sábado, 23 de mayo de 2009

NORMAS PARA ACTUAR EN DESASTRES. Por el señor Cte Pr (R) Prof Dr D Carlos Gustavo Lavado Roqué Ph.D.





Evaluación Rápida de Necesidades
.
Inmediatamente después de que se presenta un desastre, las actividades de evaluación de las necesidades que enfrenta la población, deben formar parte de la atención integral que las Autoridades nacionales encargadas, estén dándole a la situación general. La atención integral debe estar bajo la dirección de un órgano nacional único. Esta instancia debe de preferencia, estar integrada con anterioridad a la presentación de un evento, y contar con personal capacitado, con experiencia e instrumentos adecuados y probados para la labor que deberá desarrollar durante la emergencia. La prontitud con que se establezcan estas necesidades inmediatas definirá la velocidad de la respuesta. La calidad de la evaluación definirá la efectividad de las acciones. En estos casos, ser eficientes implica ser oportunos y resolutivos. La experiencia en la mayoría de países, es que estas evaluaciones no se hacen, o por lo menos no en forma adecuada. Esto crea un desorden en la atención de la situación, que redunda en insatisfacción de los afectados, de los donantes y en agravamiento de las secuelas del evento. Sucede con frecuencia que se permite el ingreso de donaciones tanto internas como del extranjero que no son necesarias. También el hecho de que se retarda la respuesta que las comunidades están esperando y necesitando en las primeras horas. Muchas veces se complica tanto la situación, que aún transcurridas varias horas después del evento, las poblaciones no han recibido la ayuda necesaria.

Principios Básicos Para una evaluación efectiva· La evaluación debe ser realizada en las primeras horas que siguen al evento, en forma ordenada y bien coordinada.

· La información debe incluir tres áreas principales:

a. Sobre la calidad de vida del damnificado: determinar cuál es la región geográfica afectada; su población; las áreas de acceso; medios de transporte; sistemas de comunicación; disponibilidad de servicios básicos (agua, luz, comunicación, instalaciones sanitarias, viviendas, refugios); disponibilidad de alimentos.

b. Sobre el alcance de los daños: determinar el número de muertos; número de heridos; número de desaparecidos; número de desplazados y su ubicación; situación y capacidad de las instalaciones de salud; las necesidades urgentes y los recursos humanos y materiales con que se cuenta en la zona.

c. Sobre los peligros secundarios para la salud de la población.: identificar cuáles podrían ser las posibles amenazas que tenga la salud de la población . Esta información no se requerirá en forma tan inmediata como los dos puntos anteriores.

· Mantener informada a toda la población sobre los cambios que se vayan presentando en la situación. · Mantener informada a la comunidad internacional y a los posibles donantes sobre los diferentes aspectos que se presenten. · Organizar adecuadamente la recepción de donaciones y adquisición de recursos necesarios.

Qué hacer?

· En los primeros días, la recolección de la información debe ser simultánea a la provisión de socorros. · Utilizar información cierta, de acceso fácil y resumida de preferencia en cuadros, gráficos, mapas. · Ser muy específicos a la hora de promover la donación de los recursos que hagan falta para el mejor manejo de la situación. · Para la recolección de la información se pueden utilizar las siguientes fuentes: observación, que puede ser por tierra o por aire, si se cuenta con los recursos; de la comunidad, personal de socorro, prensa, etc.; y de informes previosexistentes.
· Mantener un sistema de información ágil, para la comunidad nacional e internacional. · Suministrar los datos recolectados a los cuerpos de socorro, y al personal encargado de recolección de donativos.

Qué hay que evitar?

· Promover o secundar las solicitudes o donaciones internacionales de insumos que no estén en la lista de necesidades que fuera preparada por el equipo respectivo. · Caer en la tentación de hacer informes que exageren la magnitud de los daños, y por ende, de las necesidades reales. · Esconder, manipular o alterar los datos recolectados.

Después de un Desastre, se Debe...

Consultar con los coordinadores de desastres en el sector salud de cada país, para obtener información acerca de las necesidades sanitarias después del desastre. En cada país de América Latina y el Caribe hay un coordinador designado para casos de desastre en el sector salud. Después de un desastre, este coordinador hará una evaluación, en cooperación con la OPM/OMS y las ONG interesadas, para determinar cuales son las necesidades en materias de salud. No se debe empezar a juntar suministros de ayuda mientras no se posea esta información.

Siempre que sea posible, donar el dinero en efectivo o brindar crédito directamente a las autoridades nacionales de salud o a las agencias internacionales, o bien canalizarlo a través de agencias privadas bien establecidas. La mayoría de los suministros que se necesitan después de un desastre pueden adquirirse localmente o en los países vecinos. El dinero en efectivo también puede emplearse para restablecer las condiciones de atención de salud al nivel anterior al desastre, así como para reemplazar los recursos nacionales que se desviaron de los programas esenciales y fueron utilizados para la emergencia.

Ayudar a los países durante las etapas de preparación, rehabilitación y reconstrucción. Desafortunadamente, en raras ocasiones los desastres despiertan el interés periodístico una vez que la fase de emergencia inmediata ha terminado. No obstante, después de un desastre, el país afectado agota gran parte de sus recursos financieros y materiales, por lo que, más tarde, necesitará aún más ayuda internacional para llevar a cabo las reparaciones y la reconstrucción.

Coordinar los esfuerzos de los equipos de evaluación independientes o de las misiones de investigación con sus contrapartes del país afectado y con otras agencias.
.
NO FOMENTAR EL ENVÍO DE...

Ropa usada, zapatos, etc: en la mayoría de los casos, la comunidad local proporciona más que suficiente como para satisfacer la demanda. Es más económico, conveniente y sanitario adquirir estos artículos localmente que enviar prendas usadas. Remitir las donaciones de esta clase de asistencia a las casas de caridad o a las agencias voluntarias locales.
.
Alimentos caseros: lo mismo para los productos alimenticios. Un desastre probablemente no causará escasez alimenticia a nivel nacional en América Latina y el Caribe, aunque los medios de comunicación internacionales destaquen ciertos problemas locales de distribución.
.
Medicamentos de todo tipo: estos artículos son, tanto desde el punto de vista médico, como del legal, inapropiados. Los productos farmacéuticos ocupan espacio necesario, desviando la atención del personal médico de otras tareas más urgentes, para clasificarlos y etiquetarlos.
.
Sangre y derivados sanguíneos: no se necesita tanta sangre como la gente imagina. Usualmente, los donantes de sangre del país afectado cubren las necesidades de las víctimas. Además, este tipo de donación no es apropiada porque requiere controles de calidad y de seguridad, tales como la refrigeración o el examen selectivo para la detección del VIH.
.
Médicos, personal asistente o equipos: los servicios locales de salud pueden prestar la atención médica de emergencia necesaria a las víctimas del desastre, debido a que la mayoría de los países tienen una cantidad relativamente alta de médicos.
.
En caso de necesitarse ayuda internacional, los países vecinos se encuentran en mejor posición para prestarla en las primeras 24 horas. Las excepciones son los especialistas de alto nivel que han sido solicitados específicamente por el Ministerio de Salud. A los médicos o al personal asistente extranjero que que ni saben el idioma ni conocen las condiciones locales se les debe exhortar a quedarse en sus países.

Hospitales de campo, unidades médicas modulares: hay que tener en cuenta que esta clase de equipos solo están justificados cuando satisfacen las necesidades a medio plazo; no deberían aceptarse a menos que sean parte de una donación. Las especificaciones de los equipos, tales como peso, volumen, y costos de envío e instalación deben entregarse al Ministerio de Salud para que puedan decidir si serán, o no, de utilidad.

OBTENER MAYOR INFORMACIÓN SOBRE DONACIONES DE.

Equipo médico usado: deben proporcionarse especificaciones. Si el valor del equipo lo justifica, un técnico del país donante o de una agencia internacional como la OPS/OMS o la Cruz Roja puede organizar una inspección antes de enviarlo.

Equipo nuevo: cuando se consideran estas donaciones, hay que tener en cuenta el costo de envío por avión y la disponibilidad de repuestos. La mayoría de los fabricantes están dispuestos a esperar varios días para permitir que los países consulten con el Ministerio correspondiente.

Tiendas de campaña: muchos países poseen una gran cantidad de tiendas de campaña de fabricación nacional. Los fondos que los donantes están dispuestos a gastar para adquirir y enviar por avión estas tiendas de campaña podrían aprovecharse mejor comprando materiales de reconstrucción en el país donde ha ocurrido el desastre.

Vacunas: por lo general, ni se necesitan ni se aprueban por el Ministerio de Salud. Se debe controlar la presentación, las dosis, la fecha de expiración e informar al Ministerio de Salud, o consultar con la OPS/OMS.

Organización de los Servicios Médicos


La organización de los servicios médicos dependerá del tipo de desastre, su magnitud y su ubicación. Es preciso tener en cuenta la estructura del sistema sanitario nacional y regional para que los recursos disponibles se aprovechen debidamente antes de pedir refuerzos. Es necesario cumplir con las normas mínimas de organización y coordinación entre los trabajadores sanitarios de socorro y las autoridades políticas en el país. Los centros principales que prestan asistencia en condiciones normales serán más importantes durante un desastre, ya que la demanda que se genere exigirá una respuesta inmediata y más intensa que la acostumbrada.

Los centros asistenciales deben seguir prestando atención a los enfermos hospitalizados y las enfermedades corrientes, además de los heridos del desastre, y continuar interviniendo en la prevención de riesgos futuros y en materia de salud pública en general. En épocas normales es ideal que servicios médicos y otras funciones formulen un plan general de emergencia por actividad, que se pueda poner en práctica durante el desastre, a fin de ahorrar tiempo de respuesta. El funcionamiento de la estructura orgánica formal del sistema y los servicios asistenciales se suspende automáticamente durante un desastre y es reemplazado por una organización funcional de equipos de trabajo en diferentes ámbitos:
· Socorro a las víctimas, atención a los heridos, manejo de cadáveres, que son actividades integradas a cargo de las autoridades locales. · Hospitales de campaña, si fueran necesarios, cuando la infraestructura esté sobrecargada (véase: "Los hospitales de campaña en casos de desastre"). · En los establecimientos de salud, cada centro hospitalario debe contar con un comité de emergencias que se convierta en la estructura funcional, con: · equipos de atención hospitalaria y en dispensarios designados, zonas de refugiados y hospitales de campaña, entre otros; · servicios de apoyo de diagnóstico (laboratorios clínicos, bancos de sangre, radiología, patología o depósito de cadáveres, farmacia, trabajo social y personal voluntario, de la comunidad, la Cruz Roja y las ONG); · apoyo administrativo para mantenimiento, comunicaciones, transporte de víctimas y personal, alimentación de personal y pacientes, estadísticas, información para el comité central, suministros, seguridad, lavandería, esterilización, caja chica o tesorería para emergencias. · Procede nombrar un coordinador nacional de servicios médicos, asociado al comité nacional de manejo de desastres.

Principios básicos· El personal de servicios médicos forma parte del equipo de trabajadores sanitarios. · La situación se debe atender con personal nacional, apoyado por el personal voluntario local. · Es muy importante tener información adecuada y puntual acerca de la situación que prive al igual que proporcionar información oportuna acerca de los servicios. · Los servicios médicos no se limitan a la labor de atender a los damnificados. Las acciones de salud pública también forman parte de las responsabilidades de los servicios médicos.

¿Qué se debe hacer?


· Instituir una organización expedita, integrada en el comité nacional. · El representante de la organización médica debe formar parte del equipo de la evaluación de los daños y las necesidades inmediatas. · Utilizar en forma racional y eficaz los recursos existentes. · Solicitar o aceptar la asistencia del personal internacional cuando se determine que es indispensable. · El personal internacional debe asumir la obligación de ser autosuficiente en la satisfacción de sus necesidades principales de transporte, alimentos y alojamiento; debe contribuir con medicamentos para la población que atenderá; debe hablar el idioma local y debe estar instalado en las zonas en las que se convenga que se le necesita.

¿Qué es lo que no se debe hacer?

· Aceptar asistencia internacional innecesaria de brigadas médicas. · Aceptar brigadas médicas que no sean autosuficientes. · Aceptar brigadas internacionales que no satisfagan la atención de la demanda insatisfecha del sistema. · Aceptar donaciones de medicamentos, equipo u otros recursos que no sean esenciales.

Ofrecimientos y Solicitudes de Equipos Médicos Externos

Muchos desastres en gran escala atraen una amplia cobertura de los medios internacionales y, en cuestión de minutos, circulan por todo el mundo imágenes de muerte y destrucción. A veces estas imágenes están fuera de proporción con la situación real en el lugar de la catástrofe, pero lamentablemente, los medios de comunicación creen que eso es lo que sus "clientes" desean ver. Cuando esto sucede, es difícil convencer a los televidentes y lectores de los países no afectados que se están resolviendo localmente las necesidades sanitarias y médicas. Esto hace que las autoridades del país donde ocurrió el desastre soliciten equipos médicos externos y que otros países y organizaciones, con la mejor intención, los envíen para que atiendan a las víctimas.

Las indicaciones que se incluyen a continuación se aplican a los ofrecimientos de equipos médicos ajenos a la zona del desastre y a las solicitudes de que se envíe ese personal.

Lo que se debe hacer: Diferenciar claramente entre las necesidades inmediatas de búsqueda, rescate y atención médica de urgencia con el fin de salvar vidas humanas por un lado, y el tipo de asistencia sanitaria requerida para una rehabilitación a largo plazo por el otro, porque exigen políticas y enfoques estratégicos diferentes. Evaluar si el equipo médico externo puede comenzar a trabajar durante las primeras 24 horas, que son las cruciales para salvar vidas. A menudo no se presta atención médica a las víctimas de un desastre debido a problemas logísticos (acceso al lugar, transporte, condiciones meteorológicas, etc.) y no por falta de voluntarios médicos. En esos casos, los equipos médicos externos solo complicarán el problema. Cuando el problema obedece a la falta de recursos sanitarios humanos (pero no a limitaciones logísticas u operativas), deberán dirigirse las solicitudes de asistencia a los países vecinos u a otros estados de la subregión. Solamente deberán ofrecerse, o aceptar, voluntarios y equipos médicos que estén:
· Patrocinados por un organismo conocido que pueda dar fe de sus aptitudes. · Familiarizados con el idioma, la cultura y el nivel de tecnología del lugar. · Capacitados para trabajar por sí mismos y sin tecnología de avanzada. · Dispuestos y en condiciones de permanecer durante un período razonablemente extenso. · Por otra parte, es necesario mantener informados a los medios de comunicación, misiones diplomáticas, consulados, y otros organismos sobre los criterios y las políticas a seguir y aclarar cuestiones relativas al registro, responsabilidad civil, cobertura y supervisión antes de solicitar o aceptar equipos médicos o sanitarios.

Lo que no se debe hacer: No apresurarse a solicitar, aceptar o enviar equipos médicos para atender urgencias en casos de desastres naturales de impacto súbito. A menudo llegan demasiado tarde para atender las consecuencias médicas potencialmente mortales inmediatas del desastre. No enviar solicitudes ni exhortaciones generales o mundiales de personal médico. Es mejor dirigir las solicitudes a los países vecinos o de la subregión. No deberá permitirse que la cobertura internacional de los medios y el interés desmedido de grupos externos en participar en la situación dicte las políticas de las autoridades locales. Las autoridades sanitarias o las ONG del país afectado no deberán hacer un llamado genérico, como por ejemplo, "envíennos la asistencia médica que puedan". Ese tipo de solicitudes tiende a obstaculizar la ayuda a las víctimas en lugar de ser de utilidad.

Hospitales de Campaña en Casos de Desastre

La experiencia de los países afectados por grandes desastres naturales en las Américas, ha demostrado que las necesidades de asistencia humanitaria en el campo de la salud son bien específicas y que, contrariamente a lo que la prensa tanto nacional como extranjera informa, la mayor parte de los suministros necesarios para hacer frente a las necesidades inmediatas se encuentran disponibles en el país. Uno de los equipos y suministros más "populares" dentro de las listas que se presentan en el exterior son los hospitales de campaña. Los siguientes son los puntos a tener en cuenta cuando se considera solicitar u ofrecer hospitales de campaña luego de los desastres.

Principios básicos para que un hospital de campaña pueda ser útil: · Debe estar funcionando dentro de las 24 primeras horas luego del desastre. · Los servicios que prestan deben estar a la altura de las necesidades. · La tecnología debe ser apropiada para su manejo por el personal nacional.

Qué Hacer:


· De necesitarse este tipo de hospitales se orientará las autoridades para utilizar hospitales de campaña que se encuentren en el país y que se cumplan los criterios señalados anteriormente. · Se debe examinar con prudencia la conveniencia de aceptar o donar hospitales de campaña, teniendo en cuenta que: · Un hospital que llega del exterior generalmente se demora en funcionar mucho más allá de que la necesidad de atención de los heridos y otras víctimas, que debe ser en las primeras horas, ha concluido. En el caso de países vecinos que apoyan con hospitales la demora puede ser más corta. · Los costos elevadísimos del transporte aéreo de estos hospitales, son incluidos en el rubro de colaboración del país donante, estos fondos podrían ser empleados en otros suministros de real necesidad. · El mantenimiento de una instalación temporal de poco uso, posteriormente es alto y recae sobre el país damnificado. · La donación de este tipo de hospitales es una fuente importante de relaciones públicas para el país y organismo donante aunque la utilidad de la donación sea mínima.

Qué no hacer (Don'ts)- No secundar las solicitudes de hospitales de campaña del exterior por parte de los países damnificados . - No alentar a donantes (países y organizaciones) a donar hospitales de campaña. - No aceptar donaciones de hospitales de campaña que no cumplan con los criterios básicos.

Manejo de Cadáveres en Casos de Desastres Naturales

A pesar de que el número de muertos provocados por algunos desastres naturales tales como huracanes, inundaciones estacionales y erupciones volcánicas tiende a disminuir gracias a sistemas de alerta e información más eficientes, y un mejor grado de preparación de la comunidad, todavía existen ocasiones como en los grandes huracanes de 1998 y los terremotos donde el número de víctimas mortales es aún muy alto.

La existencia de gran cantidad de cadáveres luego de un desastre natural, crea incertidumbre y temor en la población en general, este temor es exacerbado por las inexactas informaciones que transmiten los medios de comunicación social sobre el peligro de epidemias que representan los cadáveres. Frente a este problema que tiene que ver con factores sociales, culturales y de salud, se deben adoptar medidas nacionales con respecto a las costumbres de la población. El problema es político y social y no de salud.

Principio básico: Los cadáveres de víctimas que murieron a causa de traumatismos causados por el desastre no representan un riesgo de epidemias. El riesgo mayor es transmisión de enfermedades gastrointestinales no específicas cuando cadáveres, animales o huesos contaminan de manera masiva las fuentes de agua.

Qué hacer:

- Informar que el riesgo de brotes epidémicos como cólera, tifoidea, etc. por cadáveres que murieron por efecto del desastre son mínimos. Este riegso es inexistente cuando los cadáveres son enterrados en un deslizamiento de terreno o en derrumbes. - Recordar que la prioridad es atender a los sobrevivientes y restablecer los sistemas de atención de salud a la brevedad. - Promover la identificación y registro apropiado de los cadáveres, incluyendo la extensión de un certificado de defunción. - Promover la entrega de los cadáveres a sus familiares, de manera que reciban el tipo de entierro más adecuado y respetar los deseos y costumbres sociales de las familias. - Alentar el manejo cuidadoso de los cadáveres por parte de los cuerpos de socorro para evitar riesgos de contaminación por mal manejo sanitario.

Qué no hacer:
- Promulgar legislación de emergencia sobre el manejo de cadáveres. - Promover la cremación colectiva de cadáveres ya que técnicamente, es una tarea difícil e inútil. - Alentar entierros en fosas comunes sin identificación

Donaciones de Medicamentos

Las donaciones de medicamentos, aun en situaciones de emergencia, pueden causar más problemas en lugar de ser de utilidad si no se cumplen principios y normas específicas. Las normas indicadas a continuación reflejan el consenso al que se llegó en los principales organismos internacionales.

Principios básicos para la donación de medicamentos Directrices para las donaciones de medicamentos Recomendaciones para los donantes Recomendaciones para el país beneficiario
Principios básicos para la donación de medicamentos:

· Todas las donaciones deberán beneficiar a quienes las reciben · Respetar los deseos y la autoridad del beneficiario · No deberá haber discriminación en la calidad · Deberá establecerse una comunicación eficaz entre el donante y el beneficiario

Directrices para las donaciones de medicamentos:Todas las donaciones de medicamentos deberán basarse en la necesidad expresada y deberán corresponder al perfil de enfermedades del país beneficiario. Todos los medicamentos deberán ser aprobados para su uso en el país beneficiario. La presentación, la concentración y la fórmula farmacéutica de los medicamentos donados deberán, en lo posible, ser similares a los que se emplean comúnmente en el país beneficiario. Todos los medicamentos donados deberán proceder de una fuente fiable y cumplir con las normas de calidad de los países donantes y de los beneficiarios. No deberán donarse medicamentos que hayan sido expedidos a pacientes y luego devueltos a la farmacia o a otro sitio. Todos los medicamentos donados deberán tener un período máximo de almacenamiento restante de por lo un año posterior a la llegada al país beneficiario. Todos los medicamentos deberán estar rotulados en un idioma que puedan comprender fácilmente los profesionales de la salud del país beneficiario. Los medicamentos donados deberán enviarse en unidades que contengan grandes cantidades y en presentaciones para hospitales. Todas las donaciones de medicamentos deberán empacarse de conformidad con las reglamentaciones internacionales de embarque (indicando denominación común internacional, forma farmacéutica, cantidad, número del lote, fecha de caducidad, volumen, peso y cualquier instrucción especial de almacenamiento). Deberá informarse a los beneficiarios sobre todas las donaciones de medicamentos que se estén considerando, preparando o enviando. En el país beneficiario, el valor declarado de una donación de medicamentos deberá basarse en el precio de mayoreo de su equivalente genérico en ese país (salvo los medicamentos patentados de los cuales no existan equivalentes genéricos). El costo del transporte internacional y local, el almacenamiento, la aprobación portuaria y la distribución deberá ser sufragado por el organismo donante, a menos que se haya acordado previamente otro mecanismo con el beneficiario.

Recomendaciones para los donantes Las donaciones de medicamentos deberán complementar los esfuerzos nacionales y satisfacer las necesidades del país. Deberá consultarse siempre la lista oficial elaborada por las autoridades nacionales (o el coordinador de la situación de desastre) para averiguar exactamente qué medicinas se necesitan en el país. No siempre es necesario enviar a título de donación productos farmacéuticos pertinentes a la situación de desastre o emergencia, porque el país puede tenerlos en existencia o bien pueden no corresponder a políticas farmacéuticas y normas de tratamiento estándar locales. La donación de medicinas inapropiadas puede desviar la atención del personal de salud, que deberá ocuparse de clasificarlas, agruparlas, rotularlas y, en muchos casos, destruirlas. Siempre que sea posible, deberán donarse medicinas ya clasificadas (en sus respectivas cajas), preferentemente por grupos terapéuticos. Las formas farmacéuticas y la presentación son importantes. Para reducir costos de embarque y facilitar la logística, es preferible evitar donar jarabes y otros medicamentos líquidos en envases de vidrio. (Salvo los medicamentos preparados que deben envasarse de esa manera.)

Recomendaciones para el país beneficiario:

En las situaciones de emergencia, es común que participen muchas organizaciones (principalmente ONG) en la recepción y distribución de las donaciones internacionales. Conviene asignar a una unidad oficial la coordinación o bien darle acceso a la información sobre los medicamentos que se están recibiendo y los lugares (centros de salud, etc.) adonde se están enviando. Proporcione a los donantes internacionales una lista de los medicamentos necesarios y vaya actualizando la información. Incluya en la lista todo lo que necesite para administrar los medicamentos (jeringas, agujas, etc.). Al elaborar la lista de medicamentos necesarios, señale específicamente las medicinas controladas y siga las normas de la OMS (OMS/PSA/96.17). Si bien tanto los donantes como los beneficiarios deberían acatar las normas sobre donaciones, es posible que se reciban medicamentos que no se necesitan, han caducado o están a punto de caducar. Es menester, entonces, contar con un equipo de personas que se ocupe de estos casos.

Vacunas en Situación de Emergencia: Recomendaciones del Programa Especial para Vacunas e Inmunización

· Asegurar que todas las personas desplazadas y/o albergadas (adultos y ninos), incluyendo el personal de salud que trabajan en los albergues sean vacunadas contra el sarampión, siendo necesario preparar un plan de necesidades para la busqueda de recursos; · Mantener el esquema básico de vacunación de forma rutinaria, ya que la disminución de las coberturas de vacunación podría provocar el resurgimiento a mediano plazo de las enfermedades prevenibles por vacunación ya controladas y/o erradicadas como sarampión, polio, tos ferina, difteria, y tétanos neonatal. · Evaluar los daños en la cadena de frío y pérdida de biológicos y suministros (jeringas); · Reponer de forma inmediata de las vacunas utilizadas rutinariamente por los programas nacionales de inmunización; · Uso temporal de cajas frías (RCW42) para asegurar la conservación de las vacunas en las áreas afectadas y posibilidad de movilización de inmunobiológicos, siempre y cuando haya disponibilidad de hielo; · Uso de refrigeradores fotovoltáicos para almacenamiento de vacunas y producción de hielo, garantizando baterías suficientes; · Iniciar recuperación de la cadena de frío (compra de refrigeradoras, termos, termómetros, etc.).

Las condiciones actuales favorecen un aumento en la incidencia de las enfermedades diarréicas (asociadas a saneamiento y calidad de agua) y respiratorias (hacinamiento). Inmunizaciones masivas durante situaciones de desastres naturales son contraproducentes y desvían los limitados recursos humanos y materiales de otras medidas más eficientes y urgentes. Estas campañas de inmunización pueden dar un sentido de falsa seguridad llevando a desatender las medidas básicas de higiene y saneamiento que son más importantes en estos momentos
.
La vacunación masiva sería justificable solamente cuando las medidas sanitarias recomendadas no estén surtiendo efecto, y ante evidencias demostradas de aumento progresivo de casos con riesgo de epidemia.

Una vacuna con las siguientes características podría considerarse útil en esta situación:
· Vacuna de comprobada eficacia, muy segura y baja reactogenicidad; · De fácil aplicación (de dosis única); · De protección rápida y duradera para todas las edades; · Cantidad de vacuna suficiente para garantizar el suministro para toda la población en riesgo; · De bajo costo.

Frente al cuestionamiento sobre el posible uso y demanda de otras vacunas que no están incluidas en los programas nacionales de inmunización en situaciones de emergencias, es importante reconocer los costos y los esfuerzos de movilización necesarios para realizar una inmunización masiva. Entre estas vacunas, las que se plantean más frecuentemente son aquellas contra cólera, fiebre tifoidea y meningitis meningocóccica.

Otras vacunas que han sido licenciadas recientemente ya forman parte también de este cuestionamiento, tales como rotavirus, hepatitis A, Haemophius influenzae tipo b y varicela. A continuación se presenta un resumen de las características de las vacunas en discusión:

Vacuna cólera: La vacuna tradicional (a célula muerta) contra el cólera presenta baja eficacia y alta reactogenicidad, por lo tanto, no es recomendada para el control de epidemias. Una vacuna a base de la de células muertas suplementada con la subunidad B recombinante de la toxina colérica y una atenuada oral son las nuevas vacunas que se consideran como posibles. Información existente para la primera vacuna indica que su uso en mayores de un año con dos dosis administradas en un intervalo de dos semanas podría disminuir el número de casos durante una epidemia de cólera, pero no eliminaría la probabilidad de una epidemia en el correr de los dos años subsequentes a la vacunación. Esto es debido a la rápida disminución de la protección con el tiempo. Para niños menores de cinco años, la protección desaparece después de 6 meses. Para la vacuna viva atenuada, no existe información disponible en el momento que sustente su uso.

Vacuna contra fiebre tifoidea: La vacuna tradicional (a célula muerta) contra fiebre tifoidea presenta baja eficacia y alta reactogenicidad, por lo tanto, no es recomendada para el control de epidemias. La vacuna viva atenuada oral requiere de cuatro dosis, administradas en un régimen estricto el cual requiere una infraestructura especial (la vacuna es muy termolábil y requiere de refrigeración). La vacuna a base de polisacáridos es efectiva solamente en población mayores de dos años.

Vacuna rotavirus:es una vacuna recientemente licenciada en los Estados Unidos. Estudios de campo han demostrado su efectividad en la prevención de los casos severos de la enfermedad (diarreas con deshidratación), disminuyendo la necesidad de hospitalización. Se requieren tres dosis de vacuna separadas entre ellas por un mínimo de un mes. La efectividad de esta vacuna no ha sido comprobada en situaciones de emergencia, es cara y hay disponibilidad limitada.

Vacuna Haemophilus influenzae tipo b: Esta vacuna ha demostrado un gran impacto en las meningitis, en las neumonías y otras formas invasivas, una vez introducida en los programas rutinarios de inmunización. La enfermedad no es epidémica y por lo tanto no es considerado un problema de emergencia en situaciones de desastre. Ocurre en niños menores de 2 años y son necesarias al menos 2 dosis con un intervalo mínimo de 1 mes para inducir protección. La OPS promueve la introducción de esta vacuna en los programas regulares, pero asegurando la sostenibilidad del suministro de la vacuna.

Vacuna meningocóccica: Estas vacunas han sido ya usadas para controlar las meningitis meningocóccicas debidas a los grupos A y C en emergencias epidémicas. Una vez que la vigilancia epidemiológica determina un aumento de la incidencia con la identificación de serogrupo responsable (A y/o C), grupo etario y área o región afectada se puede considerar la vacunación. Se deberá establecer un stock de vacuna antimeningocóccica para asegurar disponibilidad inmediata para el control de brotes en caso de necesidad La vacunación durante períodos no epidémicos no es considerada ser una medida efectiva por causa de la corta duración de la inmunidad en la población infantil.

Vacuna hepatitis A: En Centro América la infección por el virus de la hepatitis A ocurre a temprana edad. Datos recientes muestran que en Nicaragua, niños de 2 a 4 años presentan una seroprevalencia del 73%. La patogenicidad varia con la edad, es mas grave en los adultos y en los menores de seis años la infección es asintomática (mas de un 70%). La vacuna es cara y se aplica dos doses a los mayores de 2 años por lo que no se justifica su uso en situaciones de emergencia.
Vacuna varicela: No existe recomendación de uso devacuna de varicela en situaciones de desastre. De acuerdo a las características de las vacunas descriptas anteriormente y a excepción de las vacunas usadas actualmente en los programas nacionales, especialmente la vacuna contra el sarampión para evitar la reintroducción del virus y posiblemente la antimeningocóccica A y C en situación de brote, SVI no recomienda el uso de estas vacunas en la situación actual.


 GENERAL SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA


San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.

Cuerpo Socorro Argentino
cuartelmaestre@gmail.com
ordendeloyola@gmail.com



martes, 19 de mayo de 2009

Invitación Personal-Reservada


The American Club of Buenos Aires

Club Americano de Buenos Aires

Viamonte 1133-Piso 10º (1053ABBBW) Cdad. Aut.de Buenos Aires

República ArgentinaTe/Fax (54 11) 4373-8801/04- Ext. 2


www.americanclub.org.ar

Invitación Personal-Reservada

Por la presente le invitamos a la presentación del libro “Montoneros Conexión local de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA” de recientemente publicación en la Republica Argentina. Dicho evento tendrá lugar el próximo día martes 26 de Mayo, a las 19:00 Hs. en la sede del Club Americano de Buenos Aires, Viamonte 1133, Piso 10. CABA

Entre las personalidades que presentaran la Obra, contaremos con la presencia de:

Embajador Emilio Cárdenas. Abogado. Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires; University of Michigan (MCL). Prof. de Derecho Universidad de Buenos Aires, Universidad Católica Argentina y en la Universidad de Illinois US. Fue Embajador y Representante de la República Argentina ante la ONU y Embajador Argentino ante Dominica y Guyana. En 1997, fue designado Representante Personal del Secretario General de las Naciones Unidas en Irak. Presidente de la International Bar Association y miembro del Comité Internacional Asesor del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU. En 1999 fue designado por el Secretario General de las Naciones Unidas, miembro del “Comité de Inversiones de las Naciones Unidas”.

Dr. Ramiro Anzit Guerrero. Doctor en Derecho Penal (USAL). Magíster en Estudios Estratégicos (INUN). Prof. Titular Doctorado UMSA. Prof. Titular USAL. Autor de los libros Terrorismo, análisis de un condicionante critico; Manual de inteligencia y seguridad urbana; Triple frontera ¿terrorismo o criminalidad? y temas de seguridad internacional. Presidente del Centro Argentino de Estudios sobre terrorismo (CAET). Miembro del Internacional Association for Counterterrorism & Security Professionals (EE.UU.) Coordinador general de la carrera de Especialización en Estudios del Medio Oriente por la Universidad Nacional de La Matanza y la Fundación TESA. Ex jefe de Staff del Centro Islámico Rey Fahd (Reino de Arabia Saudita).


Lic. George Karim Chaya, Autor del libro.

Finalizado el acto a las 20:15 horas, se servirá un vino de honor

Esperamos contar con vuestra presencia.

Saludos Cordiales

GCH

*Importante: Se requiere confirmación de asistencia a

georgechaya@georgechaya.org


www.ordendeloyola.org

ordendeloyola@gmail.com

domingo, 17 de mayo de 2009

17 de Mayo – Día Mundial de las Telecomunicaciones. Soberana Compañía de LOYOLA SCL

Telégrafo militar portátil usado en la Campaña al Desierto


Fue de capital importancia para las fuerzas nacionales que intervinieron en la Conquista del Desierto contar con el preciado auxilio del telégrafo. No debe dejarse de mencionar que la Ley Nº 215 que aprobó el Congreso Nacional en 1867, que preveía llevar la frontera Sur a los ríos Negro y Neuquén, en su artículo 6º disponía la extensión de la red telegráfica nacional hasta los propios fortines a instalar posteriormente por el Ejército. Allí se vio la importancia que se le asignaba a este factor preponderante para el buen desempeño de una rápida y eficaz conducción militar, en áreas tan grandes como en las que debía actuar en lo futuro las tropas del ejército. Era indudable que el tiempo jugaba un rol principalísimo para la organización y defensa de los contraataques, en presencia de malones.


No es posible olvidar también que la falta de telégrafo anuló muchas veces la posible llegada de refuerzos en los ataques llevados contra los fortines.

“El telégrafo es un arte que se enseñaba a los oficiales que servían en esas líneas avanzadas. No quedó Comandancia, fuerte o fortín sin la debida instalación de este valioso auxiliar de la defensa, porque, no solo evitaba demoras que traían graves perjuicios en las operaciones militares, sino que también producía economías importantes en cientos de soldados y caballos que se empleaban en las comunicaciones sin hilos. Las líneas telegráficas fueron debidamente tendidas por nuestros soldados y sin interrupción alguna hasta algo después de 1885.

La vida de los telegrafistas de frontera alcanzó los grados de heroísmo, no sólo por los riesgos a que su libertad y vida se hallaban expuestos, sino por las privaciones y sufrimientos que debieron soportar trabajando duramente jornadas de sacrificios y ganando sueldos de hambre”. (1)


Bien han dicho algunos historiadores que Roca contó con dos factores primordiales que no pudieron apoyar a Rosas en su magnífica campaña: el fusil y el telégrafo.

Debemos a Alsina el mayor impulso por poner a cada comandancia y fuerte principal en contacto entre sí y con el Ministerio, por medio de ese preciado medio de comunicación. A sus gestiones se debió que al iniciarse la campaña definitiva todas las comandancias pudieran enviar a las vecinas el informe de sus actividades y el probable movimiento de los indios, todo ello en el día y con una celeridad que no había podido contar antes ningún jefe expedicionario.




Para atender este nuevo servicio que se agregaba al ejército, Alsina dispuso en enero de 1876, que se creara la “Escuela Telegráfica” en el Colegio Militar (que por aquel entonces funcionaba en la casa de Palermo que perteneciera a Rosas). Formóse allí esa pléyade de jóvenes capaces, competentes y con los valores y aptitudes necesarias para poder desempeñar el sacrificado puesto que debía ocupar allá en las soledades del desierto. Era el progreso que iniciaba la nueva era de las comunicaciones, reemplazando poco a poco a los legendarios chasques, cuyos martirios y glorias jalonan las páginas de nuestra historia.

Roca, que palpó personalmente los beneficios que reportaba tal medio, hizo cumplir las directivas que en tal sentido impusiera previsoramente el Art. 6º de la Ley Nº 215 de 1867, haciendo que a medida que avanzaba el Ejército, detrás de él se tendían los delgados hilos del telégrafo, que llevaría a Buenos Aires y a toda la República el eco de los combates donde las armas de la Patria iban abriendo el camino para el arado.




Para desalojar de las mentes el desconocimiento del temido desierto la civilización contó con la ayuda de ingenieros, topógrafos y agrimensores, que con la brújula y el teodolito fueron internándose poco a poco en todas las tierras en que señoreaba el indio, para ir registrando en sus mapas todos los accidentes geográficos que debían tenerse en cuenta para que, tanto los militares expedicionarios como los futuros colonizadores, pudieran adentrarse tranquilamente en esas tierras hasta poco antes sólo conocidas por el impagable baqueano, quien durante siglos fue la única luz en esa tenebrosa sombra de lo ignoto, donde perderse era una muerte casi segura.

¡Viajero! Cuando recorras las interminables rutas de la pampa y patagonia, ten un recuerdo amable para aquellos baqueanos, ingenieros, topógrafos y agrimensores que hicieron posible las cómodas y seguras rutas de hoy.

La civilización avanzaba hacia el desierto y lo hacía con paso seguro. Los rieles que nacían en Constitución avanzaban hacia Azul. El 14 de agosto de 1865 partían de la Capital para llegar a Jeppener y ese año llegarían hasta Chascomús. Otras líneas irían extendiendo la red que desde el “puerto” se abrían hacia el infinito horizonte de las pampas. Esos rieles llevarían hasta la “línea de Alsina” a los contingentes, armamento, víveres, municiones, etc., que deberían participar en la cruzada final contra el indio.

Como un homenaje a todos esos anónimos telegrafistas que internados en el desierto y la cordillera cumplieron su misión junto a los soldados que guarnecían los fortines, creemos justo transcribir las expresiones tan sentidas del secretario de la Campaña Expedicionaria de 1879, el coronel don Manuel José Olascoaga:


Despedida del telégrafo militar

“Hoy nos separamos del telégrafo. Aunque hemos llegado aquí ya a una gran distancia de Buenos Aires, no nos hemos acostumbrado todavía a que estemos tan separados de aquel centro; porque a la vista de esos postes y de esos alambres magnetizados, se desvanece realmente toda idea de distancia. Llega uno a imaginarse que esa larga línea de hierro es su propio brazo armado de una pluma, con que escribe lo que quiere en la pizarra de cada uno de los amigos de allá.

Todavía se puede pensar que aquí se está más cerca de ellos; no hay que irlos a buscar a sus casas. Basta entrar a la oficina telegráfica y nombrarlos, para que se presenten como espíritus, que un amigo mío cree tener prontos a su llamado en cualquier hora que el se sienta a su trípode. Tengo, a más, la ventaja de que mis amigos me transmiten sus propios conceptos con su propia ortografía, mientras que aquellos espíritus mentales hablan con el estilo y la ortografía de mi amigo (que son especiales).

Al decir adiós al telégrafo me viene a la memoria toda la línea que nos ha acompañado y las oficinas donde nos hemos puesto al habla con personas de todas partes; y no es posible despedirse de algunas de esas oficinas sin expresar los sentimientos que nos han inspirado.
Es ciertamente conmovedor llegar a las estaciones telegráficas que se encuentran en el espacio desierto que separa a Olavarría de Carhué.

Un pequeño rancho que apenas hace bulto en la inmensidad del espacio solitario, y que sólo se percibe por hallarse ensartado en los hilos metálicos que el viajero no pierde de vista, es lo que se llama una oficina telegráfica en aquellos lugares. Un oficial solo, que ha tomado ya el aspecto agreste del yermo en que vive, es el jefe y operador de la oficina. Se agrega a este personal el guardahilos que generalmente está ausente y que suele encontrarse por ahí debajo de sus hilos como un ahorcado que ha cortado su cuerda.

En algunas de estas oficinas hemos visto el aparato de transmisión casi a la intemperie, delante de una ventana sin reja, postigo ni vidrios. (Se le deja el nombre de ventana por no quitarle lo que se le ha dado).

En la estación telegráfica de El Sauce se había caído el único rancho que le servía: único indicio humano en diez leguas a la redonda, reemplazado por una carpa donde el oficial telegrafista vivía con su aparato.

¡Una carpa en el desierto, habitada por un hombre solo!… Esto dice mucho, y por supuesto, que no es un hogar para echar raíces. Al lado de la carpa había una zanja que parecía sepultura preparada.

Efectivamente, pocos días después de visitarla, hemos sabido en Carhué que un fuerte viento a la media noche arrancó la carpa, y envolviendo en ella al telegrafista, su aparato, y su menaje, lo echó todo a la fosa. “Ligera interrupción de la línea”, es la frase que explicaba todo el suceso; porque el joven no quiso permanecer en su sepultura sino aquella noche. Al amanecer del día siguiente, remontaba su aparato a la intemperie y anunciaba sencillamente: “Queda restablecida la comunicación”. Si hubiera muerto, el desierto habría guardado el secreto.

Se necesita pensar que son argentinos estos oficiales, jóvenes y bien educados como que han salido del Colegio Militar, para comprender toda la abnegación, coraje y fidelidad que muestran en ese servicio.

Algunos de ellos han permanecido sin ser relevado, cinco y seis años; han concluido toda su ropa, usándola hasta la última cohesión de la tela, hasta el último vestigio del color primitivo. Han repasado veinte veces sus libros y por último se los han fumado. Se han mantenido con la sola ración de carne distribuida cada quince días… Se sabía que vivían, porque se les sentían sus pulsaciones por el telégrafo, lo cual era bastante para satisfacer a los señores inspectores del ramo.

Y esto me hace recordar a cierto personaje de Mendoza, en cuya casa quedó sepultado un compadre suyo bajo las ruinas del terremoto. Nada hace por desenterrar a su compadre, que le había tocado aquella suerte por haberse encontrado de visita al tiempo de la catástrofe. Pero de cuando en cuando se acerca a los escombros de su sala de recibo y pregunta con mucha solicitud: -¿Todavía está vivo compadre? ¡Y a la contestación afirmativa, se retiraba… más tranquilo!

También puede decirse que estos estimables oficiales están al lado de su aparato, que los pone en contacto de inmediato con todos los centros de población y los liga íntimamente al movimiento social, salvada la distancia, que no existe a lo largo del hilo telegráfico, y que por último, una exclamación suya puede oírse desde Puán a Buenos Aires. Pero también es cierto que este ser tan socorrido y poderoso por la ubicuidad facultativa de su palabra, es al mismo tiempo un militar de facción que no puede quejarse, que está en manos de su inmediato superior, y que, como el centinela que vela por un rey, su omnipotencia se limita sin embargo en una cosa con vara de membrillo que se llama Cabo de Guardia.

Me han referido la manera original como estos jóvenes telegrafistas son transportados generalmente a las mencionadas oficinas, comenzando por demostrarme las razones atendibles que en ello militan; pero que en nada disminuye lo grotesco del hecho.

Se dice que, como parten del Azul, donde no hay grandes y cómodos vehículos para que un alférez viaje al desierto, teniendo que traer cama, baúl, libros y todo aquello que el pobre oficial sospecha debe acompañarlo hasta el fin de sus días, se le proporciona una pequeña carreta del país, montada en dos óvalos de una pieza que fueron ruedas antes de gastarse con el uso y que le imprimen al andar un movimiento tan particular, que el telegrafista que va dentro, no puede menos de recordar en todo el camino el principal de sus deberes, que es: estar siempre despierto y vigilante. De pie sobre su carreta, que apenas levanta media vara del suelo, pero que en cambio se alza de adelante, haciendo ángulo de 45º con el horizonte, para que el pértigo alcance a la cincha del caballo, el alférez pasa por las estaciones de tránsito y llega por fin a la propia, como los héroes de la República romana después de la victoria. Ni los vítores le faltan por parte de sus jocosos compañeros.

He oído al general Roca preocuparse con interés sobre mejorar la condición de estos jóvenes que prestan con tanta abnegación servicio tan importante. Y, sin embargo, me consta que ninguno de ellos le ha insinuado la menor queja.

Se limitan a contar estas cosas sólo para reírse; y yo sólo las consigno para que si este diario llega a leerse fuera de nuestro país, se conozca la virtud de estos jóvenes militares argentinos, que nada les arredra, nada les falta ni piden, y viven contentos con la conciencia del señalado servicio que rinden al país economizándole gastos con sus increíbles privaciones”. (2)



Referencias

(1) Ramayón, Tcnl Exp. Des. Eduardo E. – La conquista del desierto – Buenos Aires (1913).
(2) Olascoaga, Cnl Manuel José – Estudio topográfico de la Pampa y Río Negro – Revista del Suboficial – Buenos Aires (1930)

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Raone, Juan Mario – Fortines del desierto – Revista del Suboficial Nº 143


 GENERAL SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA

San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.


Ad Majorem Dei Gloriam

Ad Majorem Dei Gloriam
San Ignacio de Loyola

Archivo del blog