Calamidades argentinas II
El gobierno bicéfalo de Argentina Presidencia (la ex República
Argentina) se caracteriza por su
increíble capacidad para decir y desdecirse al día siguiente, y aún en el mismo
día. Su único programa consiste en endilgar todos los males al gobierno
anterior, que fue malo, pero no tan malo como este, el acusador. Poco menos de
la mitad de la población ha sido hundidaen la pobreza, y un porcentaje de ella
en la miseria; ¿cómo es posible que muchos niños pasen hambre en una tierra que
tiene una capacidad potencial para alimentar a varios cientos de millones de
personas? La inflación crece con el desaforado gasto público en el que se
incluyen los planes-limosna que reemplazan a la creación del trabajo genuino.
La educación pública ha alcanzado un nivel histórico de ineficiencia en todos
los niveles; la drogadicción se extiende democráticamente y hay zonas en la
práctica liberadas para el narcotráfico. El progresismo oficial nos ha “regalado”
el matrimonio homosexual y el aborto, proclamados como nuevos derechos; ya
circula un proyecto de legalización de la eutanasia, que es lo que faltaba como
atentado contra la vida humana. La casta política, que vive de la pobreza del
pueblo, ya se afana, un año antes, para disputar el próximo turno; se encuentra en campaña permanente. Los
ataques contra la Justicia buscan alcanzar la impunidad de los funcionarios
corruptos.
Mis lectores pueden pensar que exagero, pero todos los datos
que has registrado (hay más, por cierto) pueden ser avalados por informes
periodísticos. Admito, no obstante, que espanta verlos todos juntos. El país ha
conocido malos gobiernos, pero resulta difícil desempolvar de nuestra memoria
histórica uno tan incapaz y desvergonzado como el actual.
La adhesión de Argentina Presidencia a una cultura globalizada
anticristiana y antihumana, es protagonizada gustosa y entusiastamente por el
Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, a cargo de la señora Elizabet
Gómez Alcorta, quien asegura la vigencia de la ideología de género. En una reciente declaración, esta funcionaria
explicó que desde el Ministerio que preside se trabajará en cuatro ejes:
eliminar el estigma que padece el “colectivo LGTBIQ+” mediante la prevención de
la violencia de género; sensibilizar a la población sobre la gestión menstrual (sic)
desde una perspectiva de género y diversidad; vincular el tema a la salud
sexual y reproductiva y garantizar la provisión de insumos. He reproducido los
términos que se emplean oficialmente. En la conmemoración del Día Internacional
de Acción por la Salud de las Mujeres, el Ministerio promovió sus programas de
la llamada Salud Reproductiva, el “derecho” al aborto y la prevención -como ya
se ha dicho- de la violencia de género contra los “colectivos” de gente rara (dicho
esto sin intención discriminatoria). El presupuesto del Ministerio se abultará
seguramente con dólares que proceden del capitalismo internacional.
La Jornada de adhesión al Día ya mencionado ofreció la
oportunidad para declarar que es una cuestión de derechos humanos la salud menstrual“de mujeres, varones
trans y no binaries (sic) y señalar que “la falta de agua limpia y de
sanitarios provoca desigualdad estructural en las personas menstruantes”. Que
se puede hablar así muestra la insensibilidad de este gobierno ideologizado
hacia los millones de pobres que carecen de agua limpia y de sanitarios
adecuados, los que integran el “colectivo” de quienes viven en la miseria, pero
son gente normal, como indica la naturaleza, varones o mujeres. El lenguaje
empleado por el Ministerio con una ligereza increíble mueve a la risa, o más
bien al llanto, la reclamación y la protesta. La ideología de género elimina el
orden natural que reconoce la realidad sexuada de la condición humana: sólo hay
dos sexos varones y mujeres, y es una ínfima minoría -como la demostrado en
reciente censo- la que se auto percibe como no es, como perteneciente a géneros
diversos. Debemos respetar a todas las personas, pero respetar también la Verdad.
Es sorprendente y doloroso comprobar como la ideología ignora u oculta la
realidad.
A propósito de la maniática fijación de la cuestión del
ciclo menstrual de las mujeres, hay que saber que el problema real es el aumento
de enfermedades cardíacas y coronarias en el público femenino; vale la pena
subrayar que esta es la primera causa de muerte en las mujeres. De estas
enfermedades debería ocuparse primeramente el Ministerio de Gómez Alcorta, pero
su compromiso ideológico y la abundancia de los recursos financieros que recibe
por él lo inclina a descuidar o desconocer la verdadera causante de
enfermedades crónicas y de muerte. En el caso señalado se cumple lo que es ley
común de las fijaciones ideológicas.
El problema será perpetuado por la aplicación de la
ideología de género como orientación totalitaria de la educación sistemática.
Por supuesto, no se respeta la opinión y la voluntad de los padres de los alumnos, los cuales no son
consultados e ignoran qué se enseña a sus hijos. Advierto una cuestión
colateral: no podemos reconocer que existe un fenómeno cultural por desgracia
muy extendido, contrario al orden natural y al bien de los menores: muchísima
gente no se casa, vive “en pareja”, o bien los matrimonios no duran, y como
consecuencia se descuida a los niños, que van de aquí para allá y carecen del
medio adecuado para educarse en la verdad y el bien. Carezco de cifras al
respecto, pero salta a la vista que resulta muy difícil oponer otro ideal, el
auténtico, que es el matrimonio duradero de un varón y una mujer; el que prevalece
como opinión común es el ya indicado. Nunca se lo lamentará lo bastante. Años
atrás, en la sociedad argentina tenía una vigencia prácticamente común el orden
natural de las cosas, aunque no faltaran deficiencias y pecados. Es dramático que
las nuevas generaciones crezcan ignorando la realidad según la naturaleza y el
orden querido por Dios, acunados como lo son con el verso ideológico en la
escuela o en la casa y en las costumbres.
Los males señalados no son irreversibles, aun su vigencia
mundial puede ser superada. Esta posibilidad requiere que se produzca una
reacción en la Iglesia misma, que ha perdido la capacidad y la decisión de
evangelizar la cultura, inficionada como está por las ideologías de un Nuevo
Orden Mundial contrario a la fe cristiana y el auténtico bien del hombre.
Apunto un hecho auspicioso que ha surgido en varios países y
que puede interpretarse como de inspiración divina. Se trata de la convocatoria
a los hombres -a los varones, digo- para rezar el Rosario en lugares públicos, y
a hacerlo de rodillas. El último sábado
de mayo lo organizó en Buenos Aires un
grupo entusiasta de jóvenes; se realizó en Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno
y a la Catedral Metropolitana. Las noticias periodísticas calculan que
asistieron unos tres mil hombres. El hecho, me parece, puede ser interpretado a
la luz de la fe, como un don de Dios, una respuesta del Señor de la historia ala
esperanza y a la súplica de los fieles, que sufren bajo el imperio de aquellas
vigencias culturales a las que he aludido. En el salmo 19 (20) leemos: “Ellos
esperaron en sus carros y en sus caballos, nosotros en cambio invocamos el
nombre del Señor nuestro Dios. Ellos se inclinaron y cayeron, nosotros
resurgimos y estamos de pie”. Otros pasajes bíblicos, también del Salterio
describen situaciones análogas a la que nosotros padecemos, por ejemplo: “Ellos
se corrompieron y obraron abominaciones…Dios mira desde el cielo sobre los
hijos de los hombres para ver si hay alguien que comprenda que busque a Dios”
…“Todos se apartaron y se han corrompido la vez; no hay quien haga el bien, no
hay ni uno solo” …“Son los que obra la iniquidad y devoran a mi pueblo como pan”(Salmo
52/53). También en los salmos el orante urge la respuesta de Dios ante la
perfidia de los enemigos de su pueblo: “¿Hasta cuándo, Señor, te insultara el
enemigo, despreciará tu nombre para siempre? … Pero Dios es nuestro rey desde
todos los siglos y obra la salvación en la tierra” …“Mira, señor, que la tierra
está repleta de violencia; que no queden confundidos los pobres que alaban tu
nombre” … “No olvides los clamores de tus enemigos, el tumulto que ellos
provocan” … “Levántate y juzga esta causa que es la tuya, ten presente los
improperios de los insensatos”(Salmo 73/74).
Los pasajes que he citado fueron compuestos varios siglos a
de Cristo, pero hoy día no creyentes pueden asumirlos con toda razón, ya que
son palabra de Dios, inspirada por él. Encuentran cumplimiento ante las
imposiciones culturales que arrasan no sólo con la fe cristiana, sino con el
mismísimo orden natural de las cosas. Hay un misterio conmovedor en la historia
de los pueblos: a lo largo de la misma se han enfrentado las que San Agustín
reconocía como dos ciudades: la de
Dios, que reina en los corazones y en las obras de los fieles, y la edificada
por el orgullo humano, que combate contra la anterior. Los Salmos bíblicos
citados se referían a esa división que se descubre en la dialéctica del devenir
social.
“No hay mal que dure cien años” afirma vulgarmente el conocido
refrán. No es cuestión de aguardar resignados otro turno de la democracia
electoralista, sino de sacudir la indiferencia y no dejarse aplastar por una
casta de ignorantes y aprovechados. La democracia verdadera respeta la libertad
e implica humildad y espíritu de servicio; busca ante todo reconocer y servir a
la Verdad.
El Rosario de los varones argentinos permite abrigar una esperanza: no todo es indiferentemente igual; así como se distinguen el blanco y el negro, el bien y el mal no deben confundirse. Es preciso usar la cabeza y la fe. Las calamidades argentinas pueden cesar.
+ Héctor Aguer. Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Académico de Número de la Academia Provincial de Ciencias y Artes de San Isidro. Académico Honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino (Roma)
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