martes, 30 de agosto de 2022

La Conspiración de los Criollos Españoles contra España. Priorato General del Perú. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.




“Viéndolo desde otra perspectiva, en coyunturas específicas, los criollos […] aprovecharon los conflictos latentes entre las autoridades españolas y la población indígena, utilizando a estos últimos para provocar un estado de caos general, con el fin de obtener beneficios personales". (O’Phelan, 2015)

Uno de los argumentos empleados por los criollos y españoles conservadores del Perú para estigmatizar o menoscabar los levantamientos indígenas en el periodo virreinal era que supuestamente “eran promovidas por Inglaterra”. Este argumento aun sostenido por algunos sectores en la actualidad fue rebatido por varios virreyes españoles, quienes la calificaron como “simples rumores” esparcidos por los criollos para generar caos entre la muchedumbre. Y es que no existen pruebas contundentes que vinculen los levantamientos indígenas con Inglaterra, sino que estas eran una consecuencia natural del “mal gobierno” de España, que difícilmente fue aceptada por la potencia.

“En cuanto a la presencia de… británicos entre los sublevados, se sabe bien poco, y lo que es conocido no merece mucha fe, porque el ambiente de la época estaba muy impregnado de temor y de sospecha de turbios manejos ingleses, que se creía encontrar hasta entre los muertos”. (Lewin, 1967)

De lo que si hay documentos contundentes y vinculantes, es del esfuerzo de un sector importante de criollos del Perú quienes desde la década de 1770 en adelante buscaron la intervención de Inglaterra en la Sudamérica hispana, con el claro objetivo de liberarse del gobierno de España. Y es que evidentemente en la época para un indio existían brechas que impedían su contacto con los ingleses, en contraste con los criollos y españoles que tenían facilidades.

● Antes y durante la Gran Rebelión de 1780:

Fernández Cabrelli señala que un grupo importante de poderosos criollos de Lima prometieron en 1777 a José Gabriel Túpac Amaru financiamiento para su rebelión y le aseguraron apoyo militar, algo que nunca le dieron. Si bien Túpac Amaru ya tenía pensada su rebelión desde antes de las reformas fiscales según el testimonio de Bartolina Sisa, la promesa de los criollos habría hecho que desista de su intento de ir a España y pase a ejecución del levantamiento armado.

"Que en Lima confirió el asunto con nueve personas de categoría y lo estimularon a que pasase a la execución, y no se fuese a España". (Cisneros, 1781)

Así mismo se puede ver como en la Lima de 1777 el Marqués de Valleumbroso y el heredero de la Condesa de las Lagunas comienzan a expandir el rumor de su ascendencia incaica, muy posiblemente consientes de la profecía que auguraba la aparición de un Rey Inca por aquella fecha.

Tambien se comenzó a difundir una profecía atribuida al Inca Garcilaso de la Vega que señalaba que: “el Imperio seria restaurado a su antiguo ser, con la ayuda de un pueblo llamado Inglaterra”. Esta profecía seria difundida por los criollos cuzqueños en los años 1778-1781. La profecía data de la década de 1720, de una versión editada por Sir Walter Raleigh de Los Comentarios reales de los incas. Eso hace que la Corona ordene en 1782 la incautación de las obras del Inca Garcilaso.

“quiere el Rey que con la misma reserva procure V.E. recoger sagazmente la Historia del Ynga Garcilaso, donde han aprendido esos Naturales muchas cosas perjudiciales; y los otros Papeles Detractorios de los Tribunales, y Magistrados del Reyno que andan impresos de un tiempo en que se creyeron inocentes, aunque nunca debió permitirse la profecia supuesta del prefacio de dicha Historia. Para este fin prevengo á V.E. de orden de S.M. se valga de quantos medios regulare conducentes, aunque sea haciendo comprar los exemplares de estas obras por terceras Personas de toda confianza”. (Orden reservada, 1782)

En 1780 el criollo Juan Pablo Vizcardo y Guzmán extendió el rumor en España de que en el Perú estallaría una rebelión protagonizada por un tal "Casimiro I", quien se haría coronar como Inca Rey y derrocaría al Rey de España. El virrey Jauregui señala que en Arequipa se ha buscado al tal "Casimiro I" entre los caciques pero no se le ha encontrado.

Ya en 1781 el criollo Juan Pablo Vizcardo y Guzmán señala que en el Cuzco el cacique “José Bonifacio Túpac Amaru” va a libertar a los indios del régimen español. Señala que indios y criollos están unidos por la causa de la libertad. A la par el criollo Francisco Arismendi pide ayuda a los británicos para que envíen una expedición militar a Sudamérica.

“la declaración de los fines que el Cacique de Tinta, Don José Bonifacio Túpac Amaru, ha tenido, cuales son de liberar los indios de la esclavitud de España y de recuperar el Imperio de sus antecedores”. (Vizcardo y Guzmán, 1781)

Enterado de la muerte de Túpac Amaru, Vizcardo señala que la unidad de los diferentes focos de rebelión únicamente puede ser lograda por el Marqués de Valleumbroso o el heredero de la Condesa de las Lagunas.

“A pesar que el Perú estaba conmocionado cuando Joseph Tupac-Amaru se alzó, primero su pretensión al trono del Perú ofendía el orgullo de los Criollos que despreciando soberanamente a los Indios, no estaban dispuestos a aceptar a uno de ellos por amo. La misma pretensión vulneraba los intereses del Conde Ampuero, descendiente de una de las dos princesas únicas herederas del Inca Don Diego Sayri-Tupac quien renunció al Imperio a favor del Rey de España. El Conde Ampuero está emparentado con la gente más distinguida de allá y su familia nunca ha salido de Lima”. (Vizcardo y Guzmán, 1781)

En 1782, Vizcardo y Guzmán enterado del avance de la rebelión de los Túpac Amaru y Katari, fue a Londres (Inglaterra) para pedirle al gobierno británico una expedición para ayudar a los rebeldes, quienes según sus informantes (Berugini) en el Perú ya habían capturado el Cuzco y Lima.

Según los archivos de los británicos Lord Hillsborough, Stanier Porten, Lord Thomas Townshend y John Udny, el criollo Vizcardo y Guzmán le había entregado información valiosa sobre los puntos estratégicos por donde la flota británica debía de atacar, primero bombardeando Buenos Aires y Montevideo, y entrando con tropas con dirección a Charcas, también bombardeando Trujillo, Pisco y El Callao, bloqueando así la llegada de suministros por mar.

Hacia 1783, el criollo Vizcardo y Guzmán señala que los indios no tienen la suficiente convicción y fuerza para derrotar a los españoles y que la libertad de la América será obra de los criollos ilustrados, quienes habrán de gobernar.

Varios historiadores como Boleslao Lewin o Sinclair Thomson señalan que rebeliones como las de Túpac Amaru en 1780 y la de los Angulo en 1814 sirvieron a los criollos para tantear el terreno y elaborar mejores estrategias para conseguir su libertad, así mismo señalan que los criollos así como los mestizos tenían un problema en su identidad, por lo que su lealtad era oscilante, de sentirse americanos libres pasaban a sentirse españoles nuevamente según su conveniencia, hasta incluso sentirse Incas sin serlo.

Referencias:

.- Revolutions in the Atlantic World, Klooster (2009).

.- Juan Pablo Viscardo y Guzmán, Gustavo Vergara (1963).




El 29 de Agosto de 1919, en Buenos Aires, nacía la Condesa Eugenia de Chikoff. Hija del conde Ruso Juan Eugenio de Chikoff y la francesa María Adela Baechtel. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.


El 29 de Agosto de 1919, en Buenos Aires, nacía la Condesa Eugenia de Chikoff. Hija del conde Ruso Juan Eugenio de Chikoff y la francesa María Adela Baechtel, siendo una niña sus padres se separaron y su madre la llevó a Francia junto a su hermano para ser educados en Alsacia, allí aprendió a hablar Francés, Alemán, Ruso, Castellano, Inglés y Latín. 

En Inglaterra se doctoró en filosofía, y en una prolongada estadía en China se convirtió rápidamente en profesora de karate, Judo y Esgrima.

Con 21años regresó a vivir a la Argentina junto a su padre quien la instruyó para que lo acompañe en su profesión de maestro de protocolo y ceremonial. Juan Domingo Perón los contrata para instruir a Eva Duarte antes de su viaje protocolar a España, los elogios de la realeza española ante el comportamiento de Eva en su visita hicieron que Perón los premiara con un espacio radial.

Con espíritu aventurero emprendió un arriesgado viaje por los glaciares de Alaska donde abrazó el estilo de vida naturista, nunca mas comió carnes rojas, no se dejaba administrar ningún medicamento y no se sometió a ninguna cirugía. Inquieta y con ganas de obtener nuevos conocimientos se trasladó nuevamente a Francia donde se recibió con honores del "Le Cordon Bleu", le escuela de gastronomía y hotelería mas importante del mundo.

Reinstalada nuevamente en Buenos Aires abrió una escuela de artes marciales en Recoleta hasta que en 1988 con la muerte de su padre, resolvió seguir con su legado, y retomó su rol de profesora de Protocolo y Ceremonial.

Pese a ser Condesa, ella se adaptó a la constitución Argentina que prohíbe los títulos nobiliarios y nunca pretendió que fueran reconocidos por el estado, renunciando a ellos en forma definitiva.

Nunca se casó y según sus propios dichos, nunca se enamoró.

En el final de su vida fue descubierta por el público televisivo cuando comenzó a ser convocada para opinar sobre el comportamiento de la clase dirigente o para dar consejos para un comportamiento adecuado en la mesa.

La muerte la encontró en su amada Buenos Aires el 5 de enero de 2014.



San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.




lunes, 29 de agosto de 2022

El originario guaraní que fue Comandante Militar en las Islas Malvinas. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.

  

Soberana Compañia de Loyola




Su historia fue olvidada y hoy es prácticamente desconocida. Se llamaba Pablo Areguatí, era guaraní y había nacido en la aldea San Miguel Arcángel, fundada en tiempos del Virreinato del Río de la Plata por MISIONEROS JESUITAS en territorio que ahora pertenece a Río Grande do Sul, en Brasil.

En 1824 fue el Comandante Militar de las Islas Malvinas durante seis meses.

El año anterior, el gobernador de Buenos Aires, general Martín Rodriguez, le había otorgado a Jorge Pacheco, un capitán de caballería retirado, derechos sobre 30 leguas de tierra para criar ganado y cazar lobos marinos, a cambio de reparar las instalaciones de Puerto Soledad.

Pero el ex militar, que tiene 52 años y vive de la explotación de un saladero, carece de dinero para iniciar la empresa.

Se asocia entonces con el comerciante Luis María Vernet, nacido en Hamburgo (Alemania), de ascendencia francesa.

Vernet, de 31 años, se beneficia con la mitad de la concesión en la isla y se hace cargo de la administración.

Por sugerencia de Pacheco, en enero 1824 es designado comandante militar de las Malvinas un soldado de la Independencia, Pablo Areguatí, ex Capitán de Milicias en Entre Ríos.

Educado primero por JESUITAS en la provincia de Misiones y a partir de 1783 en Buenos Aires, el guaraní había estudiado en el Real Colegio de San Carlos.

Esta institución por cuyas aulas pasaron Manuel Belgrano, Juan José Paso, Juan José Castelli, Mariano Moreno, Manuel Dorrego, Cornelio Saavedra, Juan Martín de Pueyrredón y Martín Güemes, entre muchos otros nombres de los primeros años de vida argentina, con el correr del tiempo se convertirá en el Colegio Nacional de Buenos Aires.

En 1811, Areguatí fue nombrado por Manuel Belgrano como primer alcalde de la población entrerriana de Mandisoví, de 650 habitantes, fundada en 1777 por Juan de San Martín, padre del general José de San Martín.

En 1814, Gervasio Posadas, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo asciende a capitán de milicias.

El oficial retirado, que pensaba entrenar algunos peones en las Islas Malvinas para formar una compañía de cívicos, con cabos y sargentos, ha aceptado no cobrar sueldo del gobierno; a cambio, podrá criar su propio ganado.

Sin embargo, por desinteligencias con Pacheco y Vernet renuncia en agosto de 1824.

Seis años después es funcionario en la Aduana de Buenos Aires y, posteriormente, oficial de Justicia.

Uno de sus hermanos, Pedro Antonio, fue Sargento en la expedición de los 33 Orientales, encabezada en 1825 por el general Juan Antonio Lavalleja para liberar la Provincia Oriental –que abarcaba lo que hoy es Uruguay y parte de Río Grande do Sul– entonces en poder de Brasil.

Una tataranieta del Comandante militar guaraní de las Islas Malvinas, Evangelina Areguati, actualmente es maestra en la escuela Nº 74 Juan José Valle, de Concordia (Entre Ríos).




San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.



Ad Majorem Dei Gloriam

Ad Majorem Dei Gloriam
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