sábado, 26 de junio de 2010

Indigenismo y choque de culturas. Por Rosendo Fraga

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Rosendo Fraga
Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría

Los festejos por el bicentenario de la independencia del Reino de España comenzaron con reivindicaciones y manifestaciones contra el colonialismo, que confirma el avance del fenómeno del indigenismo, del cual se alertó desde estas páginas. Están reapareciendo conflictos y cuestiones que en realidad habíamos pensado que estaban absolutamente superados, olvidados, o que no existían en nuestra región, señala Fraga en esta nota:
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Un tema de la historia que me ha interesado mucho es el de la esclavitud, la convivencia de todas las religiones y de todos los sistemas políticos prácticamente con la esclavitud hasta comienzos del siglo 19. Si hoy hay algo que nos parece atroz es la esclavitud, que alguien sea dueño del cuerpo de otra persona, que alguien pueda disponer al antojo del cuerpo de esa persona. Hoy para nuestros valores nos parece una de las cosas más aberrantes y más atroces. Sin embargo miramos la historia y la esclavitud fue lo normal para gente muy inteligente, para gente muy liberal, para gente, incluso, de gran cultura. Hay un trabajo muy interesante de una investigadora inglesa, que profundiza la convivencia entre el cristianismo y esclavitud los cinco primeros siglos del cristianismo, cómo se va incorporando, cómo se va procesando. La esclavitud tiene referencias en el Viejo Testamento. No tiene prácticamente referencias en el Nuevo Testamento, pero en ningún pasaje ni en ninguno de los 4 Evangelios y de las epístolas hay un solo cuestionamiento, una sola crítica a la esclavitud, que era la base del sistema económico de Oriente y Occidente.
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Me pongo en el punto de vista de hoy y la esclavitud la condeno pero ni las religiones las condenaron, ni la Revolución Francesa, ni la Revolución Americana. ¿Puedo condenar a cualquier persona que haya vivido antes del comienzo del siglo 19 por haber sido dueño de esclavos, por haber convivido con la esclavitud? Esto demuestra que si no ubicamos en su tiempo y espacio los procesos y la cultura, corremos el riesgo de no entender.
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En enero, en Pekín, me decía un cientista político chino: nosotros los chinos tenemos que reconocer que en los últimos doscientos años la democracia ha sido un sistema de gobierno que le dio algún resultado a algunos pueblos de Occidente. Mire cinco mil años, están casi por el año cuatro mil ochocientos, mire cuál es el sistema político que ha dominado, mire el mundo, y usted se va a dar cuenta que la democracia es un momento muy preciso de la historia en una región muy precisa. Esta visión que da la historia creo que es absolutamente fundamental.
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Hay una frase de Borges que me hizo pensar mucho, que está en unas conferencias que dijo en la Asociación Freudiana. Dijo: “el cristianismo es una mezcla, combinación de una filosofía occidental y una religión oriental”. La occidental, la griega -ya sea la vertiente aristotélica con Santo Tomás, la vertiente platónica con San Agustín o San Pablo-, con una religión oriental.
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El cristianismo es algo absolutamente central de la identidad de Occidente. Pero si uno se ubica en un tiempo y espacio, lo que hoy es Occidente era absolutamente politeísta. Es en Oriente donde comienza el monoteísmo. Muchas de las cosas como las vemos hoy, hay que hacer muchas veces el esfuerzo y mirarlas de otra manera.
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Muchas veces estamos mirando lo que pasa en Oriente, el conflicto con el Islam, y quizás no percibimos los fenómenos que están pasando muy cerca nuestro y que tienen mucho que ver con este fenómeno del diálogo de culturas, conflicto y encuentro de culturas, civilizaciones, etc.
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Cuando en 1992 se conmemoró el 500º aniversario del descubrimiento de América, el gobierno de Felipe González, tras una serie de estudios, acuñó este término: encuentro de culturas; dos culturas se encontraron. Y de este encuentro de dos culturas yo puedo tener dos visiones, dos significados absolutamente antagónicos. Puedo decir, con una visión positiva, que América Latina ha sido el mayor proceso de mestizaje de la historia. Y puedo decir con otra visión que fue el mayor proceso de violación de la historia.
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Hoy el indigenismo en América Latina empieza a ser lo que lo era en el siglo 18, empieza a ser una motivación, un valor, un centro de cuestionamientos. Están surgiendo, reapareciendo, conflictos y cuestiones que en realidad habíamos pensado que estaban absolutamente superados, olvidadas, o que no existían en nuestra región. Quizás a los que vivimos en Buenos Aires nos parece que es un problema no presente, porque esta ciudad es de alguna manera una isla en América Latina. Si la miro desde lo que implica su etnia es una ciudad que a comienzos del siglo 20 un 60 % de su población había nacido en Europa, con lo cual vivimos una situación muy particular. Pero en Bolivia más del 50% de la población es indígena pura, y mestiza más de un 40 %; la población puramente europea es de menos de 10%. En Perú, Ecuador y Guatemala la situación es similar, y en Venezuela y Colombia un poco menos.
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En América Latina, de unos 470 millones de habitantes, la población europea pura no pasa del 15 o 18%, y está muy absorbida por una cultura predominantemente occidental en su matriz religiosa, el catolicismo, y en su matriz cultural, a través de un sistema educativo y una lengua que es tan importante en el diálogo y la comunicación.
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Pero esto está empezando a cambiar, y puede pasar a ser un conflicto. Hay que anticiparse para que el diálogo sirva para impedir el conflicto.
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En Bolivia, por ejemplo, en las poblaciones indígenas se establece el derecho del código penal aymará, que es totalmente diferente al Occidental. Se reúne el pueblo y en asamblea vota la pena del delincuente; puede imponer penas físicas. Esto puede parecer una aberración, pero si observo los procedimientos penales occidentales del siglo 11 al 16 me encuentro con que la pena física era el derecho penal. Cuando la Inquisición en su procedimiento incorpora la tortura, la toma de la legislación común. Tuvimos un caso muy interesante y dramático en la provincia de Salta con un indígena wichi que convive con una mujer y viola a la hija de la mujer de nueve años, que vive en la casa. La mujer lo denuncia en la Justicia y va preso. La Justicia le impone una pena de algo así como cinco años por violación. La Corte de Salta devuelve al Juez de primera instancia la causa, porque considera que no ha valorado adecuadamente que en las creencias wichis fecundar una menor es un acto de adoración a la divinidad. Pero la otra parte no tiene la misma creencia. Se puede decir que es un caso aislado, pero empieza a anticipar los problemas que pueden comenzar a venir. Porque en el mundo de hoy las etnias viven mezcladas y es comprensible, pero quizá la población aymará puede querer volver a su derecho, que a lo mejor tiene una matriz cultural del siglo 13 ó 15.
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Bolivia es un laboratorio muy importante de fenómenos que pueden trasladarse a otros planos de América Latina. A dos presidentes, el boliviano y el ecuatoriano, les han impuesto los símbolos del poder la autoridad religiosa indígena, así como muchas veces vimos que el rey los recibía del Papa.
En América Latina tenemos hoy tenemos algo así como 37% de la población bajo el nivel de pobreza, pero vive bajo el nivel de pobreza más del 90 por ciento de los indígenas. Estas realidades étnicas se asientan en realidades sociales. En América Latina pobreza y población indígena es prácticamente un sinónimo.
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Fue muy interesante una conversación que tuve con la máxima autoridad religiosa aymará en Bolivia, que es el que le dio los atributos del poder a Evo Morales. Me contó el proceso de conversión religiosa de Evo Morales, porque él era un indigenista social pero no religioso; no participaba del culto aymará. Es como pasa con muchas de las personas de las religiones monoteístas: son socialmente de esa religión pero no profesan el culto. Cuatro meses antes de ser electo presidente Morales se acerca al consejo de ancianos aymará a pedir ayuda para llegar a la presidencia, para transformar el país, y ahí empieza a convertirse a un indigenismo religioso. Por eso hemos visto a Morales con su propio cuchillo abriendo una llama y ofreciéndola en homenaje a la divinidad aymará, asumiendo los ritos.
En la región empiezan ya los problemas, se está produciendo el choque del movimiento indigenista con la religión católica, y hay un sentimiento antieuropeo mucho más marcado que antes. En América Latina tuvimos una capacidad mucho mayor que en otras regiones del mundo para terminar generando una síntesis. Por eso urge que discutamos este tema, que discutamos políticas y acciones.
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miércoles, 23 de junio de 2010

Colaboración del Doctor Don Eugenio Francisco Limongi "Historias en el Aire" del Dr Ruben Omar Sosa

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El Dr Sosa y sus colaboradores
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nace como un programa donde la solidaridad,
la promoción y protección de la salud van de la mano.
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Se emite todos los viernes entre las 14.00 y las 15.00 horas por Internet en la Radio On Line de la Universidad Abierta Interamericana conducido por el Dr. Ruben Omar Sosa
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Flotan en el aire una galería de personajes que son los protagonistas y portavoces de historias con diferentes contenidos donde los valores estan siempre presentes y transportaran al oyente a una inevitable y profunda reflexión
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La emisión cumple una función social a través de la organización de eventos conocidos como barrileteadas solidarias..
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Bienvenido a Historias en el Aire, una página donde su imaginación
es el viento.
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Estimado amigo
Padre Ezequiel:
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Con alegría me he enterado, a traves de mi esposa Karina que los materiales ya están listos y pronto se iniciará la contrucción de la primera y única biblioteca popular de Villa Corina.
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Sé positivamente que será un instrumento más para la humanitaria y evangelizadora tarea que usted desarrolla en ese lugar tan necesitado de todo.
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Me reconforta ver como las autoridades no hacen oídos sordos a las necesidades que le hemos planteado, esto se debe , básicamente a que el secretario de Cultura, Hugo Caruso siempre adoptó una actitud positiva con mis locas utopías y es un hombre más alla de lo partidario y me lo ha demostrado, siempre, siempre, ser honesto y a disposición de la gente. Ha resististio la prueba del tiempo, con los años que pasan todo en limpio.
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Me alegra en grado sumo saber que con el proyecto Cruz del Sur puedo aportarle una gota en ese mar.
Tengo miles de libros esperando y habrá más.
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Le solicito, por favor, por razones de metodología que arbitre, como habiamos quedado, un lugar para poner los libros que atestan el único espacio que tengo, una habitación de dos por dos por tres metros de alto , completa hasta el techo.
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Hoy por ejemplo aprovechando el feriado iré a buscar con mi auto una donación de libros a Luis Maria Campos al 500 , son muchos pero ya no tengo lugar donde depositarlos.
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Pronto el diario la ciudad hará una nota acerca de todo esto para informar a la población de Avellaneda.
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Prefiero esperar que comienzen los trabajos para darlo a difusión con el objetivo de conseguir más libros y lograr una biblioteca útil.
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Bueno padre... no lo molesto más.
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Aviseme cuando la habitación esté lista y allí ire con la valiosa carga tan desvalorizada en estos dias.
Lo abrazo con esperanza, con los pies sobre la tierra y la mirada en el cielo .

Le envio algunos links para que vea algunas cosas que anduve haciendo en este proyecto que incluye ahora bibliotecas en barrios desvalidos.
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Asimismo le informo que estoy preparando una plantación de árboles, esto lo hice hace 10 años y plantamos 4000 , y ahora Ya tengo comprometidas y anotadas más de 700 niños con sus familias y me gustaria que los chicos de Villa Corina participen, estoy gestionando los árboles para que no tengan que comprarlos, de eso hableré con Hugo Caruso y Alejandro Galup .

Va copia a Hugo Caruso, Web master de Historias en el Aire y diario La ciudad y vecinos donde se hará la plantación de árboles y a muchos amigos sensibles que saben leer entre líneas y utilizo esta carta para informar como van las cosas
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Nos vemos pronto.
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Ruben Omar Sosa
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http://www.historiasenelaire.com.ar/solidaridad/actual/adhepara.html
http://www.historiasenelaire.com.ar/solidaridad/actual/adhepara.html
http://www.laciudadavellaneda.com.ar/nota.php?id=115
http://hermosoliniers.blogspot.com/2009/10/donaran-30-mil-libros-tres-escuelas-de.html
http://www.auno.org.ar/leer.php/5048
http://notife.blogspot.com/ /
http://www.informedigital.com.ar/secciones/medios/nota.php?id=31553
http://www.diarioelargentino.com.ar/notas.php?id=68710
http://www.eldiariodeparana.com.ar/textocomp.asp?id=180913
http://www.lagacetaonline.com.ar/la_gaceta_online/noticia.php?id=9940
http://buenasnoticiasbn.blogspot.com/2009/11/100-mil-libros-solidarios_24.html
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=22389
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sábado, 19 de junio de 2010

MANUEL BELGRANO:PALADÍN DE LA NACIONALIDAD

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Capitanía General de la Provincia de Salta

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Por S.E. Don Andrés Mendieta OCSSPSIL
Capitán General para la Provincia de Salta
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A la palabra “Patria” y ni la de los próceres de la nacionalidad no la profesan los políticos, a la clase dirigente, a los legisladores ni menos aún a las autoridades gubernamentales en sus discursos. ¿Será por temor a la comparación o porqué ignoran el pasado argentino?

Dejo en ustedes esta inquietud, que también es la mía…

“Si es necesaria mi vida para asegurar el orden público aquí está mi pecho: Quítenmela”… Y con un “¡Ay patria mía!”, el vocero de la libertad y abanderado de la nacionalidad: Don Manuel Belgrano, se quedó sólo con su inmortalidad aquel 20 de junio de 1820.

Decir Manuel Belgrano, es darle nombre a la veneración y gloria a la memoria. Es decir: Patria, Honor y Libertad. Fue uno de los cerebros más lúcidos, más prudentes, más reflexivos, más equilibrados y mejor informados que hubo en su tiempo en el Río de la Plata. Un austero, dotado de una enorme capacidad de renunciamiento, con el estricto sentido del deber y de la disciplina. Amó la verdad apasionadamente, y su absoluta incapacidad para velar por si mismo le hizo morir pobre.

No tenía medios económicos y las autoridades le negaban toda ayuda. Sólo los amigos le brindaron los socorros indispensables y esto no dejaban de atormentarle.

Cualquier epíteto que se emplease para fijar la gloria de don Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, no alcanza a cubrir su magnitud.

El creador de la Bandera Nacional, es el único argentino que trabajó dieciséis años antes de la Revolución y diez años después también por la Revolución.

Es muy difícil ofrecer una síntesis de una vida tan rica de ejemplos de abnegación, sacrificio, patriotismo y consagración al trabajo sin pausa ni descanso.

Belgrano, sin lugar a dudas, estaba preparado al calor de una enorme vocación de grandeza para acometer la empresa que, a todas luces, debía desembocar, ineludiblemente, en la ruptura de la dependencia colonial y en la autonomía política.

Licenciado en filosofía en el Real Colegio de San Carlos, bachiller en leyes de Valladolid, abogado de la Universidad de Salamanca, poseedor de idiomas, dedicado a los estudios de economía política y derecho público; la especialización lo lleva a abrazar estos campos que no eran los clásicos y que lo destacaron en la secretaría del Consulado de Buenos Aires.

Ahí reside el espíritu innovador, de un modernismo revolucionario en estas tierras, que lo hace bregar por el progreso material de las mismas a través de su lucha por la supresión del monopolio mercantil, por el comercio libre, por la instauración de conquistas técnicas en la agricultura, la navegación y la industria, encarnando intereses que no podían evolucionar por la asfixia impuesta desde la península.

Propuso la creación de una escuela de Comercio, y pronto lanzó una iniciativa en colaboración con el talentoso español Félix de Azara: la Escuela Náutica, instituto que comenzó a funcionar el 26 de noviembre de 1799, y cuyo reglamento redactó el prócer.

Pero había que hacer algo más, y Belgrano fundó la Escuela de Dibujo, en la que “se enseñaría geometría, arquitectura, perspectiva y toda clase de dibujo”.

• Belgrano economista

En esta evocación no podemos sustraernos de las ideas económicas y sociales de Manuel Belgrano. La Revolución Francesa despertó en él ideas de libertad y de renovación. Con el apoyo del virrey Nicolás Antonio de Arredondo gestionó ante la Corte la creación de un Consulado, presentando un memorial en que proponía las ordenanzas y estatutos que estimaba necesarios.

Junto con Juan José Castelli e Hipólito Vieytes participó de un movimiento cultural por el que se definía con vigor inesperado la balbuciente cultura de la capital del Virreinato, y cuyas manifestaciones más significativas, por su fuerza renovadora espiritual, fueron las tres memorias consulares y la traducción del “Resumen de la Fisiocracia”, con que Belgrano señaló sus actividades iniciales como secretario del Consulado.

“Por sus páginas corría –dice el autor- un soplo de fresca vitalidad, que entonaba un ambiente hasta entonces mustio y como desmembrado por la sordidez de los burócratas y de los mercaderes. En ellas resonaban, por primera vez en esta región tan distante del mundo civilizado, los ecos lejanos de la filosofía del siglo”.

En una de sus memorias dice Belgrano que:

“la ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte. Sus principios so0n más dignos y la extensión que comprenden es mucho más de lo que puede suceder a aquellos que sin conocimientos han emprendido sus operaciones”.

Belgrano sostuvo las doctrinas más adelantadas del comercio libre, tal como entonces se entendía. Estaba en contra del monopolio de Cádiz, que años antes había sostenido el comercio de Buenos Aires.

En su primer trabajo, que lleva el título “Medios generales para fomentar la agricultura, animar la industria, proteger el comercio en un país productor”, Belgrano propone la creación de una escuela de comercio; que se establezca una compañía de seguros marítimos y terrestres; y la creación de una escuela náutica.

En l810 publica artículos donde reproduce sus pensamientos vinculados al comercio, la industria y la educación, donde envolvía una propaganda sediciosa y revolucionaria.

• Belgrano militar

Muchos desconocen la trayectoria de Belgrano militar. Pareciera ser que su evaluación radica cuando en su autobiografía dice: “Mis conocimientos militares eran muy cortos”. Su humildad lo hacía pensar así después de los desastres de Vilcapugio y Ayohuma. En 1797 el virrey Pedro Melo de Portugal lo designó Capitán de Milicias Urbanas de Infantería y, después de las invasiones inglesas, el virrey Rafael de Sobremonte lo asimila en la Legión de Patricios con el grado de Sargento Mayor y, más tarde, Santiago de Liniers lo convoca a su lado en caso de una “nueva invasión”.

Sobre la pericia militar del prócer no fue mezquina por parte de Cornelio Saavedra cuando se refiere a los servicios prestados en el Regimiento de Patricios.

El doctor Alonso Armando Piñeiro durante una conferencia pronunciada en Buenos Aires en 1996 bajo el nombre de “La desconocida competencia militar de Manuel Belgrano”, dijo, entre otras cosas, lo siguiente:

“Los primeros años del siglo XIX en realidad solamente los hermanos Antonio, Ramón y Marcos González Balcarce tenían una sólida formación especializada, puesto que habiendo ingresado en la carrera a fines del siglo XVIII, se dedicaron totalmente a las armas. Y nos dice un historiador –continúa Piñeiro- al respecto: “… ninguno de los supuestos jefes criollos residentes en Buenos Aires tenían ni la sombra de los antecedentes militares de Belgrano. César Balbiani, Martín Rodríguez, Cornelio Saavedra, Francisco Antonio Ortiz de Ocampo, Domingo French, Eustaquio Díaz Vélez, en fin, eran todos pacíficos ciudadanos, dedicados a las más diversas actividades y despreocupados de la milicia, hasta setiembre u octubre de 1806, en que fueron designados capitanes, comandantes, tenientes, ayudantes. Para entonces, Belgrano había sido ascendido dos veces, y ostentaba el grado de teniente mayor”.

Más adelante, el disertante puntualiza que Belgrano se preocupó

“seriamente por conocer el arte militar, y ante el triste espectáculo de la falta de oficiales que advirtió con motivo de la invasión inglesa, en 1807, tomó un maestro para que le instruyera en las “evoluciones más precisas y le enseñase por principios el manejo del arma”.

• Belgrano educador

Manuel Belgrano fue un verdadero propulsor de la enseñanza. La instrucción la encaró con su propia tropa. Los soldados debían aprender las primeras letras y, como así, tomar conocimientos sobre las tareas rurales.

Por sus triunfos en Tucumán y Salta la Asamblea General Constituyente del año XIII, con sede en Buenos Aires, decretó otorgarle un premio consistente en un valioso sable y la suma de cuarenta mil pesos en bienes del Estado. Una vez más puso en relieve sus sentimientos a favor de la Patria. Declinó el obsequio disponiendo que con dichos fondos se construyan cuatro escuelas en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. Con las rentas se pagaría a los maestros y para la compra de libros y útiles para los niños pobres.

Belgrano periodista

A Manuel Belgrano –el primer presidente de la Academia de Derecho Romano, Práctica Forense y Economía Política de la Universidad de Salamanca- se lo conoce muy poco como periodista.

A través de sus numerosos escritos aparece como prototipo de periodista revolucionario. Supo ubicarse en la época, y percibir la esencia del quehacer de esa sociedad que ya había iniciado momentos brillantes.

En 1801 participó en la redacción del primer periódico publicado en el Río de la Plata: “El Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata” que fundó y dirigió don José Antonio Cabello y Mesa. También su pluma se destacó en el “Semanario de Agricultura y Comercio”, dirigido por Hipólito Vieytes, que circuló en 1802 y ocho años después redactó el prospecto “Correo de Comercio de Buenos Aires”, donde puede leerse una amplia gama de temas, tales como: agricultura, comercio, realengos, economía política, cartas a un labrador, estadística, educación, modos de sostener la buena fe en el comercio y metafísica. Según el mismo Manuel Belgrano sus escritos tenían “un doble fin y una doble intención”.

En cada línea de las notas escritas por el creador de nuestra enseña patria surgía la levadura de la Revolución.

• La Revolución de Mayo

La Revolución de Mayo ya lo sorprendió con la salud algo quebrantada, pero en la reunión de los patriotas celebrada el 24, Belgrano inflamó el entusiasmo de todos con esta afirmación:

“Juro a la Patria y a mis compañeros que si a las tres del día inmediato el virrey no ha sido derrocado, a fe de caballero, yo lo derribaré con mis armas”.

Al día siguiente, Manuel Belgrano era vocal de la Primera Junta, y poco después partía en la Expedición al Paraguay. A su paso por Entre Ríos y Corrientes, fundó las poblaciones de Curuzú Cuatiá (“Cruce de papeles”, en guaraní) y Mandisoví. No tuvo mayor éxito en esa campaña militar, ya que en Tacuarí (“donde hasta los niños y los ciegos lucharon”, según la expresión de Mitre) cayeron vencidas sus fuerzas, pero brindó una benéfica simiente libertadora que luego germinaría en Asunción, y a su paso dejó numerosas iniciativas de progreso.

Pero por sí sus triunfos posteriores en Tucumán y en Salta; su donación de los 40 mil pesos que en premio a esas victorias le otorgó la Asamblea General Constituyente y que rechazó pidiendo se destinaran para la creación de cuatro escuelas; su actuación en el Congreso de Tucumán que declaró nuestra independencia y el ejemplo de su vida toda puesta al servicio de la Patria fuera poco, su nombre adquiere perennidad por estar ligado al más sagrado de nuestros símbolos nacionales: la Bandera.

Fue breve la vida de Belgrano así como no conoce límites su glorificación por la posterioridad. Pero ya en 1819 estaba seriamente enfermo y cuando se encontraba en Santa Fe donde firmó con Estanislao López los armisticios de Rosario y de San Lorenzo, comenzó a decaer, para empeorar al encontrarse en el campamento cordobés de Cruz Alta días después. El gobernador de la provincia mediterránea, doctor Manuel Antonio de Castro, salteño, lo visitó con un médico, quien diagnosticó una hidropesía muy grave.

Belgrano comprendió que debía radicarse en Tucumán, confiando en los beneficios de ese clima, pero un desdichado suceso apresuró el desenlace funesto que se preveía: el 11 de noviembre de 1819 se amotinan el capitán Abraham González y Bernabé Aráoz, derrocando al gobernador Mota Botello. Los vencedores dispusieron nada menos que Belgrano fuera engrillado, resolución a la que su médico, el doctor José Redhead se opuso resueltamente no sólo por lo que ello demostraba de arbitrario hacia quien nada tenía que ver con los hechos que se registraban, sino por el estado del ilustre patricio, cuyas piernas y brazos hinchados mal hubieran podido soportar el suplicio.

Decepcionado y físicamente destruido, regresó a Buenos Aires, llegando en marzo de 1820, después de un viaje tan dilatado como penoso, dejando de existir nada menos que el 20 de junio de 1820, el funesto Día de los Tres Gobernadores, pues la anarquía había hecho tales estragos que tres autoridades, simultáneamente, se atribuían el poder en la provincia de Buenos Aires.

Sus últimas palabras fueron: “¡Ay, Patria mía!”, y no otras hubiera podido pronunciar quien había vivido, luchando, sufrido y muerto por ella. Refiérese que su médico, el doctor Redhead, declaró posteriormente que el corazón de Manuel Belgrano (que le fue extraído), era de dimensiones inconcebibles para un cuerpo humano: meramente material había sido conformado de manera acorde con los sentimientos de quien por extraordinaria casualidad se llamó Manuel Joaquín del Corazón de Jesús y fue uno de los hombres más admirables de cuantos dio el país, por su nobleza y decoro.

Sus restos están en una urna que corona el sepulcro emplazado en el atrio de la Iglesia de Santo Domingo y su nombre está cincelado indeleblemente en nuestros anales.

• Prócer católico

Como todo hombre superior debió afrontar esa extensa gama de desazones que van desde la burla anónima a las sanciones más antojadizas en las que suelen confraternizar invariablemente los contemporáneos de todo espíritu superior.

Así, el Triunvirato no estuvo de acuerdo con la creación de la Bandera; los hombres que gobernaron Buenos Aires, de abril de 1811, lo llamaron para rendir cuentas sobre las derrotas que experimentó en su expedición al Paraguay, procesándolo y retirándole el grado militar, aunque se lo reivindicó el 9 de agosto del mismo año.

También, cuando en el Congreso de Tucumán, para obtener la adhesión de las provincias norteñas del Alto Perú propuso que se coronara a un descendiente de los Incas, se lo llamó “monarca con ojotas” (o sea, con “ushutas”, las clásicas sandalias que aún se usan en los villorrios del Norte), pero jamás descendió a responder agravios: contestó con obras, con triunfo rotundos para las armas patriotas, y con una pobreza conmovedora, ejemplo y lección que la posteridad no olvida.

Manuel Belgrano fue además un prócer católico porque su testimonios de vida hace presumir que estaban coronados de una protección singular de lo Alto por intercesión de la Madre de Dios , Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se pusieron las armas de la patria.

Así lo reconoció el mismo General Belgrano en un parte oficial elevado al gobierno central el 26 de setiembre de 1812 y en la proclama del 29 del mismo mes, dirigida a los

“pueblos del Perú: “ El Ejército grande de Abascal, les dice a éstos, al mando de Don Pío Tristán, ha sido completamente batido el 24 del corriente, día de Nuestra Madre y Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se puso el de mi mando”.

Y para que nadie dude que el atribuye la victoria de Tucumán a la ayuda del Cielo, el 5 de octubre de 1812, alborozado de un triunfo que no se explica sin la intervención divina, dice al gobierno de Buenos Aires: “Ha visto Vuestra Excelencia que el Todo Poderoso se ha empeñado en protegernos y nos ha distinguido con la más completa victoria”.

Nadie tiene derecho a poner en tela de juicio la sinceridad de las convicciones religiosas del general, Belgrano ni a dudar de la espontaneidad de sus actos públicos de fe, atribuyéndolos a propósito mezquinos.

Para compenetrarse del piadoso recuerdo que de Nuestra Señora de las Mercedes conservaba Belgrano, hasta recordar las palabras que, desde Santiago del Estero, dirigía en 1817 a San Martín:

“No deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes nombrándola siempre nuestra Generala y no olvide los escapularios a la tropa. Acuérdese Usted que es un general cristiano, apostólico, romano…, se lo dice su verdadero y fiel amigo Manuel Belgrano”.

En ello reside su gloria, que lo equipara a San Martín, pues vivió para un ideal supremo, “dándole todo sin pedir, ni aceptar, jamás nada”. Hasta eso Belgrano nunca percibió dinero procedente de los fondos del erario público. Ni cuando fue vocal de la Primera Junta. Nació rico y murió pobre.

¿Será por tantos ejemplos que nos legaron los padres de la argentinidad que las actuales generaciones omiten recordarlos con la unción que ellos se la merecen?

Sólo me queda dirigirme al General Don Manuel Belgrano: ruego a Dios Nuestro Señor que vuestro ejemplo de vida inspire la restitución de aquellos valores que construyen la moral de los pueblos.

Para concluir me despido con un vibrante ¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA MANUEL BELGRANO!
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La Academia Belgraniana y el Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas invitan al Prof Dr (PhD) D Carlos Gustavo Lavado Roqué



ORDEN DE LOS CABALLEROS DE
 "SAN IGNACIO DE LOYOLA"




S.E. Jorge Gulló Paternó
Caballero de Gracia Magistral de la
de la República Argentina

jueves, 17 de junio de 2010

Centro Liceísta Metropolitano Argentino (CLIMA), acuerdo firmado de colaboración.

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Quiénes somos

Los Caballeros de la Orden, Soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.

Desde que en 1523 San Ignacio de Loyola, fundara la Compañía de Jesús, esta se destacó desde sus inicios como una organización preocupada por la expansión del conocimiento y las nuevas formas de entenderlo

PARTES PERTINES DEL ACUERDO ENTRE EL CENTRO LICEISTA METROPOLITANO ARGENTINO (CLIMA) Y LA ORDEN DE CABALLEROS
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Encabezado
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...
Parte 1
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Parte 2

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Parte 3
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Parte 4 Firmas


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Prom I LMGSM  Presidente Fundador CLIMA
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Prom XVI LMGB Secretario Fundador CLIMA
.S.E. Cab Tcnl EA (R) Don Javier de la Cuesta Avila LMGSM

Liceistas Caballeros  de la Soberana Orden Militar de Caballería Hospitalaria.

S.E. Cab Brigadier Mayor (R) D Luis Cochella 1 LMGSM
S.E. Cab General de Brigada (R) D Alberto Samuel Caceres 1 LMGSM
S.E. Cab Contraalmirante (R) D Juan Manuel Jimenez Baliani 1 LMGSM
S.E. Cab Tcnl EA (R) D Javier de la Cuesta Avila 1 LMGSM
S.E. Cab Dr. Lic D Ricardo Munaffo Daucia 1 LMGSM
S.E. Cab Grl Br (R) Dr D Heriberto Justo Auel 1 LMGB
S.E. Cab Cte Pr (R) (PhD) D Carlos Gustavo Lavado Roqué 16 LMGB
S.E. Dama Lic Dña Ofelia Beatriz Menéndez de Varela Vda 1 LMGSM
S.E. Cab Cte Grl GNA OEM (R) Mágister Don Natalio Ramón Ortiz LMGB
S.E. Cab Cte My GNA (R) Dr Fernando Dasque LMGSM
S.E..Cab Dr Richard Eduardo Aguiriano LMGE
SS. Cab Juez MC Dr Raúl Ernesto Martín 16 LMGB
S.E. Cab Dr D Gustavo Sandiano 16 LMGB
S.E. Cab D Rogelio Antonio Masiá 16 LMGB
S.E. Cab Ing. D Mario A. Battagion 8 LMGE

LICEISTAS CABALLEROS EMÉRITOS  HONORARIOS
Presidente de la Nación Argentina

Vicepresidente de la Nación Argentina

CABALLEROS HONORARIOS

SON LA TOTALIDAD DE  LICEISTAS MIEMBROS DEL CLIMA
TITULO III DIGNATARIOS ASOCIADOS, CONDICIONES DE ADMISIÓN, RÉGIMEN DISCIPLINARIO.

Artículo 5º.- Se establecen las siguientes categorías de asociados: a) Activos: los que invistan en carácter de activos tengan más de dieciocho (18) años de edad y sean aceptados por la Consejo Magistral,. Para ser aceptado como socio activo el aspirante deberá contar con dos años de antigüedad en calidad de socio adherente o colaborador voluntario. El Consejo Magistral podrá eximir de este requisito, por razón fundada. b) Honorarios: los que en atención a los servicios prestados a la asociación o a determinadas condiciones personales, serán designados por la Asamblea, propuesta del Consejo Magistral,o de un 20% de los asociados con derecho a voto. La pertenencia a esta categoría es una mera mención honorífica y, por lo tanto, no implica reconocer derechos ni imponer obligaciones. Los asociados honorarios que deseen tener los mismos derechos que los activos deberán solicitar su admisión en esta categoría, a cuyo efecto se ajustarán las condiciones que el presente estatuto exige para la misma. c) Adherentes: revisten esta categoría aquellas personas, que efectúan una contribución periódica, económica o laboral, a su arbitrio, sin los derechos y obligaciones que por este estatuto se reconoce a los socios activos.


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miércoles, 16 de junio de 2010

Invitación al Profesor Dr (PhD) Carlos Gustavo Lavado Roque, a la sesión académica a cargo de Alain Rouquie,

Nueva visión europea sobre América Latina

Alain Rouquie /Nació en 1939 en Millau, Francia. Es politólogo, Licenciado en sociología y Doctor en Letras y Ciencias Humanas. Fue Director de investigaciones de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de Francia, miembro del Centro de Análisis y Prevención del Quai d’Orsay, y Presidente del Comité Ejecutivo del Instituto Europa-América Latina. Se desempeñó como Embajador Plenipotenciario de Francia en El Salvador, México y Brasil, y como Director del Departamento de América del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia. Desde 2003 es Presidente de la Maison de l’Amérique Latine de Paris. Ha publicado numerosos libros sobre América Latina, entre ellos El Estado militar en América Latina (1982), Guerras y paz en América central (1992), Brasil en el siglo XXI (2007), y más recientemente A la sombra de las dictaduras (2010), obra que aborda el estado actual de las democracias en la región.


Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales CARI
Lunes 28 de junio / 9.00 horas
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martes, 15 de junio de 2010

SUIPACHA LA GESTA OLVIDADA Por S.E. Prof Lic Don Salvador Roberto Martinez Segundo Comandante Orden de Loyola





INTRODUCCION


El día 07 de noviembre de cada año, debería, históricamente hablando, ser sacramentado en la República Argentina, con homenajes escolares, cívicos y militares, desfiles, paradas, a lo largo y a lo ancho de la Nación, los aires atronados por pífanos y tambores de las bandas y fanfarrias, pero eso, lamentablemente, no sucede. Es casi un día más, apiñando en la secuela de días de un año.

El primer triunfo de las Armas de la Patria, así con letras en mayúscula, con letras de bronce, el metal de los héroes, no se recuerda y no está en el imaginario colectivo del Pueblo Argentino, como debería estar.

Este humilde aporte pretende sólo ser un rasguido patriótico en el parche del inmerecido olvido de Suipacha, como si obedeciendo a un triste designio se hubiere dejado de lado en el ático del olvido. Ese triunfo debidamente dirigido y capitalizado, haciendo caer las hipocresías cortesanas de la Primera Junta de Gobierno, hubiese sido decisivo para que el godo imperial y soberbio hubiera mordido el polvo de la derrota (esto está escrito como si me hubiera detenido, temporalmente, en 1810, obviamente) y el Imperio Español comenzare su lento, seguro y necesario retroceso en el mundo de entonces.

No fue así, eso ha de ser la médula de este trabajo, que no pretende ser la quinta esencia de la verdad revelada, solo es una aproximación a la misma, sin tendencias directrices, sin color o inclinación académica, solo exponiendo los hechos y las circunstancias, nada más, sin soberbia, con la majestad ineluctable de la Historia, que en definitiva es la majestad de nuestro genuino ser como Nación jurídicamente organizada.-


BREVES CONSIDERACIONES


A principios del siglo XIX, en todo el Virreynato del Río de la Plata, en todos los territorios dominados por la corona de España, las Fuerzas en presencia de Defensa estaban constituidas por milicias. En el Plata, desde el año (1801), las normas constitutivas y directrices para ese cuerpo estaban dadas por el “Reglamento para las Milicias Disciplinadas de Infantería y Caballería”, el cual fuere elaborado por el entonces Subinspector Sobremonte.

A modo de ilustración, recordaré que en su Capitulo I, artículo 8º, disponía:
“En la Provincia de Salta, habrá un Regimiento de Caballería de Cuatro Escuadrones, para la defensa de la frontera, compuesto de la Capital y la Ciudad de Jujuy, con sus poblaciones dependientes, y su fuerza será de mil doscientos plazas, con el nombre de Voluntarios de Caballería de Salta”

Este Reglamento fue aprobado para las milicias disciplinadas, fue aprobado el 14 de enero del año 1801 por su Majestad, Carlos IV.


El mismo puede estudiarse en el “Cedulario de la Real Audiencia de Buenos Aires”, Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, 1938, volumen III, página 81 y siguientes.


Recordamos que Sobremonte, en un oficio del 26 de septiembre de 1801, el Virrey del Pino, le manifestaba “El objeto que me propuse cuando se me previno la formación de un plan y reglamento, me acordé con el Excelentísimo Señor Virrey antecesor, ( Aviles ) fue constituir las milicias de la provincia metrópoli hasta la de Salta con su más formal arreglo por medio de planas mayores veteranas a causa de su mayor proporción para la defensa de esta Capital, de sus respectivas fronteras y de la Banda Oriental, con sus costas, graduándolo de modo que así como hay tropas veteranas deben ser superiores a las milicias del país, lo fueran las referidas, respecto a los del Perú, por una razón política digna de consideración por cualquier evento”…. AGN, Potosí, 1803/04, legajo 318/20.

No es dable no percibir en un somero análisis, la importancia estratégica que se la asigna, con toda justicia, a la Provincia de Salta, como una zona Capital, tal es así que acorde al Reglamento se le asignó un Regimiento a 4 Escuadrones con 1200 hombres de Fuerza Efectiva, tanto que a Tucumán y Santiago, por ejemplo, tenia solamente la mitad de cada una en Escuadrones y Efectivos.


Para tener una real situación del tema, es conveniente remitirnos a un informe que realiza Don Pedro José Saravia, “Este cuerpo se muestra dividido en 13 Compañías, cada una con su Capitán, un Teniente, un Subteniente, tres Sargentos, cuatro Cabos, un Cadete, cuatro Carabineros y ciento diez soldados, además de un Capellán y un Cirujano”. Guemes Documentado, página 158 – Luis Colmenares.

Una nota al pie de la página, dice, en forma textual:
“Este Regimiento fue creado un 13 de marzo del año 1802 por el Excelentísimo señor Don Joaquín del Pino en virtud de Real Orden, su uniforme, casaca azul, vuelta y solapa y collarín encarnado, chupa y calzón blanco y cucarda blanca y celeste.


Los oficiales que existen, del tiempo de la creación, tienen Reales Despachos, los demás están sin aprobación de la Excelentísima Junta de Buenos Aires y solamente confirmadas por esta provincia”.
Guemes Documentado, página 158. Luis Colmenares.


El Documento que he citado, no tiene fecha, pero claramente se ve, que al hacer mención a la Junta Provincial de Salta, indica que sería del año de 1811 o quizás posterior, ya que el decreto de creación de las Juntas Provinciales lleva la fecha de 10 de febrero de 1811. Registro Nacional, numero 213, páginas 102 y 103.

Por la simple descripción de los uniformes, a veces se puede llegar a conclusiones históricas de envergadura. Veamos.


El uniforme cuya descripción hemos visto, con la sola excepción de los colores de la cucarda, es idéntico al que ya se había usado en Salta por el “Cuerpo de Milicias de los Jóvenes Nobles”. Del que Gobernador Chiclana, en un escrito girado a la Junta Central con fecha 02 noviembre de 1810, dice que se hallaba en formación, habiendo comenzado su servicio como “Guardia de Honor” del “Representante de la Excelentísima Junta” (Castelli), “Bien uniformados, a la similitud del diseño” que adjunta en colores, que agregando que “Por falta absoluta de armas, no están ya en el ejercicio de la disciplina militar”. AGN,

Archivo del Gobierno de Buenos Aires, tomo 22, 255.
Ahora bien, es dable recordar que el Combate Cotagaita y el triunfo de Suipacha, acaecieron el 27 de octubre y el 07 de noviembre de 1810, este último a tan escasos 5 días de fechado el oficio, es así entonces, que estos “Jóvenes Nobles” de manera posible alguna, pudieron participar en Acción de Guerra comprobable.

Historiadores, o mejor dicho redactores copistas, que se han limitado a repetir y mal, han aseverado, erróneamente, que Guemes y sus milicianos usaban costosos y vistosos uniformes, han desvirtuado la esencia histórica.


La verdad descarnadamente desnuda, amarga y triste es que no tenían uniforme alguno, si no las humildes y honrosas prendas de paisano.

Refiero entonces a Juan Monteferini, “La Historia Militar durante los siglos XVII y XVIII, que esta incluido en el volumen 4, segunda sección de la “Historia de la Nación Argentina” dirigida por Ricardo Levene, página 392, quien coloca la verdad no cuestionable:

“Los Oficiales de Milicias, generalmente vistieron uniformes cuando se los reglamentó, así como algunos Sargentos, pero los Milicianos usaban ropas civiles, pues los Cabildos no los proveían de vestuario”.


He presentado lo que he expuesto, como factor introductorio – panorámico, a los fines de una adecuada ambientación histórica, puesto que allí quedan demostrada ampliamente, dos vertientes ponderables desde el punto de vista doctrinario.

- Guemes, fue un Soldado formado en las puras Artes de la Guerra, que aplico en innovadoras y absolutamente novedosas, en operaciones terrestres de Caballería e Infantería y en una simbiosis magistral de las mismas.


De modo alguno puede aceptarse el deleznable calificativo de “Guerrillero”, para, tendenciosamente ideologizar su figura, con fines no confesos, pero que son dables de inferir.

- Se comienza en forma larvada, “En embrión”, la pesada cortina del “olvido”, de cómo así mismo reconocemos el nacimiento del Componente Terrestre, con particularidades propias, definidas y únicas, semilla que germinara en nuestro glorioso Ejercito Argentino.

Castelli, estando a punto de partir de Potosí, para la Plata, donde publicaría la Organización del Ejército, escribía a la Junta con respecto a este, el 28 de noviembre: “Importa mucho que esta Fuerza, aun cuando no se ejercite acciones de guerra, se conserve en estas Provincias para diferentes miras… sofocando el sistema impolítico y antimilitar de las milicias”… AGN, publicación por Carranza, título III, página 50.

SUIPACHA, Comienza la incógnita.-


Castelli comienza aquí a mostrar, una faceta amarga y que no, vaya a saber porque obscura razón, no se ha fustigado con la verdad histórica execrándola ni estigmatizándolo como un funesto y sombrío funcionario, nada más y nada menos.

Carente en lo absoluto de las mínimas condiciones para el mando, sin formación militar, lo que unido a una carencia absoluta de experiencia de combate real, no de utilería, hiciera un mal patriota.

A Castelli se le contesta que se ajuste “a lo acordado”, que era ese “acuerdo”?, una política pacifista al pasar de un ejército triunfador a un ejército inactivo?, aboliendo las milicias, por al parecer resultar impolítico su accionar y hasta, lo asevero sin cortapisas, su existencia!

Es fácilmente concluible, en concordancia con Don Luis Guemes en “Guemes Documentado”, página 162:
“El desacierto cometido al abolir los cuerpos de milicias resulta más lastimoso aún, si se tiene en cuenta que sus integrantes eran totalmente desinteresados, tan sufridos, tan valientes y sobre todo tan leales que entre ellos fue siempre, prácticamente desconocida la deserción.


Por el contrario y en terrible y penoso contraste, los soldados del Ejército, reunidos en su mayoría mediante levas forzosas, si bien no carecían de virtudes militares limitadas, desertaban con lamentable frecuencia.


Testimonio de lo aseverado, entre otros muchos, son los siguientes párrafos de un oficio del director delegado, General Don Antonio González Balcarce, al Director General Don Juan Martín de Pueyrredón, fechado en Buenos Aires, en marzo del 1816:

“Por una experiencia constante se ha observado que, a pesar de la vigilancia más celosa, los regimientos de la capital al interior, han perdido al menos un tercio de su fuerza, en la penosa y dilatada carrera de su tránsito, no obstante los socorros y las prevenciones tomadas para animar el espíritu de las tropas, y que el aspecto político del país prometiera mejores esperanzas”…

“…Después que la campaña del Perú no ha producido en seis años sino fatigas y trabajos, el nombre sólo de aquél destino infunde a la tropa un terror pánico, sin que el castigo ó el halago bastasen (sic) para continuar deserciones escandalosas, luego que un regimiento entiende que se lo manda al Ejército del Interior”…Carlos Guido y Spano, 1822,”Apéndice”, páginas 398 y siguientes.

Guemes hace resurgir las milicias, con férrea disciplina militar, en base al Mando, no al Comando, arrastra con su ejemplo en un claro y decidido liderazgo militar, extremadamente escaso de alcanzar en la época, y en definitiva en todos los tiempos.

Vive, come, duerme y cabalga como sus subordinados, prontamente las milicias han de pasar a un rutilante papel.

Totalmente sorprendente, impensado, proteger al Ejército.
Esta función se extendió, aún más sorprendentemente, por varios años.
Cabe acotar, dado el tipo de trabajo, que interrelaciona conceptos extremadamente novedosos para la época, que el mando, como sabemos, es un raro y distinguido privilegio que sólo pueden ostentar pocos jefes, los elegidos, tanto en la Paz como en la Guerra.
El carecer del mismo en una forma absoluta, pronostica el fracaso.
No tener el convencimiento y la devoción de los subordinados, habrá de ser funesto. La coerción, del Comando, será, vacua, hueca, sin sentido. Guemes consigue el Mando, arrastra con su ejemplo, cohesiona, lidera.


JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA.-

Si se efectúa un detenido estudio sobre las acciones de Suipacha y su criminalísimo desaprovechamiento, se vé así, en fundamento, el inadecuado papel de muchos personajes sacralizados en la Historia Argentina y otros, vil y bochornosamente olvidados.

Suipacha, el triunfo, sorprende a la Junta, en forma tal que sus Miembros llegan a sentirse presas del anonadamiento, no atinando a un definido corte de la dependencia española.

Suipacha sabiamente capitalizada por los verdaderos Soldados, los del terreno, no trasplantados y gobernando tan ó más despóticamente que los godos, hubiera sido el desmoramiento del Imperio Español.
No fue así, en forma decidida y absolutamente lamentable.

Pero he de fundamentar, obviamente, lo expresado.
Así como Guemes no figuró en Suipacha, tampoco lo estuvo Artigas en “Las Piedras” en 1811, están las Batallas hermanadas y los Próceres lo están en la misma forma.

Carlos María Ramírez, Historiador Uruguayo así lo asevera, Luis Guemes lo ratifica.

Es duro de pensar, pero parecería ser que otorgar méritos guerreros a “esos gauchos”, que los tenían bien ganados, en el Campo del Honor, donde está la verdad profesional del Arte de la Guerra, era un peculado impropio de conceder, un demérito para los integrantes de un ejército ostentoso.

Allí donde no hay lugar a las intrigas palaciegas en salones perfumados con uniformes impecables, sin mácula alguna, que no saben de fatigas, ni de gritos de batalla, de ayes de dolor y sufrimiento, ni trepidar de aceros y fusiles, ni de miasmas de hedor a muerte y destrucción.

Situándonos en el Teatro de Operaciones, diré que Balcarce había partido de Córdoba un 4 de septiembre del año del 1810, con efectivos escasos y se vio precisado a avanzar por las postas, de grupo en grupo, así llegó a Jujuy el 22 de septiembre en la noche.

Llegar y no encontrar caballos para poder continuar la marcha, fue el comienzo, mayor aún, de los problemas que tendría que afrontar.

Sus hombres montan en burros y su escasa artillería, aún no había llegado.

Este retraso se debió a que el Jefe de la artillería, caprichosamente, desdeñó la caballería que le había enviado el Gobernador Salteño Chiclana, con dos Comisionados, Don José Antonio Fernández Cornejo y Juan E. Tamayo. AGN-Archivo del Gobierno de Buenos Aires, tomo XXXV, número 7 y Tomo XXII, número 233 respectivamente.

No obstante Balcarce procede a avisar a Chiclana que marcharía para la cueva al día siguiente que llevaría algunos hombres de la partida de Gaona (Eduardo) y que sería muy oportuno 50 y más a esa milicia, pues aunque no tengan armas, son más practicas que, los nuestros para reconocimientos, y otras diligencias”. – Biblioteca Nacional, número 5316.

Afirmo entonces que para Balcarce era más que imprescindible contar con la colaboración de los hombres acostumbrados al terreno, sabios conocedores del mismo, sus secretos, sus variaciones, Balcarce, plagado de problemas y limitaciones, a duras penas consigue alcanzar Yavi, y en una misiva expresa:

“Según todas las noticias los Tupiceños se nos va a retirar, yo no tengo caballerías pero todos los resortes imaginables para adquirirlos y las he ir a los alcances”. Luis Guemes, Guemes Documentado, página 226.

Antes de haber pasado veinticuatro horas, de esa misiva que fuere escrita, Guemes enterado, proveyó de cabalgaduras hasta decir basta, y el beneficiado con tan señalado favor, de un lote de seiscientos campeones montados, mando desmontar la mitad, a fin que hubiere cabalgares (término reservado en nuestras provincias a caballos aptos para la silla o ser montados).

Situados ya, en el contexto histórico, abordaré el tema del presente trabajo investigativo.

Suipacha es nombrada como la primera victoria de las Armas de la Patria y queda, como sabemos, en la localidad honómina en la hoy República de Bolivia. La misma estuvo a cargo del Ejercito Auxiliar del Perú, que como me expresado, estaba al mando por el entonces Coronel Don Antonio González Balcarce.

No he de citar a Historiadores o Corporaciones que no documentan la actuación decisiva en esa Batalla, del gran olvidado, en forma no justa, Martín Miguel de Guemes.

Lo cierto es, que muy cierto, que Suipacha no es una efeméride debidamente instaurada en nuestra sociedad, como de importancia sustantiva para el devenir de la Independencia.

Ratifico que, al constituir el primer triunfo de la Armas de la Patria, debe de alcanzar una decidida gravitación trascendental.

Suipacha, de haber sido capitalizada la Batalla, otra hubiera sido la Historia. La Revolución de Mayo se desnaturaliza en su esencia, productos de insaciables y espurios apetitos personales.

El triunfo de Suipacha es tan importante, tan contundentemente importante, que algún táctico conservador, podría aseverar, que no fue para los tiempos aquellos, una Batalla del todo militarmente clásica, como se libraba en Europa por ejemplo.

Que el tamaño de los efectivos enfrentados eran de una magnitud extremadamente significativa y demás falacias, que por una estulticia marcada, no entienden que nacen, aquí en América, innovadores conceptos de hacer y sentir la guerra.

Es significativo el retaceo hasta la minimización de la inmensa dimensión de Suipacha.

Es dable de preguntarnos, porqué Mariano Moreno había dado aquellas instrucciones secretas a Castelli de demorar su avance y de parlamentar con el enemigo? En este caso con Goyeneche.

A la sazón, Guemes, no tenía, remotamente, información de la intriga de la Junta de Buenos Aires.

A Guemes, como a todo guerrero, que ignora y si las sabe, desprecia los cabildeos oscuros y espurios entre bambalinas, le interesaba avanzar, destrozar y vencer al enemigo, consolidar definitivamente el ideal que lo abrasaba, sacudir el oprobio de la opresión, obtener la libertad!

Cabe preguntarse, a la luz del tiempo transcurrido casi dos siglos, como seguramente él se lo habrá preguntado, porque esa inacción de casi dos meses estacionados en Potosí, con una mora de cuatro meses más! Porqué?

Porque se perdía en forma ignominiosa, y hasta cobardemente el tiempo? ese tiempo que, era fundamental para penetrar en la profundidad del dispositivo y desarticular la reorganización del enemigo.

Ese tiempo rápidamente es aprovechado por el Godo, se rehacen, se rearman, se adaptan al terreno, llegan hasta mimetizarse, en forma muy inteligente en la población.

Guemes, inclusive, en su coleto de verdadero Soldado, lejos de la ostentación y la figuración banal, no apoltronándose en comodidades y lujos, no concebía el bárbaro tratamiento dado a los jefes españoles: ser fusilados en la Plaza Pública, como reos, en una muestra de barbarie.

Trato de profundo y humillante deshonor, una vez que la plaza se había rendido. Tal trato era producto de una falta de mentalidad militar, lo cual ya en el siglo XIX, era contrario a las Leyes de la Guerra.

Guemes, mantiene esa insobornable conducta, jamás fusila, ni siquiera lo hace con quiénes lo traicionan.
No es difícil, entonces, avizorar el fin de las milicias gauchas e incorporarlas al Ejército Regular.

Martín Miguel de Guemes, molestaba ostensiblemente a los arteros planes e intrigas urdidas por mercaderes devenidos, por el imperio circunstancial de la Revolución, a Soldados.

El no entendía tales procacidades en lo que se suponía eran Hombres de Honor, La Guerra la concebía avanzando, conquistando, liberando, consolidando, no trepidando ni cediendo y mucho menos fusilando al enemigo vencido y que rendía sus armas.

En definitiva, allí se reconoce el valor y la hidalguía, que siempre ha caracterizado al Soldado Argentino, entrega y patriotismo a ultranza, desde el nacimiento de la Patria, hasta nuestros días del siglo XXI.

Es entonces, fácil inferir, minimizando Suipacha, se oscurecía la mentira, el suicidio político, la improvisación, la estrategia, la falta de condiciones para la Guerra.

Esto último no hubiera sido execrable porque todavía, las noveles tropas de las Provincias Unidas no se habían fogueado ni tuteado, suficiente tiempo, con las miserias de la Guerra.
Se lo saca de la escena, no lo excluye de toda mención histórica y menos de honor, en la campaña al Alto Perú.

Así las cosas Guemes, urgido espiritualmente por su sentir patriota, reclama en Potosí, en enero de 1811, a los Comandantes Balcarce y Castelli, la criminalisima demora de una inexplicable estrategia de “contención” al permitir que el enemigo se consolide férreamente, cuando debería haberse perseguido, diezmado, aniquilado, desproyèndole de la soberbia imperial y desmoralizarlo, hasta Lima, lo cual de mantener la iniciativa, hubiera sido posible.

Controlando la famosa y estratégica Quebrada de Yaraicoragua, se podría haber mantenido el dominio del Alto Perú, puesto que esta quebrada era la llave maestra que permitía los flujos de hombres, materiales y semovientes.

Informa entonces Castelli: “El Capitán Martín Miguel de Guemes no existe en este Ejército desde el 08 de enero”, fechado el parte el 20 de marzo de 1811 en Oruro.

Guemes entonces, no ha de formar parte del desastre de Huaqui el 20 de junio de 1811, seis meses más tarde de la no adecuada explotación militar de la victoria de Suipacha y la retirada del Ejército español, seis meses que habrían de costar muy caro, en vidas, material y prestigio perdido.
Seis meses en los cuáles el “Representante de la Junta”, humilló a los lugareños en vez de captarlos, lisa y llanamente para la causa de la Patria, mancillando

Se genera así un sentimiento de repulsa, de profundo y justificado rechazo, soliviantando a los naturales del lugar.

Es dable señalar, que en realidad no se ha pormenorizado y desbrozado la Batalla de Suipacha.
Hasta casi se podría afirmar que se ha eludido el tema, llamando a silencio todo aquello que hace colisión con los partes e informes de Castelli, al decir de Luis Guemes, “Guemes Documentado”, página 274,”Como si estos sacrosantos fueran sacrosantos y contuvieran la verdad inconcusa y completa”.

¿No será el caso de aplicar aquí las palabras de Balcarce, cuando, después de tres años de injusta prisión dijo el 31 de julio de 1813:”A mí no me es posible persuadirme que dejan de expedirse consultando únicamente la continuación de mi padecimiento: y más bien creo firmemente que el entorpecimiento encierra alguna circunstancia que cede en beneficio de la Patria y que no está a mi alcance descubrir”? (Representación de Balcarce al Excelentísimo Poder Ejecutivo, Buenos Aires, 31 de julio de 1813-Publicación de Carranza ,Tomo VII, página 37). Creo que no.

La obnubilación del accionar de Guemes en 1810, no ha cedido en “beneficio de la Patria”, antes bien ha redundado en daño de la suerte de nuestros pueblos, y por eso he levantado el telón.

Es francamente increíble, y a la luz de los tiempos transcurridos que se haya fraguado una carta apócrifa con una fecha igualmente fraguada en Tucumán, el 22 de abril del 1814.

La misma fue escrita en un “secreto”, de nada menos que por el Libertador, para que la mentira circulase como moneda legítima, se lo presentó a Guemes como si recién hubiese sido “descubierto” ese año!
Todo lo gestado y realizado antes de 1810, durante ese año y después, no había existido!

Es más, se lo presenta como un simple guardaespaldas,”Gendarme Norteño” del Libertador.
Lo que es más deleznable aún, que producto del desconocimiento y la repetición copista, existen “historiadores”, que han internalizado esto, con los cuales, obviamente he de discrepar en forma absoluta y decididamente.

En el año de 1818, el Cabildo de Salta, en un oficio al Director, cantó laudatoriamente al Gobernador de Salta:

“Esta corporación es un testigo fiel de los infatigables esfuerzos del señor Coronel en sostener, como pundonoroso militar, la Santa causa de la libertad.

Ellos disfrutan de la luz pública, por cuyo majestuoso conducto Sudamérica los ha difundido a las naciones remotas de ultramar desde la memorable acción de Suipacha en que con intrepidez hacia los tiranos, se cubrió de gloria en tan plausible victoria, ya se advirtió en él un valor capaz de arrastrar los peligros complotados”.AGN-Legajo del Cabildo de Salta, año del 1818-Página 275-“Guemes Documentado”. Luis Guemes.

No existen probanzas ciertas documentales que el general, se haya dado por enterado del merecido elogio brindado.

Se choca con una faceta singular del prócer, Humildad y no soberbia, modestia e hidalguía, virtudes éstas que eran carriles normales de su personalidad, veamos ahora lo escrito el 11 de octubre del año de 1815, en un oficio al Director Supremo, que es casi, casi una confesión:

“Por lo que a mí me toca, supuesto que se me hace responsable ante la nación, cumpliré con dar la satisfacción de mis operaciones…, invitando, finalmente, a todo hombre para que me acuse y designe dato alguno que pueda tiznar mi conducta militar, la política de gobierno que sirvo y la pureza y sanidad de mis intenciones sin mezcla de la más leve ambición, a cuyo conocimiento me conduce mi interior persuasión y la notoriedad de haber levantado toda la campaña, arrojado a los enemigos, restituido a las familias emigradas a su hogares y abierto al Perú, sin que estos merecimientos y servicios hubiese recabado papeles, ni solicitado premio ni distinciones pues hasta el tratamiento de Coronel Graduado que me da V E, me avergüenzo, porque nunca he deseado ser vano sino bueno, un soldado de la Patria y un ciudadano honrado”.AGN X-5-7-4,Salta, 1814/18-“Guemes Documentado”, página 275 y 276-Luis Colmenares.
Se muestra Guemes, sin doblez, casi con ingenuidad rayana en la inocencia, en un contexto social de apariencias, intrigas y mentiras sórdidas, no ajeno a lo que después fue casi la idiosincrasia de la nación que se encontraba en ciernes.

Cuanta magnanimidad, cuánta hidalguía, cuanta grandeza manifiesta este señor General de la Patria, y que lejos están aquéllos que, equivocadamente, subsumen falacias históricas sustentadas en la mediocridad intelectual!

Para ir arribando a las Conclusiones de Suipacha, he de transcribir tres citas de reconocidos historiadores, que potencian en grado sumo lo ya expresado en este trabajo de clarificación histórica:

Coronel Don Julio Sergio Jovanovics Usandivaras:
“Muy pocos se ha hablado de la férrea voluntad de Martin Guemes de continuar con el objetivo de su vida, que era conseguir la libertad de su suelo patrio, no obstante todos los inconvenientes que se le presentaron en su corta existencia, las injusticias que tuvo que aguantar de sus superiores y los obstáculos que le ponían en su camino, los enemigos de su persona, como militar o gobernantes de un pueblo en Guerra.

Corría el mes de noviembre de 1810 cuando se lleva a cabo la Batalla de Suipacha. Ahí se produjo el primer obstáculo en su luminosa trayectoria. Después del triunfo de las armas patriotas, en el parte redactado por Castelli, delegado de la Junta de Mayo, con amplios poderes, no figuraba Guemes. Fue ignorado u olvidado, pero lo real y cierto es que no se lo menciona para nada.

Cabe aquí la pregunta: ¿Puede ser olvidado o ignorado un hombre que luchó con toda valentía en la batalla? ¿Es posible que no se mencione a un oficial que aunque mandaba milicias gauchas se destacó notablemente en la acción? Los historiadores de esa época y los que investigaron posteriormente este hecho guerrero coinciden en destacar que la actuación no sólo fue brillante, sino decisiva para conseguir ese primer triunfo de las fuerzas patriotas, tanto que algunos le adjudican el cien por ciento del triunfo y hasta le llaman el verdadero héroe de Suipacha.

Conviene recordar que los hombres que murieron y los que quedaron heridos, pertenecían todos a las milicias de Guemes, lo que demuestra claramente que los que combatieron fueron ellos. Hasta la planificación de la Batalla, basado en el engaño y la astucia fue obra de nuestro héroe, como dice el Doctor Don Bernardo Frías, ya que González Balcarce, Comandante Militar, nunca, antes ni después uso esa forma de combatir. Para Guemes era la característica de su manera de afrontar un combate contra fuerzas más numerosas y aguerridas. Mucho le debe haber dolido al entonces Capitán Guemes esta injusticia pero continúo en el cumplimiento de su deber como militar. Suipacha fue una victoria total, tanto que el Ejército pudo continuar su marcha y llegar sin inconvenientes a la rica Villa de Potosí, siendo Guemes el primero en entrar, recibiendo los aplausos de la población.

Reunido todo el Ejército allí, aprovecho Don Martin la oportunidad para hablar con Castelli y reclamarle el olvido de Suipacha y la lentitud con que avanzaba el Ejército, desaprovechando el momento psicológico para no permitirle al enemigo reorganizarse y hacer frente nuevamente.

No se sabe en que términos hizo este reclamo, si se sabe que allí mismo se ordeno la disolución de la División de Salta y ordeno que sus efectivos pasaran a integrar otras Unidades de Combate. Su Jefe fue enviado de regreso a su ciudad natal. Este segundo obstáculo lo deprimió profundamente, tanto que le costó bastante sobreponerse.

El tiempo dio la razón a Guemes: el desmoralizado Ejército realista se reorganizó y preparó y casi siete meses después estaba en óptimas condiciones de enfrentar nuevamente a los patriotas. Esto ocurrió el 20 de junio de 1811 en Huaqui, logrando una victoria completa, con lo que se puso punto final a esta primera campaña del Ejército Auxiliar, perdiéndose Potosí, Cochabamba, Charcas y La Paz, que ya se habían adherido a la Junta de Mayo”. (Grl Martin Miguel de Guemes: Obstáculos en la luminosa trayectoria de su vida)

Andrés Mendieta:
“El 7 de noviembre de 1810 las milicias de Guemes – conformadas por salteños, jujeños y tarijeños- conquistaron la primera victoria de la patria contra el enemigo español en Suipacha (hoy Bolivia); triunfo que abría el camino para llegar hasta las orilla del río Desaguadero, límite natural de los Virreinatos del Perú y del Rio de la Plata. No tiene respuesta hoy el tiempo que perdieron los responsables de la conducción de la tropas llegadas de Buenos Aires para concretar este triunfo y después con el de Puesto del Marques la unidad e independencia de los países americanos para construir con posterioridad los Estados Unidos de Sudamérica.

Después de Suipacha los patriotas efectuaron una corta persecución a las fuerzas derrotadas que no paso de los 20 Km, permaneciendo en aquel lugar durante 2 días, fecha en que llega Juan José Castelli, representante de la Junta.

Cabe preguntar: ¿Quién confecciona el informe desconociendo la participación de Guemes en Suipacha? ¿Quién podría confirmar o desmentir la versión que circulo en aquella época en el sentido de que Castelli en el momento de la Batalla estaba en la banda sur del Río Suipacha, es decir en el pueblo de Nazareno, pagando a los efectivos que acababan de llegar procedentes de Buenos Aires, ya que no querían combatir si antes no se les abonaba sus emolumentos?

Balcarce permaneció dos meses de Potosí permitiendo a los realistas reorganizarse numérica y militarmente. Mientras tanto –dice Juan Carlos Bassi- “Castelli negociaba con los jefes realistas los que, a la espera de refuerzos procedentes de Lima trataban de ganar tiempo. Pese a que representante de la Junta opinaba que no quedaba, más esperanza de conciliación que la que depende de las armas, en lugar de explotar el éxito obtenido, se firma el 16 de mayo el Armisticio del Desaguadero, por el que durante 40 días ambos ejércitos debían quedar en la más completa inacción. Esto beneficiaba a los realistas, quedando en poder de Goyeneche el dominio del importante obstáculo que representaba el Río Desaguadero. El Ejército Patriota abandona el campamento de La Laja para instalar el Cuartel General en Huaqui.

Castelli, como algunos historiadores, ocultan la participación de Guemes en la victoriosa Batalla de Suipacha, pero las bajas que se produjeron pertenecían a las milicias que él comandaba. Por ejemplo Eduardo Gaona, Alférez del Regimiento de Salta y Basilio Núñez, Soldados del Regimiento de Milicias de Tarija, muertos en combate. Entre los heridos e inválidos se encuentran: Manuel Álvarez, Soldado del Regimiento de Milicias de Tarija; Juan Islas, natural de Salta, del Regimiento de Caballería de Línea y Leandro Pacheco de Tarija.

Los hermanos Miguel y Alejandro Gallardo, Salteños, entre el fuego de los cañones y la fusilería tomaron como trofeo la bandera del enemigo, emblema que se encuentra en el Museo Histórico Nacional.
Las instrucciones del Gobierno Central a Castelli en el sentido de no combatir más allá de las fronteras del Virreynato del Río de la Plata y negociar con Goyeneche postergaron la Libertad Americana.

Martín Guemes se alejó del Ejército y en un oficio al Director Álvarez Thomas, en 1815 manifiesta”La Paz, Cochabamba, Charcas, Potosí y Salta tiene que clamar y lamentarse ante el tribunal de la razón, de la demora criminalisima de mas de 60 días en Chuquisaca, del representante Castelli, con que dio lugar a Goyeneche, que no tuvo más fuerza que la de cinco compañías, refuerce su ejército con siete mil combatientes”.

Juan Martin de Pueyrredón, también busco negociar con Goyeneche. José Luis Roca, prestigioso historiador Boliviano cuenta que el jefe patriota “Usando como correo al Cura de Livi-Livi, José Andrés Pacheco y Melo, propuso al Peruano restablecer los límites originales de los Virreinatos.

No obstante que sus tropas, ya habían sufrido un contraste en Tucumán, Goyeneche desde Potosí respondía con altivez: En lo que usted me propone, discordamos en el medio y en el fin: es decir que para obtener el plan de Independencia, sienta por base que yo evacue estas provincias, y valla a cimentar en el Perú, la revolución en mantillas del Rio de la Plata. Esta descarada pretensión la tuvo en todas sus partes el sanguinario Castelli y preferí mil veces poner el pecho a las balas, antes de adquirir el deshonroso titulo de Revolucionario”, Más claro, agua.

Corroborando la demora criminalística que menciona Guemes, José de San Martin en su proclama a los Peruanos, el 19 de octubre de 1819, les dice, entre otras cosas:”La libertad de America hubiera sido el resultado del primer impulso de la Revolución si los hijos del nuevo mundo no se hubieran divididos entre los prestigios de una servidumbre sistemada y el temor de un porvenir incierto… El tiempo y los sucesos, rasgaran el velo del misterio y la injusticia de nuestras pretensiones. La consolidación de la libertad, y la nulidad del poder, de nuestro antiguos opresores, si han instituido en dogmas”. (Guemes Defensor de la Libertad).

José de Guardia de Ponté
Luego de Cotagaita las fuerzas patriotas retrocedieron a Tupiza, donde se reorganizaron. Al cuerpo central se suman las fuerzas gauchas y milicianas de Salta, Jujuy, Tupiza y Tarija, unos 200 hombres más la incorporación de 100 hombres de Buenos Aires, que venían del sur.

Córdova, habiendo observado la manifiesta incapacidad militar de González Balcarce avanza seguro de vencer a un enemigo tan inexperto. El 5 de noviembre las fuerzas realistas comenzaron hacia Tupiza, luego de recibir refuerzo de Nieto con 220 veteranos provenientes de Chuquisaca. Al día siguiente Balcarce desalojo ese pueblo, que fue ocupado por los realistas, y se situó en Nazareno el 6 de noviembre, ubicado sobre el Rio Suipacha, frente a la población de Suipacha, en donde recibió refuerzos provenientes de Jujuy, con 2 piezas de artillería.

Córdova recibe informes de sus espías sobre la moral combativa de las fuerzas de González Balcarce, convenciéndose de que se retiraban descontentos y mal armados y por lo tanto sería relativamente fácil dispersarlos.

Lo que no tiene en cuenta es la actitud de las milicias gauchas de Güemes que se encuentran expectantes y muy concentradas.

González Balcarce ordena retroceder a Tarija dejando a las fuerzas Milicianas Gauchas como resguardo de retirada.

Córdova y Nieto viendo el retiro de tropas patriotas deciden perseguirlo al día siguiente y ordenan acampar sus tropas al margen del río Suipacha.

Este es justamente el momento clave, las tropas concentradas en Nazareno a las órdenes de Güemes, acompañadas de la caballería chicheña de Tupiza comandadas por el Coronel Don Pedro Arraya-imprevistamente-atacan el Campamento realista de Suipacha el 07 de noviembre obteniendo un triunfo contundente.

El triunfo de Suipacha tuvo un fuerte efecto moral, que se vio reflejado en el pronunciamiento de las ciudades de Potosí el 10 de noviembre, Chuquisaca, La Paz y Cochabamba, (en donde Esteban Arze consiguió el triunfo de Aroma el 14 de noviembre a favor de la Junta de Mayo.)

Castelli estaba en Yavì en el momento de la Batalla, el 08 de noviembre informa a Buenos Aires sobre la victoria parte de guerra que luego terminaría en Tupiza el 10 de noviembre.

En el mismo, convenientemente, omite resaltar la importancia de las fuerzas gauchas salto-jujeñas-tarijeñas y sólo les confiere un papel secundario en la importante victoria.

Ante este agravio, las fuerzas comandadas por Güemes se retiran del Ejército del Norte. La falta de reconocimiento a estos hombres será una de las causas que decidirá la suerte de la campaña ya que el ejército expedicionario perdería las milicias importantes, conocedoras del terreno, afines a las personas y soldadesca que se iba sumando y fundamentalmente el espíritu aguerrido del hombre que pelea en su territorio, en defensa de su tierra.

CONCLUSIONES SOBRE LA BATALLA DE SUIPACHA.-

Son amargas, son tristemente amargas, teniendo la inmensa oportunidad de aplastar al enemigo, se dilapidó miserablemente el primer, y a todas luces cuasi decisivo, triunfo de las Armas de la Patria.

La permeabilidad de la Junta, morenista, las “sugerencias” del imperio inglés, el asesinato de Liniers para satisfacción de Lord Strangford, la demora más que criminalisima de largos meses de inacción, favoreciendo el rearme goda, la baja de Güemes, la pérdida del Alto Perú, todo lo enunciado, atentó severamente contra la causa de la Patria.

Aquel primer estilete de la joven Patria que perforó la barrera española, que dominó el Alto Perú durante larguísimos seis meses, conducidos por Comandantes que perdieron o quisieron perder lo alcanzado, fue el abono para el “olvido” de Guemes, para la minimización de Suipacha.

Comenzó allí mismo el desguace de las Provincia Unidas y a posteriori, los nuevos Comandantes ya no tuvieron la capacidad de una consolidación de las posiciones que se habían ganado.

No figuró Guemes, ni con Balcarce, ni con Belgrano, ni con Rondeau.

Suipacha fue sin lugar a equívoco alguno, la primera y la más importante victoria militar y política de nuestra Guerra de la Independencia.

Al desalojar a los godos al otro lado del Río Desaguadero, a fines de 1810, de las Provincias Unidas, marcó indeleblemente no sólo el territorio sino una voluntad inquebrantable de vencer, expandiendo el ideal libertario de mayo.

Suipacha, fue el testeo real y cierto que se podía mantener la totalidad del territorio, libre de la opresión goda.

Asimismo, en tiempo y forma, aprovechando el estupor español, continuando el avance y consolidando no sólo las posiciones sino incrementando al Ejèrcito Patriota y liberando, realmente, a sus habitantes del oprobio del yugo y explotación, era absolutamente posible llegar a Lima con la Expedición Libertadora.

El análisis, en este tiempo, a la óptica de las Fuerzas en Presencia y el animus reinante, se hubiera podido cristalizar.

Pero es de lamentar, el triunfo de Suipacha, fue en vano, se tiró al albañal de la Historia Argentina, Castelli, imbuido de un despreciable espíritu monárquico, humilló a los pueblos originarios, violentó su idiosincrasia cultural, religiosa y social (concepto éste ya expresado, pero que se refuerza para consolidar fehacientemente).

Resultado? Se ganó el absoluto y total rechazo de sus pobladores que veían en vez de libertad, sólo un cambio de amo, con costumbres similares e indignantes, lo cual estaba, obviamente, reñido con el espíritu que animaba a los verdaderos Soldados, Guemes por ejemplo, magnánimo, comprensivo, tolerante, conocedor de la particular forma de ser de los Pueblos.

El resultado de lo expuesto fue la pérdida, para siempre del Alto Perú, por el sentido y oprobioso fracaso político en esas Provincias y como colofón, el deshonor de Huaqui.

Seguramente el decir esto, habrá de levantar opiniones encontradas y hasta descalificantes hacia este Historiador. No es inhibitorio hacia el mismo.

Lo expuesto está documentado en forma fehaciente, no hay especulación, me refiero al sentido investigativo, que no tenga su soporte documental que avale en forma contundente lo aseverado.

Así como Suipacha, pasa casi desapercibida en las Efemérides Argentinas, así ha pasado y continúa, la lucha patriótica, valerosa, totalmente innovadora en las concepciones de la Guerra, de los Pueblos del Norte de la Nación.

La mayoría de los lectores del presente trabajo, conocen acabadamente el concepto de “la Nación en Armas”. Su experimento más acabado fue la verdadera Guerra de la Independencia en el Norte Argentino.

Afirmo, y fundamento, que la Historia debe escribirse objetivamente, so color político ninguno, con el prisma de lo prístino, lo puro, lo que no tiene mácula, sin tendencias, aunque duela, aunque irrite no sólo los ojos por un detallada lectura, sino también los ánimos.

Otra cosa, en mi concepto estrictamente Académico, es el producto de una supina estulticia, carente de relevancia y nula de nulidad insanable, que deforma con ribetes desgraciados, la enseñanza que se debe de impartir.

En definitiva, la Historia y particularmente la Militar, para modelo de trabajo académico serio y que transcienda, deberá blandir con la dureza de sus aristas investigativas, el rol que está , dentro de la Nación, a desempeñar, con Hidalguía y con Honor.

Esta modesta contribución ha querido plasmar esa intención patriota en aras de un supremo,




Prof. Lic. Salvador Roberto Martínez

Presidente Instituto Nacional Newberiano
Presidente Fundador del Instituto de Historia Aeronáutica y Espacial Mayor FAA Eduardo A. Olivero

CV (breviario al 2010)

FORMACIÓN Y CARGOS:
Licenciado en Relaciones Internacionales
-Profesor Universitario Graduado en Relaciones Internacionales. LEY 24.521.-
-Profesor Universitario Graduado Oficial de Estado Mayor de Gendarmería Nacional con

Orientación en -Conducción Política y Estrategia para la Seguridad.
-Piloto de Helicópteros.
-Instructor de Vuelo.
-Instructor de Andinismo.
-Corresponsal de la NASA.
-Corresponsal del National Air and Space Museum, W.DC, United States of America.-
-Corresponsal del Musée de l’ Air et l’ Espace-Le Bourget-France
-Oficial de Estado Mayor.
-Corresponsal de la OACI- Organización de la Aviación Civil Internacional, Naciones Unidas.
-Especialista en Relaciones de Frontera.
-Experto OACI en los siguientes Anexos; 13, 14, 17 y 18
-Corresponsal de Aviation Week
-Corresponsal de Space Bulletin

Miembro Correspondiente de las siguientes Instituciones:

*Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire del Reino de España.
*Instituto Histórico Cultural del Ejército del Aire del Reino de España.
*Comisión Histórico - Cultural de la Fuerza Aérea Portuguesa.
*Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile.
*Instituto de Estudios Históricos Aeroespaciales del Perú.
*Instituto Paraguayo de Historia Aeronáutica "Silvio Petirrosi".
*Academia de Historia Aeronáutica del Uruguay
*Miembro Correspondiente del Instituto da Cultura Aeronautica do Brasil
*Instituto Güemesiano de Salta.
*Es Miembro Firmante Fundador del Acta Constitutiva de la FIDEHAE-Federación Internacional de Estudios Históricos Aeronáuticos y Espaciales, en Santiago de Chile.
*Es Profesor Consultor en Publicaciones de Historia Aeronáutica y Espacial y de Relaciones *Internacionales, de América y Europa.

Ostenta las siguientes distinciones:

-Orden al Mérito Santos Dumont, año 2007, otorgada por la República Federativa del Brasil a través de su Fuerza Aérea.

-Orden al Mérito Newberiano, año 1998, otorgada por la Presidencia de la Nación Argentina, a través del Instituto Nacional Newberiano, dependiente de la Secretaría de Cultura.

-Orden al Mérito Eduardo A. Olivero, año 2001, otorgada por el Instituto de Historia Aeronáutica y Espacial Mayor FAA Eduardo A. Olivero.

-Miembro de la Sociedad Argentina de Historiadores.

Ad Majorem Dei Gloriam

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