NOMBRADO POR EL SEÑOR
J REG PATRICIOS Cnl D NESTOR ALFREDO D'AMBRA
NOMBRADO POR EL SEÑOR
J REG PATRICIOS Cnl D NESTOR ALFREDO D'AMBRA
DR CALIXTO T.DE LA TORRE
PRESIDENTE LEGIÓN DE PATRICIOS DE BUENOS AIRES
EPISTEMÓLOGO DE LA
ORDEN
Pte del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos
Aires
Pte Academia Argentina de Asuntos Nacionales e
Internacionales
“El
mundo contemporáneo se enfrenta a dinámicas que ponen en aprietos a los operadores clásicos de la Seguridad”.
César Augusto Niño González*.
El
“Encuentro” de Managua.
Entre “relatos” y falacias.
La Política de Seguridad Nacional.
El
“Encuentro” de Managua.
La publicación del informe final del “XXIII Encuentro del Foro de San
Pablo-FSP-” confirma -definitivamente- las afirmaciones que nuestro IEEBA viene
realizando hace mucho tiempo… “el gobierno argentino de los K -hipócritamente-
simuló no adscribirse al Socialismo Siglo XXI” (1).
Se
dijo peronista y gran parte del peronismo suicida lo aceptó y lo sigue
aceptando cuando rechaza el desafuero del “honorable” De Vido. Los K se
adscribieron a la “pseudo-revolución” y la ex presidente lo confirma
actualmente con la ideología de quienes la acompañan en su candidatura al
Senado Nacional, en las elecciones de Octubre de éste año.
El
Socialismo Siglo XXI -o Chavismo- no es otra cosa que la continuidad del
proceso revolucionario conducido por La Habana desde 1959 -hasta hoy- y en la
presente etapa post-implosión soviética -1991- conducido por el FSP, en el que
revistan estalinistas y social-demócratas, estos últimos citados normalmente
como “progresistas” (2).
El
“XXIII Encuentro” acaba de desarrollarse en Managua -Nicaragua- entre el 15 y
el 19 de Julio de 2017, bajo dirección del sandinismo, por ausencia de su
fallecido presidente/fundador -Fidel Castro- y de su vice-presidente -Lula-,
sentenciado a nueve años de prisión, por corrupción.
El informe final del Encuentro expresa claramente: “Las fuerzas de izquierda y
progresistas perdieron el control del Poder Ejecutivo en Honduras, Paraguay,
Argentina y Brasil y resisten en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay,
Nicaragua y El Salvador”. Por estas razones la nueva directiva establece como
nuevo objetivo “buscar la unidad de las izquierdas revolucionarias y organizar
la resistencia, hasta que se inicie la contraofensiva”.
Entre
“relatos” y falacias.
Llama
la atención que el periodismo y los partidos políticos, en nuestro medio, no se
hace eco de estos hechos políticos y estratégicos, centrales para el futuro de
nuestra región iberoamericana. La “resistencia” está hoy en nuestras caóticas
avenidas y autopistas, en las vaciadas instituciones, en la comunicación, en
las aulas, en los sindicatos, en los transportes. Sin embargo, cuando se la
describe en sus detalles, no se la cita como tal. Se habla del actor: “el
piquete”. Pero no de su acción: “la resistencia revolucionaria”.
Tampoco
lo hace el Gobierno. No se cita a la “revolución”, pero se afirma que no
debemos regresar al pasado violento y ese mismo pasado está presente, con otras
formas y en otra circunstancia. Se mira y no se ve. Se habla con el lenguaje
simbólico del enemigo, con expresiones derivadas de una masiva comunicación
psico-social de nuestro viejo enemigo, trasladadas a un nuevo “relato” que es
determinante para las conductas fanáticas y condicionantes para los actores
dubitativos o confundidos.
Lo
que en verdad ha ocurrido es que el terrorismo revolucionario de los ’60 y ´70
ha mutado desde sus formulaciones estalinistas a las gramscianas, creando
“falacias” encubridoras para que las mayorías de clase media “llegaran al
comunismo, sin saberlo”. Hasta ahora el cambio de vía ha tenido un relativo
éxito. Prueba reciente: la elección del nuevo presidente. Pero a su vez éste
mismo presidente, que en la última reunión del Mercosur reclamó a Caracas por
“los presos políticos en Venezuela”, tiene casi dos mil en su propia casa que
aumentan constantemente -defunciones y nuevas incorporaciones de por medio- y
no actúa.
Continúa
-con absoluta vigencia en el 2017- la “política de derechos humanos -DDHH-”,
conducida ahora por el Ministro Garavano y su Secretario Avruj, ambos bajo
control y supervisión de los llamados “organismos de Derechos Humanos”,
constituidos por simpatizantes de la “pseudo-revolución”, defensores de Maduro,
de su dictadura y francos opositores -si no enemigos- del gobierno Macri. ¿Cómo
se explica semejante paradoja? ¿Cómo se entiende semejante contrasentido?.
Hay
quienes -aun estando presos- todavía esperan que las elecciones de Octubre
“normalicen” su situación pues, después de ellas -dicen-, todo cambiará. Se
terminará con “el curro de los DDHH”. Otros, más realistas, descreen de dicha probabilidad,
pues la coalición gobernante tiene en su seno “progresistas de izquierda” y
“progresistas liberales”, que en lo que tiene relación con la “política de
derechos humanos” actúan tomados de la mano.
Hemos
sostenido -desde el final de la guerra fría en 1991- que hay mucha confusión en
variados dirigentes ideologizados, con bajísimo nivel de conocimientos
políticos y estratégicos. No es lo mismo “derechos humanos” que “política de
derechos humanos”. Los derechos humanos están en nuestra Constitución Nacional.
Los defendió la Nación Argentina cuando el terrorismo revolucionario nos
agredió -desde 1959-, con el objetivo de imponernos el partido único y una
constitución comunista.
Estos
objetivos revolucionarios aun se mantienen -como lo acaba de afirmar el XXIII
Encuentro de FSP-, pero el procedimiento que hoy emplea para lograrlos ya no es
a través de las “organizaciones armadas”. Estas han sido reemplazadas por “la
política de DDHH”, conducida por los “organismos de DDHH” que emplean a parte
del Estado Argentino como instrumento para alcanzar sus fines: al PEN
-Ministerio de Justicia y DDHH, Secretaría de DDHH -querellante en todos los
casos- y al Poder Judicial -la Justicia Penal Federal, consciente
prevaricadora- que ha arrasado con la jurisprudencia penal argentina.
A
su vez, la “política de DDHH” desplazó a la Política de Seguridad Nacional,
mediante la colusión -en la posguerra- de nuestros enemigos de la segunda mitad
del siglo XX: los británicos y los personeros actuales de la revolución neo marxista
(3).
Esta
maniobra colusiva, originada con el Decreto 158/83, a puesto a la Argentina en
los umbrales del “estado fallido” y ha retenido el “estado de guerra civil
revolucionario” hasta nuestros días.
No es solo Cristina ni el “populismo” lo que espanta a las inversiones o impide
darle un mayor ritmo a la recuperación de la crisis generalizada que nos
envuelve.
Cristina
es solo el rostro, la imagen de superficie que oculta al proceso revolucionario
que afecta a toda Iberoamérica, en la profundidad de los acontecimientos. El
término “populismo” es solo el encubrimiento discursivo que evita llamar a las
cosas por su nombre. Al pan, pan y al vino, vino.
En
la Argentina aparentemente no existen los comunistas, pero la pseudo-revolución
neo-marxista sigue su curso y sus actores, en superficie, son todos
“democráticos”, pero aclaremos: son demócratas del partido único. Son quienes
no hablan de la situación venezolana. ¡Qué esperan las cámaras del Congreso
Nacional para expresar su repudio al criminal gobierno castrista de Caracas!
El
complemento de la citada maniobra judicial originada por el Decreto 158/83 -que
nos ha dejado sin FFAA y en total desamparo en lo que hace a la seguridad
pública- ha sido la masiva acción psico-social desarrollada desde los años ´80,
en tiempos en que los medios de comunicación eran estatales.
Hoy
ese discurso continúa, bien disimilado por el escándalo de la corrupción de los
gobiernos adscriptos al “chavismo”, aun en el caso argentino en el que la
“revolución” fue contenida -en Diciembre de 2015- por elecciones libres, pero
con un nuevo gobierno que carece del poder suficiente, dentro de su coalición,
para enfrentar a las “vacas sagradas” creadas -en los últimos treinta y cinco
años- por la “política de DDHH” que le imponen las “respetadísimas” comandantes
de “abuelas” y “madres” y las leyes que originaron la actual inseguridad e
indefensión -las de Defensa y Seguridad Interior- intrínsecamente perversas
(4).
La Política de Seguridad Nacional.
Como
ya lo expresáramos más arriba, la Política de Seguridad Nacional no existe. Ha
sido reemplazada por la “política de DDHH” (5). Es suficiente -para
comprobarlo- un análisis comparado de los Libros Blancos de la región, o bien
observar la situación de inseguridad progresiva y generalizada, que ha pasado a
ser la principal preocupación social.
Nuestra
dirigencia política, frente a éste tema central -principal responsabilidad del
Estado- y de cara a su electorado, ha defeccionado. El muro psico-político
construido durante los últimos treinta y cinco años la ha paralizado. Es
“políticamente incorrecto” tratar la actualización conceptual y orgánica de la
Seguridad Nacional. La legislación que la rige fue desarrollada por los
simpatizantes y herederos de las organizaciones terroristas-revolucionarias
domésticas, en tiempo de la guerra fría. Con ellas lograron extrañar a las FFAA
de sus misiones constitucionales y así pudieron avanzar contra nuestra cultura,
nuestra educación, nuestra economía y alcanzaron la actual “grieta” social -la
lucha de clases-, a un precio escandaloso de inseguridad, indefensión, muertes
diarias de inocentes, corrupción institucional y conflicto social. Nos han
llevado al borde del “Estado fallido”.
Mientras
tanto, el mundo siguió andando. Contrariamente a nuestra parálisis
socio-política y económica, nuestros vecinos y el mundo desarrollado dinamizó
los cambios de estructuras, de conceptos y organizaciones de seguridad.
Mientras está en debate la “séptima generación de la guerra” en el ámbito de
los estrategas teóricos *, la anquilosada dirigencia política argentina y los
responsables legos de nuestra Seguridad Nacional, continúan sordos, ciegos y
mudos, mientras los riesgos y amenazas posguerra fría se agravan día a día y en
las calles y avenidas los vecinos gritan por SEGURIDAD Y JUSTICIA. En nuestra
querida Patria Argentina el “motor del reordenamiento de la Seguridad”* está
fuera de servicio desde 1984, hace treinta y cinco años.
* César A. Niño González. “Séptima generación de la
guerra: el terrorismo como motor del reordenamiento de la Seguridad”. 21 Jul 17.http://www.ieee.es/
(1). Heriberto J. Auel. “La larga guerra civil argentina y el actual estado de
guerra civil-revolucionario”. 09 Jul 13. www.ieeba.com.ar
(2) Heriberto J. Auel. “El narcoterrorismo, el estado nación, la democracia y
las FFAA”. 26 Abr 14. www.ieeba.com.ar
(3) Heriberto J. Auel. “Estamos en Guerra “por partes”. 05 Ago 16.www.ieeba.com.ar
(4) Heriberto J. Auel. “Democracia, FFAA, Seguridad y Sociedad”. Ponencia en
Santiago de Chile. 21 Jul 11. www.ieeba.com.ar
(5) Mario Cadena Madariaga. “Los partidos políticos, las FFAA y la Defensa
Nacional”. Mar 10. www.ieeba.com.ar
San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.