sábado, 20 de mayo de 2023

Urías, el ‘pecado’ de ser leal hasta la muerte Héroes de Dios desconocidos para nosotros. Cuando tenemos algún tipo de poder en nuestras manos, por muy pequeño que sea, demostramos realmente quiénes somos y de lo que somos capaces.

  

Era uno de los valientes del rey (2 Samuel 23:39). Había arriesgado su vida por él en innumerables ocasiones, y David sabía que había llegado al trono por la voluntad de Dios sí, pero aupado por hombres de honor como Urías. A los hombres como él no les importaba luchar contra gigantes o burlar la muerte una y otra vez al más mínimo deseo de su capitán. Capaces de renunciar a todo, incluso a sus propias familias, con tal de servir a su rey. 

David agradeció a Urías su lealtad en muchas ocasiones, pero un día el rey vomitó esa misma fidelidad, porque quiso llenar su vida de veneno puro: esa maldita crueldad que nos hace querer satisfacer cualquier deseo a costa del sufrimiento de otros. Todos conocemos la historia: La pasión de David fue casi tan grande como su ego al ver a una mujer hermosa y considerarla suya, a pesar de que era la esposa de uno de sus mejores amigos, la mujer de alguien que estaba arriesgando su vida por él en esos momentos. La esposa de Urías.

Cuando tenemos algún tipo de poder en nuestras manos, por muy pequeño que sea, demostramos realmente quiénes somos y de lo que somos capaces. David no sólo tuvo relaciones sexuales con Betsabé, la mujer de Urías; sino que urdió todo un plan para esconder sus vergüenzas después de haber ganado su trofeo (Betsabé no fue para David más que un capricho). 

Si el paso de quitarle lo que más amaba su amigo fue despreciable, mucho más lo fue el querer engañarlo apareciendo delante de todos (incluido su general en jefe, Joab) como alguien inteligente y listo, capaz de pasar por encima de cualquier situación y de cualquier persona, sin pagar las consecuencias. El problema fue que el plan de David no salió como pensaba: Urías era demasiado leal ¡Tenía que haberlo sabido! ¡Era su amigo y le conocía desde hacía muchos años! Urías no podía comprender cómo el rey le mandaba a dormir tranquilamente a su casa mientras todos estaban arriesgando sus vidas y el “honor” de Dios estaba en juego en medio de la batalla ¡Ni borracho quiso hacer algo malo! 

Urías era un hombre de honor, leal a David de una manera extraordinaria e incondicional. No sé si sospechó que algo raro estaba pasando, porque su rey y amigo quiso engañarle una y otra vez. En cierta manera no nos importa porque su reacción y su carácter hablan por sí mismos. En un mundo en el que la lealtad no vale nada para muchos, Urías la derrochó a precio de su propia vida. Fue leal a Dios, leal a sus compañeros de batalla, leal a su rey, leal a su esposa, leal a sí mismo… 

Aparentemente su honor no le valió para nada, todo lo contrario ¡le llevó a la misma muerte! Ese día, Dios “perdió” a un hombre fiel y sus compañeros lloraron a un hombre de honor. El día en el que el David le puso en primer lugar de la batalla, no sólo para que los enemigos le asesinasen, sino también para que lo hicieran mientas el ejército de Israel se retiraba y le abandonaba a su suerte (¡Todo para quedarse con su capricho personal: Betsabé!)… Ese día quien realmente se quedó solo fue el mismo rey. A partir de ese momento no volvió a tener paz en su familia: uno de sus hijos murió, otro violó a su hermanastra, un tercero mató a éste y más tarde se rebeló contra su propio padre; en fin, cuando despreciamos el honor, a quién más daño hacemos es a nosotros mismos. 

Creo que no está de más abrir un pequeño paréntesis: A veces tenemos “algo” que a otro le gusta, y eso puede llegar a ser terrible: Los celos y la envidia suelen ser los peores enemigos de la amistad. No es nada difícil llorar con los que lloran, ni estar al lado de la persona que sufre; pero parece complicado que aprendamos a alegrarnos con los que triunfan y admirar a aquellos que consiguen sus sueños. Desgraciadamente muchas veces “matamos” a nuestros amigos más leales cuando no están de acuerdo con nosotros, cuando nos dicen algo que no queremos oír, o simplemente nos estorban para alcanzar nuestros fines. Cuando nos encaprichamos con algo, queremos conseguirlo caiga quien caiga, y al final, quienes terminamos cayendo somos nosotros. 

Para mí lo más importante de la historia es que Dios considera a Urías un héroe. Cuando en la Biblia aparece escrita la genealogía del Señor Jesús, nos recuerda que el rey David tuvo a Salomón, literalmente, “de la de Urías Eteo” (Mateo 1:6). 

¡Dios remarca no sólo su nombre, sino también su procedencia, como se hace con todos los hombres leales! ¡Cómo se presenta a las personas que admiramos! Dios quiere enseñarnos que la clave en esta historia es Urías, el hombre de honor señalado es el amigo de David ¡Ni siquiera menciona el nombre de su mujer (la madre de Salomón)! Y Dios no lo hace, porque para Él, el héroe es Urías: ¡Así es cómo Dios ve las cosas! 

Es más, Urías es el único que aparece en los ascendientes del Señor Jesús, sin formar parte de su familia, porque hacía ya mucho tiempo que había muerto cuando Salomón nació. ¡Dios quiso premiar el honor de Urías no sólo en ese momento, sino que además lo dejó escrito para siempre! A Dios no le importó que Urías hubiera fallecido mucho antes de nacer Salomón, todo lo contrario: Su fidelidad es un ejemplo en los cielos y en la tierra. 

Cuando Dios Padre escribió la genealogía de su Hijo, quiso que apareciese el nombre de Urías, a pesar de no haber tenido nada que ver con su familia. 

Dios se sintió “feliz” de que su hijo descendiese de un hombre de honor.  

 Autor: Jaime Fernández Garrido


viernes, 19 de mayo de 2023

S.E. el Señor Caballero Gran Cruz Soberana Compañía de Loyola Dr Don Ricardo Vanella Priorato General de Argentina, junto al Señor Capitán de Navío Infante de Marina Don Ricardo Fallaque Yauri, Agregado Naval en la Embajada de la República del Perú en la República Argentina

   La Legión de Loyola



Reunidos en la Universidad de la Defensa

 GENERAL SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA

San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.

jueves, 18 de mayo de 2023

IN MEMORIAN, EL AYUNTAMIENTO DE ASTORGA A LOS SOLDADOS RIOPLATENSES DEL BATALLÓN DE BUENOS AIRES DEL EJÉRCITO ESPAÑOL DE GALICIA DURANTE LAS GUERRAS NAPOLEÓNICAS

   La Legión de Loyola

Febrero de 2019. La ciudad de Astorga rinde homenaje al Batallón Buenos Ayres. El acto institucional contó con la participación del alcalde, Arsenio García, y el embajador argentino en España, Federico Ramón Puerta. En el salón de plenos del ayuntamiento,  ambos hicieron uso de la palabra para recordar el pasado común y los valores que unen a los dos pueblos. Al finalizar el acto, se han intercambiado algunos obsequios, como una placa en miniatura que recuerda el homenaje (para ser entregada al Jefe de Gobierno de Buenos Aires), la bandera con la cruz de San Andrés, los escudos de Astorga y Buenos Aires y la bandera de la capital  argentina, que la embajada entregó al Ayuntamiento de Astorga. A continuación, la banda, los Voluntarios de León (grupo de recreación histórica), la corporación municipal y las autoridades se desplazaron hasta la plaza Eduardo De Castro, donde se  descubrió una placa que recuerda al batallón.

Pero, ¿qué  fue el Batallón Buenos Ayres? 

«Recuerda la historia, aunque no hay muchos documentos al respecto, a un millar de españoles americanos de Buenos Aires y Montevideo, quienes, junto a sus compatriotas peninsulares (principalmente gallegos) protagonizaron “uno de los episodios más curiosos y desconocidos de la historia de la Guerra de Independencia”. Entre 1806 y 1807, alrededor de 600 defensores del antiguo Virreinato del Río de la Plata (Buenos Aires y Montevideo) fueron hechos prisioneros por el ejército británico tras el intento de estos por la conquista de América. “Los prisioneros fueron retenidos en los buques prisión sobre el río Támesis. Cuando los defensores en Río de la Plata ganaron al ejército británico e hicieron prisioneros, el intercambio de guerra liberó a los rioplatenses que en vez de ser devueltos a América desembarcaron en La Coruña”, explica el alcalde e historiador»

Mientras los soldados otrora prisioneros esperaban poder volver a la Argentina, estalló en la península la Guerra de Independencia. Por tanto, por acuerdo de la Junta de Galicia, formaron un regimiento llamado “Buenos-Ayres” para el ejército español. Combatieron junto a los astorganos en la Batalla de Medina de Rioseco y recorrieron todo el norte de España. Algunos comenzaron a retornar a América en 1811. En 1810, durante el sitio de Astorga, el general Santocildes escribió en su diario que había casi un centenar de hombres del Batallón Buenos Ayres y estaban “todos casi desnudos y muy mal armados”.


 GENERAL SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA

San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.

Ad Majorem Dei Gloriam

Ad Majorem Dei Gloriam
San Ignacio de Loyola

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