La flor
de lis es, en heráldica, una representación de la flor del lirio. En la
heráldica francesa es un mueble muy difundido. Es una de las cuatro figuras más
populares de la heráldica, junto con la cruz, el águila y el león.
Se suele
representar en color amarillo sobre un fondo azul. Tradicionalmente, se ha
representado un campo de flores de lis, dispuestas de forma ordenada. Desde la
Edad Media es considerada un símbolo de la realeza francesa.
Origen
Uno de
los primeros usos de un símbolo similar al de la flor de lis parece darse en la
decoración de la Puerta de Istar, en Mesopotamia, construida por Nabucodonosor
II en el año 575 a. C.
El primer
uso oficial de la flor de lis en Occidente se remonta al siglo V junto a la
expansión de la Iglesia católica. Los manuscritos antiguos fueron traducidos al
latín vulgar por san Jerónimo de Estridón por encargo del papa Dámaso I para
difundir el cristianismo a la plebe. Esta traducción se la conocería como
Vulgata, donde se aprecia el emblema de la flor de lis dibujada en su portada.
Existe la
leyenda de la Sagrada Ampolla, la cual cuenta que el día del bautismo y
coronación del rey franco Clodoveo I en la Catedral de Reims, llegó desde el
cielo, transportada por una paloma hasta las manos del obispo San Remigio, la Sagrada
Ampolla, con un ramillete de lirios (esto es, flores de lis) conteniendo el
óleo para ungir y santificar al rey significando así que su autoridad era de
origen divino. Posteriormente, en el siglo XII, con el rey Luis VII de Francia
de la dinastía capeto, sería el primer soberano francés en incorporarla a su
escudo como un campo de flores de lis en fondo azul. En el siglo XIV, pasó a
formar parte del escudo de la dinastía Valois, esta vez como tres flores de lis
de oro en fondo azul. En el siglo XVI, pasó a formar parte del escudo de la
dinastía borbón, como un campo de flores de lis de oro en fondo blanco.
A partir
del siglo XIV apareció también como emblema de la casa de Lancaster (dinastía
real inglesa), para enfatizar su reivindicación al trono francés. El escudo de
la casa de Lancaster incluye tres flores de lis y tres leopardos pasantes.
Catalina de Lancáster (nieta de Pedro I de Castilla y abuela de Isabel la
Católica) fue la patrocinadora del monasterio de Santa María la Real de Nieva
en la provincia de Segovia, por eso puede verse allí su escudo con las tres
flores de lis. También forma parte del emblema de las familias nobiliarias
tales como los de Candia quienes la portaban en rojo y los Farnesio en azul
utilizando seis flores en su escudo de arma.
En el
siglo XII, el rey Luis VI o el rey Luis VII (las fuentes están en desacuerdo)
fue el primer monarca francés en usar la flor de lis en su escudo. Los reyes
ingleses usaron más tarde el símbolo en sus armas para enfatizar sus reclamos
sobre el trono de Francia. En el siglo XIV, la flor de lis se incorporó a
menudo en las insignias de familia que se cosían en el manto del caballero, que
era usado por su propietario sobre la cota de mallas, de ahí el término manto
de armas.
El
propósito original de identificación en batalla derivó en un sistema de
designación social de estatus después de 1483, cuando el rey Eduardo IV
estableció el Colegio de Heráldica para supervisar los derechos del uso de las
insignias de armas.
La Cruz
de Santiago, símbolo de la Orden de Santiago, la tiene en tres de sus puntas:
sobre ambos extremos del trazo horizontal y en el superior del vertical, hacia
el extremo inferior se dibuja una espada. La Orden Militar de Santiago se creó
en el siglo XII para defender a los peregrinos que visitaban la tumba del
apóstol Santiago en Santiago de Compostela (España), quienes se distinguían
exhibiendo este símbolo de color rojo en sus vestimentas y escudos.
También
se la puede encontrar en el escudo del papa Pablo VI (precisamente tres flores
de lis).
La
Iglesia católica usa la flor de lis como símbolo mariano (de la Virgen María) y
es uno de los atributos de san José, en cuyo bastón, según dice una leyenda,
habrían florecido uno o tres lirios (el brote de José).
En
ocasiones, también se utiliza como representación de la Santísima Trinidad,
debido a los tres pétalos.
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