Salud, camarada de aquellas
campañasque nunca en mi vida yo habré de
emprender;salve, compañeros, en tierras
extrañasjamás formaremos al amanecer.
Acudo a tu encuentro, fiero
babilonio,guerrero fungible que no sé
nombrar.escucho tu grito sin voz,
macedonio,que con Alejandro quisiste
marchar.
Te saludo, viejo soldado de Roma,legionario amigo que no conocí,te saludo al tiempo que aspiro el
aromade los campamentos que no
compartí
(olor de fogatas en las
madrugadas,cuando arden ramajes de roble y
ciprés;olor de correajes, de carnes
asadas,de sudor y sangre que exhala el
arnés).
Porque nunca pude mojar mis
sandaliasen el linde claro de aquel
Rubicón,te canto tribuno que fuiste a las
Galiassin que yo sentara plaza en tu
legión.
Porque no hice guardia bajo las
encinasteutonas en noches de tensa
quietud,con un dulce vino de cepas
latinas,viejo legionario brindo a tu
salud.
Salve, condestable, señores
cruzados,que miro cruzando sobre un
terraplén,flanqueado por frondas de olivos
plateados,hacia la conquista de Jerusalén.
No estuve con ellos, una cruz
bermejano signó mi pecho ni mi pabellón;la luz que en las armas sus rayos
reflejano alumbró mi paso por Tiro y
Sidón.
Salud, caballeros, que no me
contabanpeleando a su lado con porfiado
afánallá en Rocesvalles, mientras se
apagabanlas notas del cuerno que sopló
Roldán.
No surqué los mares llenos de
misterio,sirenas y endriagos en frágil
galeón;no fundé ciudades, no gané un
Imperio,ni busqué El dorado con
obstinación.
Saludo tu empresa, noble
castellano,saludo tu empresa por el Yucatán,Perú y La Florida; te extiendo mi
manoque nunca estrechaste, señor
Capitán.
Salud, veteranos de un Tercio de
Flandesa quienes no he visto la pica
empuñar.Salve, lansquenete, donde quiera
que andes,un desconocido te va a saludar
De la Vieja Guardia no fui
granadero,ni acampé en la nieve blanda de
Moscú;no crucé los Andes ni fui
compañerode otros granaderos, héroes en
Maipú.
No tuvo jinete mi potranca zainaque en las montoneras, sola,
galopó.Y un sable inactivo no dejó su
vainamientras me esperaba, cuando
Ituzaingó.
Te estoy saludando, milico
sufrido,que dejó sus huesos al pie de un
caldén,cansado por años de haber
combatidocontra Baigorrita, Catriel o
Pincén.
No formé en aquella Brigada
Ligeraque cargó allá cerca de
Sebastopol,ni, ulano de Prusia, llevé mi
banderapor campos franceses bañados de
sol.
La guerra más tarde surcó con su
carrola espalda de Europa, terrible,
otra vez,pero yo no estaba, cubierto de
barro,tras una alambrada tendida en
Yprés.
Otro habrá llenado mi plaza
vacanteen un submarino con rumbo a
Estambul.Y alguien en Toledo, Madrid o
Alicante,tiñó con su sangre mi camisa
azul.
Tampoco me puse la boina
encarnadani el escapulario de algún
requeté;no embarqué en un buque de la
escuadra aliaday un tanque germano jamás
tripulé.
No fui kamikase ni en ardua
conquistasumé territorios al mapa nipón.No vestí uniforme de paracaidistafrancés en los turbios bares de
Saigón.
No estuve en Corea, ni en las
barricadasde Argel se observaba mi blanco
kepí.Tampoco integraba las fuerzas
blindadasque ayer se enfrentaran en el
Sinaí.
No alquilé mi armado brazo
mercenarioa un Primer Ministro de frac y
tam-tam,no arrendé en el África mi fusil
corsarioni fui boina-verde vuelto de Viet
Nam.
No hundí una fragata de la flota
inglesagobernando el trueno rasante de
un jet,no estuve en Malvinas (¡y cuánto
me pesa!),no apunté cañones ni armé un
Exocet.
Vaya mi saludo, guerreros
ignotos,soldados de siempre, que desde el
confíndel tiempo cabalgan al son de
remotostambores y alegres toques de
clarín.
Salud, turbulentos ahijados del
riesgo,salud, cazadores de esquivo
laurel;rúbrica de sangre que atraviesa
al sesgola Historia, grabada con duro
cincel.
Les extiendo a todos esta mano
mía,de buen ciudadano, prudente y
cortés,mientras me pregunto si en su
compañíano hubiera temblado mi pulso
GUERRERO, SALUD
A los 89 años, falleció Juan Luis Gallardo. Abogado, periodista, narrador y poeta, paladín de las causas nacionalistas (especialmente Malvinas) ..
Dr Mag D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO
CENTINELA DEL DESARROLLO NUCLEAR ARGENTINO
DOCTOR EN FILOSOFÍA DE TEOLOGÍA CRISTIANA
RED INTERNACIONAL ANTINARCÓTICOS "LOS CAIMANES"
San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.
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