por doloroso que sea, debe ser puesto en su lugar, para evitar recaer en sus vicios, que fueron de todos los argentinos, no sólo de aquellos que hoy, injustamente, pagan con cárcel y procesos inicuos, los pecados colectivos.

Quiera Dios iluminar a los argentinos en esta hora difícil de su historia y darles la sabiduría necesaria para que, en el año del Bicentenario de la Revolución de Mayo, retomen el camino trazado por los fundadores de la Nación.

Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén

*Nació en 1943 y se recibió de abogado, en 1967, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, de la que fue profesor de Derecho Constitucional. Desde entonces trabajó como abogado en forma independiente. Es coautor del libro "Contrato de Seguros". Ha sido miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Derecho de Seguros y del Club de Abogados de Seguros. Fue fundador y primer director del Instituto de Derecho de Seguros del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Ha participado de numerosos congresos sobre derecho de seguros, en la Argentina y en el exterior. Ha publicado trabajos sobre esa especialidad, en el diario El Derecho y en The International Journal of Insurance Law y lo hace habitualmente en la revista Estrategas. Es miembro del Tribunal de de Disciplina de la Asociacion Argentina de Compañías de Seguro. Se desempeñó, hasta 2006, como director y presidente del directorio de La Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A. miembro de American International Group (AIG). Es miembro de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén.



       www.ordendeloyola.com

Las universidades jesuitas deben ser agentes de cambio.





Bandera de las Américas, adoptada como símbolo 
de las Américas por la séptima conferencia 
internacional Americana de Montevideo 
el 13 de diciembre de 1933.



Ser agentes de transformación social es una de las preocupaciones que comparten las instituciones educativas de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), señaló José Morales Orozco, SJ, rector del ITESO durante la celebración del Día Ausjal.
Morales Orozco retomó la invitación que Peter Hans Kolvenbach, SJ, (Padre General de la Compañía de Jesús de 1983 a 2006), hizo al afirmar que las universidades de la Compañía de Jesús deben ser fieles al sustantivo universidad y al adjetivo jesuita.

El Rector enfatizó, durante la actividad efectuada el pasado martes 27 de octubre en el Auditorio A,  que las universidades de Ausjal están inmersas en un contexto particular, donde existen inequidad, corrupción, impunidad, crimen organizado y violencia.

Arturo Reynoso, jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, señaló que las universidades de Ausjal deben identificar los procesos culturales, políticos y sociales que dieron origen a situaciones de violencia, por ejemplo.

“La violencia en el país no empezó hace cinco años, ni hace diez años, ni hace 20 años”, señaló Reynoso, quien agregó que es un efecto de las personas que se quieren formar que estas sean “integrales, tienen que ser capaces de preguntarse más allá, no quedarnos solamente con la foto de la realidad”.

Tras remarcar que el ser jesuitas es lo que distingue a las instituciones educativas de Ausjal  de otras universidades, Morales Orozco recalcó que en la asociación también existe una preocupación constante de calidad académica y de pertinencia social.

“Una calidad académica que esté enfocada siempre a la transformación social, que tenga impacto social”, sentenció.

¿Qué implica ser una universidad jesuita en América Latina?, preguntó Juan Carlos Núñez, titular  de la Dirección de Integración Comunitaria, quien fungió como moderador de la discusión entre ambos jesuitas.

“El padre (Ignacio) Ellacuría, SJ decía que cada universidad debe ser un proyecto social, y una red de universidades debe ser también un proyecto social, tenemos que estar muy atentos al contexto concreto en el que estamos situados para ser agentes de transformación social”, dijo Morales Orozco.
El también ex presidente de Ausjal, señaló que existe una red dentro de la asociación que trabaja en los ámbitos de la desigualdad, la pobreza y el medio ambiente en las universidades jesuitas.

Retos de las universidades jesuitas


El Rector del ITESO indicó que el reto de las instituciones educativas confiadas a la Compañía de Jesús es interconectar las redes de universidades jesuitas de América Latina, Europa, África, India, Asia-Oriental.

“Hay problemas globales que tienen que ser abordados globalmente, como decía el Padre General (Adolfo Nicolás). Uno de ellos es la injusticia, la pobreza es otra de ellas, el diálogo con las culturas y finalmente el problema ecológico. Esos tienen que ser abordados mundialmente por las universidades jesuitas”.

¿Hasta dónde podemos incidir, qué tanto hemos logrado en esta misión de las universidades jesuitas?, cuestionó Núñez.

Uno  de los grandes retos que tienen las universidades es medir el impacto de sus acciones en relación con la incidencia en políticas públicas, respondió Morales.

El Rector señaló que las instituciones de educación básica, media superior y superior son medios de la Compañía de Jesús a través de los cuales puede realizar su misión.

“Para nosotros el ITESO no es sólo una universidad, sino es una obra apostólica de la Compañía de Jesús, y estamos convencidos que a través de  ella podemos vivir nuestra misión como jesuitas”, concluyó el Rector.

Nuevo Congreso, nueva política exterior. Por Juan Pablo Laporte.



Cada ciclo histórico que termina muestra un legado institucional determinado, y cada gobierno que finaliza deja una impronta de liderazgo particular.


En la Argentina democrática, estos ciclos tienen la característica de que el presidencialismo se acentúa de manera exacerbada y deja el sistema institucional más debilitado. Esto no hace más que desamparar los derechos de los ciudadanos frente al Estado, condicionar el federalismo, desequilibrar el diseño republicano, erosionar el sistema de partidos y reforzar una política exterior más dependiente de una persona y su entorno.  


Esta fragilidad institucional hace que el Congreso se encuentre actualmente en un estado de cuestionamiento, como lo demuestran la ciencia política y los relevamientos cualitativos de la opinión pública en las investigaciones sobre este poder del Estado.


El presidencialismo más pronunciado en desmedro del Legislativo en este ciclo que se cierra ha construido un modelo transitorio y endogámico en vez de políticas de Estado hacia un desarrollo sustentable en armonía con el mundo, verdadera razón de la política exterior y la diplomacia.

En este sentido, el gobierno que se inicia deberá balancear sus alianzas internacionales generando un equilibrio con el resto del mundo, dándole al Congreso un espacio de legitimación en la construcción de acuerdos de política internacional a largo plazo.

A partir del 10 de diciembre, la mayoría legislativa que acompañe las decisiones del nuevo presidente y los bloques de la oposición tienen el desafío de diseñar, con voluntad política y acuerdos estructurales y matriciales, una diplomacia parlamentaria que cumpla con al menos seis requisitos fundamentales.

Primero, que las decisiones de política exterior sean el fruto de un consenso político amplio y participativo surgido de la argumentación y el consenso parlamentario, reforzando la democracia deliberativa.

En segundo lugar, dada la complejidad y la interdependencia del mundo, el Congreso deberá equilibrar el poder presidencial y ser el soporte de los temas de la agenda internacional.

Tercero, permitir que el Congreso sea el lugar de las expresiones de las provincias en sus necesidades de inserción en el mundo, reforzando el federalismo y potenciando las economías regionales hacia el exterior.

En cuarto lugar, que la corresponsabilidad del Congreso en materia internacional se transforme en un fuerte control de las decisiones del Ejecutivo, dando previsibilidad y confianza, pilares del Estado de derecho y los compromisos internacionales.
Quinto, constituir una carrera profesional parlamentaria que sustente cada debate y cada proyecto de ley, declaración o resolución con la excelencia académica y la técnica legislativa a la altura de los nuevos desafíos.

Por último, que la participación argentina en todos los foros internacionales tenga su contraparte legislativa, dando solidez y continuidad a la política exterior a partir de una fluida y permanente relación entre los legisladores y los congresos del mundo.

La diplomacia parlamentaria tiene el desafío, en el ciclo institucional que se inicia, de generar las condiciones para que las fuerzas productivas del país se orienten hacia el mundo para aprovechar todas nuestras potencialidades.

Una política exterior legislativa que comprenda la verdadera naturaleza del sistema de poder internacional, concentrando todas las capacidades y talentos en construir un futuro de integración y crecimiento.

Si comprendemos la importancia de esta diplomacia de los congresos podremos modificar las fallidas políticas internacionales mantenidas hasta el momento y dirigir nuestros esfuerzos a fortalecer los acuerdos de largo plazo para un desarrollo con equidad.

BALOTAGE, 22 de noviembre 2015. Por S.E. Adolfo vasco Zabalza OCSSPSIL.




Sigue firme la gilada
discutiendo la elección
que en esta nuestra nación
entre dos está entablada,
las flechas envenenadas
se cruzan por el camino,
buscando como destino
ensuciar al contrincante,
y en forma nada elegante
hablan de él con desatino.-

Paren la mano señores
déjense de criticar,
vayan todos a votar
sin odios ni resquemores,
esos son grandes valores
que todos deben tener,
saber ganar o perder
refleja lealtad y hombría,
y no insultarse a porfía
como todos pueden ver.-

Me causa mucho dolor
ver amigos discutiendo
por quienes van defendiendo
según su “palo” o color,
es muy palpable el rencor
y grande la virulencia,
que vemos con gran frecuencia
en medios informativos,
o en las calles ver amigos
que han perdido su conciencia.-

El pueblo al final dirá
Quien ha de ser Presidente,
y no el comentario hiriente
que en las sombras quedará,
gane quien gane será
nuestro nuevo Mandatario,
y ha de olvidar los agravios
buscando la unión ansiada,
por todo un pueblo deseada

viernes, 30 de octubre de 2015

Cicatriz y Marca Argentina. Por S.E. Cab Gran Cruz Dr. D Ricardo Vanella, OCSSPSIL.



Las marcas inducen al público a asociar conceptos; este dispositivo, basado en el fenómeno denominado memoria asociativa, es la clave para el posicionamiento estratégico de un producto, de una empresa o de un país. Todo cerebro en condiciones de percibir a través de los sentidos y con las funciones neuronales y sinápticas más o menos en orden, responde inexorablemente a ese mecanismo. Dicho de otra manera, detentar un posicionamiento estratégico no es una opción: se lo induce, se lo direcciona, o bien éste toma formas y matices al azar, espontáneamente y hasta de modo distorsionado. 

La marca se expresa a través de símbolos y señales; en una de sus acepciones, por ejemplo, la señal que deja una herida cerrada es, justamente, una marca. 

Todas las naciones tienen una marca, como todas ellas han tenido heridas; muchas han sabido curarlas, generando como fruto una “buena marca”, al contrario de aquéllas cuyas llagas no logran sanar. 

En términos generales, las cosas no suceden por casualidad, por buena o mala suerte. El hecho de que la imagen de la Argentina -inclusive para los propios nacionales- se asocie a conceptos tales como confusión, incertidumbre y desconfianza, es la consecuencia de una concatenación histórica que refleja un hilo conductor, común denominador que ha sido y es, en gran medida, la discordia. 

En el comercio existe un precepto, bastante comprobado, que indica que ningún vendedor consigue mercadear algo en lo que ni él mismo cree. ¿Podría acaso, de frente a la gente, convencerla acerca de la firmeza de una marca que en verdad es todavía una herida inconclusa? 

Ernesto Sábato señaló que “La Historia no es mecánica, porque los hombres son libres para transformarla”; a condición, agreguemos, que tomen conciencia de un escenario propicio y que, finalmente, deseen hacerlo. 

La vida enseña que aprendemos en la bonanza y en las dificultades nos forjamos. La secuencia bicentenaria de conflictos y divisiones podría alguna vez terminarse, lo que estimularía una percepción de aplomo, lucidez, previsibilidad y confianza, respecto de nuestro país. ¿Hacia quiénes? Si pensamos que 3.000 años antes de Cristo, en el Antiguo Egipto, ya se hablaba del Principio de Correspondencia, según el cual, operando en nuestra realidad interna influenciamos nuestro mundo externo y viceversa, es válido imaginar que alcanzar una convergencia interior nos llevaría igualmente a lograrla con el mundo que nos rodea, incluyendo compradores, inversores y socios extranjeros. En ese entonces, será viable una buena Marca Argentina

Que no haya sido posible cerrar las heridas hasta ahora, quizás no signifique fatalmente que no pueda suceder algún día. Después de todo, así como nadie determinó aún a ciencia cierta que "el hombre es el lobo del hombre", queda esperanza de que "el argentino no sea el lobo del argentino". 

Copyright  © 2015 by Ricardo Vanella. Todos los derechos reservados. 

Ad Majorem Dei Gloriam

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