sábado, 15 de marzo de 2025

DISCURSO COMPLETO DEL GENERAL LAS HERAS AL INAUGURARSE EL MONUMENTO AL GRAL. SAN MARTÍN EN CHILE. ASOCIACIÓN CULTURAL SANMARTINIANA MI TEBAIDA. DIFUNDE DR D CARLOS GUSTAVO LAVADO ROQUÉ LASCANO, LEGIONARIO DE PATRICIOS Y DESCENDIENTE DE GUERREROS DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA Y SUDAMERICANA

 

“Señores: 

Hubo una época, época gloriosa en la historia de este continente, en que todos los americanos éramos compatriotas, unidos por el doble vínculo de nuestro común infortunio y nuestros comunes esfuerzos por la independencia. A esa época pertenece el varón ilustre, el capitán general de los ejércitos de Chile a cuya memoria Chile agradecido levanta hoy este monumento. 

No es al hombre nacido aquí o allí a quien Chile consagra esta estatua. Es al americano ilustre, al guerrero, al caudillo de las huestes de la libertad e independencia americana, al general americano don José de San Martín. 

No me toca a mí, señores, recorrer la carrera de gloria que dejó trazada con su genio y con su espada este americano eminente. 

Lo único que me permitiré recordar es la alta e inconmovible fe, el elevado sentimiento a sus esfuerzos; cómo alentado por esa fe, iluminado por ese pensamiento, con pequeños medios se allanaban los montes, se vencían las distancias, se arrollaban las resistencias, se franqueaban los mares, y la América del Sur, representada y guiada por este hombre, alcanzaba la victoria. 

¡Gloria a la América! ¡Gloria al general San Martín! 

Mi deseo, señores, mi íntimo deseo de viejo soldado, es que la América, fiel a estas tradiciones de paz y amistad recíproca, viva siempre un día por su común pensamiento y un común destino: Su común independencia, su perfecta autonomía, sus instituciones democráticas, y que estos sentimientos hallen al fin, al pie de esta estatua, una fuerza que en la hora del peligro temple y entone al débil, dé perseverancia al fuerte e inspire confianza a todos, de tal modo que en tanto que duren esas montañas que nos rodean, Chile sea no sólo el pueblo que levante estatuas a sus buenos servidores, sino el asilo de todos los hombres libres y el sepulcro de todas las tiranías. 

¡General San Martín! ¡Al pie del alto puesto que por vuestras virtudes cívicas y militares la opinión pública os señala, un oficial de vuestro ejército os saluda, grande y libertador de dos repúblicas!” 

Santiago de Chile, domingo 5 de abril de 1863 (en el 45º aniversario de la batalla de Maipú). 

Reproducido al día siguiente en “El Ferrocarril” de Santiago.

DR D CARLOS GUSTAVO LAVADO ROQUÉ LASCANO

 PRIOR GENERAL

El Señor Dr(hc) D JOAQUÍN SALVADOR LAVADO TEJÓN publÍca la primera historieta en que aparece "MAFALDA" el 15 de Marzo de 1964. (Archivo familiar)

Mi padre Juan Carlos, Joaquín Salvador "Quino", yo Carlos Gustavo

El Señor Dr (hc) DON JOAQUÍN SALVADOR LAVADO TEJÓN, más conocido como Quino, se dedicó, desde 1962, al humor gráfico con dispar éxito.

Más tarde, a principios de 1964, el Señor Don Miguel Brascó, su amigo, le acercó el ofrecimiento de la empresa de electrodomésticos "Mansfield", para hacer una tira con publicidad gráfica encubierta, donde los personajes tuvieran nombres que empezaran con "M". EL Dr DON LAVADO TEJÓN le dibujó una tira centrada para niños, a la empresa le gustó la idea, y, el 15 de Marzo, salió la primera tira en la revista "Leoplán", donde apareció "MAFALDA", nombre que tomó del bebé de la novela "Dar la Cara" del Señor Don Davis Viñas. El engaño fue descubierto por los directores de la revista y, luego de la tercera entrega, fue cancelada pero, tanto QUINO como su amigo, vieron en MAFALDA una gema donde mostrar la clase media argentina, desde la visión de los niños, y reimpulsaron la tira que, ya limpia de publicidad encubierta, fue en "Primera Plana" donde renació.

Más tarde, en 1965, se divulgó en el diario "El mundo" y, en 1966, se publicó la primera historieta.

Posteriormente, en 1968, comenzó la tira semanal en la revista "Siete Días".

Finalmente, el 25 de Junio de 1973, salió, por decisión del propio SEÑOR Dr (hc) DON JOAQUIN SALVADOR LAVADO TEJÓN, la última tira, aduciendo que “ya no la podía controlar”, incluso “había decidido no tener hijos” por la influencia de la misma.

Ad Majorem Dei Gloriam

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