lunes, 31 de agosto de 2015

“EL NUEVO ORDENAMIENTO INTERNACIONAL POSTERIOR A LA INTERVENCIÓN DE EE. UU. Y SUS ALIADOS EN IRAK”. Hace doce años dicté esta conferencia. Creo que hay que leerla de nuevo, pues la hora ha llegado.



INSTITUTO DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS DE BUENOS AIRES

EL NUEVO ORDENAMIENTO INTERNACIONAL   POSTERIOR A LA INTERVENCIÓN DE EE. UU.
 Y SUS ALIADOS EN IRAK
(21 de Mayo de 2003)
(Conferencia en la AAAI – COFA – Bs. As.)



El Fin de la Posguerra Fría
El 11 de septiembre del 2001 produjo un profunda conmoción en el alma de la nación estadounidense. Nunca antes había recibido una agresión en el interior de la “Fortaleza Americana”, protegida por la inmensidad de los Océanos que la limitan al E y O, por el “pack” de hielo del Ártico en el N y por el “Patio Trasero”, al S.
Alguien recordó entonces la conocida frase del Almirante Yamamoto, después de Pearl Harbour:
“Hemos despertado al gigante dormido y le hemos obligado a tomar una terrible decisión”.
Y ciertamente, el gigante después de los hechos citados ha tomado nuevamente una “terrible decisión”, para sorpresa y pavor del mundo culturalmente subdesarrollado.

Esa profunda conmoción nacional tuvo su correlato externo inmediato. Espontáneamente y por unanimidad, las Naciones Unidas se manifestaron solidarias con los estadounidenses. Con ese espíritu se dictó la Resolución 1441 en la Asamblea General, en línea con la 678 y 687; originada por un “hecho estratégico imponderable” provocado por el macro-terrorismo, de modo y a escala inesperada.

Esa Resolución unánime, autorizaba a las Naciones Unidas a adoptar las decisiones conducentes a eliminar una amenaza y riesgo estratégico de categoría inédita.

Los Estados Seculares, particularmente aquellos que conforman el mundo desarrollado “Norte”, liderado por el G8 y con un reconocido “primum inter pares”, los EE.UU., recibían un contundente desafío agresivo a través de un sorpresivo ataque - “no ponderable” en su concepto operativo -, si bien previsto en el planeamiento estratégico de la OTAN y de los EE. UU.

Emerge en superficie un enemigo no-estatal, sin códigos, innominado, sin rostro, nómada, que opera en red, poderoso y con siglos de tradición criminal, ahora en alianza con fundamentalismos religiosos regresivos, antiseculares, que demonizan a la civilización occidental o con remanentes revolucionarios o estados parias, normalmente dictaduras con aspiraciones hegemónicas regionales.

En ese mismo día 11 de Septiembre de 2001, se iniciaba una nueva Guerra Mundial - Planetaria. La décimo primera en los últimos cinco siglos. La segunda en ambiente QBN. La primera sin disuasión convencional o no convencional.

Muy pocos actores de nuestra región asumieron este hecho histórico y entendieron el significado de la nueva situación. Este vuelco iniciaba el trazado de un nuevo mapa estratégico mundial, gestado silenciosamente, con prudente sigilo, a lo largo de la última década.

Algunos estados aprovecharon la coyuntura para reasumir autonomías perdidas, otros reingresaron a sus andariveles ideológicos, desarrollando teorías conspirativas y no faltaron los que siguen, aun hoy, transitando sin rumbo, como autistas, sin percepción alguna de la extraordinaria y dinámica circunstancia internacional que nos abarca.

En el 2001 ya no regía el cepo de la lógica bipolar y emergieron, en las coaliciones de la guerra fría, resentimientos, intereses y antiguos esquemas de poder. Se confrontaban cinco revoluciones trascendentes que permanecen, con diferentes estadios, en el trasfondo de las diversas culturas políticas con actual presencia en el escenario internacional.

Lo cierto es que, si “el gigante dormido” se había despertado por aquel bombardeo japonés en Filipinas, sobre su flota; los casi seis mil muertos civiles provocados por el sorpresivo ataque mostrado por televisión al mundo entero, sobre precisos objetivos simbólicos del poder estadounidense, volvieron a poner en acción al gigante, ahora herido en su intimidad y mucho más poderoso, que se dirigió al mundo y prometió:

“Ningún grupo o nación debe equivocarse sobre las intenciones de EE. UU.: no descansaremos hasta que los grupos terroristas de alcance mundial hayan sido encontrados, hayan sido contenidos y hayan sido derrotados”. (Presidente G. W. Bush – 06 Nov 01).    

La Transición a la “Civilización Posindustrial”
El lapso de la breve posguerra fría 1991/2001, al corresponder a una guerra “diferente”, produjo una enorme confusión entre quienes pretendían proyectar o pronosticar la evolución de la “Pax Global” emergente, no imaginada hasta entonces. Surgieron visiones optimistas y pesimistas, intelectuales perplejos y, en nuestro hemisferio, muchos dirigentes decepcionados, que perdían su paradigma ideológico.

Convergían en los ‘90 cambios cualitativos de carácter socio-cultural, realineamientos geopolíticos internacionales, innovaciones tecnológicas y económicas, una profunda revolución financiera, el aumento exponencial en las transacciones comerciales, la erosión de la soberanía del estado y una compleja interdependencia generalizada.

El fenómeno fue descripto como una “nueva globalización”. Pero, por primera vez esta era de carácter planetario.

Se trataba de una inédita “Mundialización”, bajo un unicato imperial conducido por el G7/8. Había dificultad para percibir el giro de los acontecimientos. La razón fundamental de tal dificultad se centró en el acelerado ritmo de evolución de la “nueva civilización”, que fue bautizada como “Tercera Ola”, “Era Tecnotrónica”, “De las Comunicaciones”, “Posindustrial” o “Del Conocimiento”, entre otras.

 No todas las mentalidades se adaptaban al nuevo compás. No todas las percepciones encontraban la naturaleza cualitativa de la nueva forma de producir o de hacer la guerra.

 Estábamos en presencia de un punto de inflexión del progreso humano.
 Ingresábamos,  no todos los actores internacionales a un mismo tiempo o con las mismas facilidades,  a una nueva etapa de la civilización, de manera acelerada, con un dinamismo desconocido después de los estratificados y largos años de la guerra fría.

 De la Civilización Industrial pasábamos a la Posindustrial y las crisis del “cambio cualitativo” se ponían en evidencia con su condigna guerra, mundial y planetaria: “La Guerra Antiterrorista”.

La Guerra Mundial Antiterrorista
 Como lo señala Gastón Bouthoul:
  • “la guerra es la más notable de todas las formas de transición de la vida social, es una forma de transición acelerada”.
  • “Es por la guerra que han hecho su entrada casi todas las nuevas civilizaciones”.
  • “Es por la guerra que se establecen o se sancionan las supremacías que colocan, durante un tiempo más o menos largo, un cierto tipo de sociedad a la cabeza de la humanidad”.

 He allí descripta la causa profunda de la “Guerra Mundial Antiterrorista” en acto, que el “Crimen Organizado Internacional” y sus asociados regionales iniciaron el 11 de Septiembre de 2001.

El 14 de Febrero de 2003, el gobierno de EE.UU. hizo conocer “La Estrategia Nacional para Combatir el Terrorismo”. En éste documento queda perfectamente definido el enemigo:

“El enemigo no es una sola persona. No es un régimen político único. Por cierto, no es una religión. El enemigo es el terrorismo: la violencia premeditada, políticamente motivada, perpetrada contra objetivos no combatientes por grupos subnacionales o agentes clandestinos. Aquellos que emplean el terrorismo, cualesquiera que sean sus objetivos específicos, seculares o religiosos, se esfuerzan por derrocar el imperio del derecho y llevar a cabo cambios mediante la violencia y el temor. Estos terroristas comparten también la creencia errada que matar, secuestrar, extorsionar, robar y hacer estragos para aterrorizar a la gente, son formas legítimas de acción política”.  

Más adelante el documento aclara que la Estrategia de Seguridad Nacional “previene los ataques terroristas dentro de EE.UU.y que el que he citado más arriba, la Estrategia Nacional para Combatir el Terrorismo, se concentraen identificar y desactivar las amenazas, antes de que lleguen a nuestras fronteras”.

Define a ésta última estrategia como:

  • “de acción directa y continua contra los grupos terroristas, cuyo efecto acumulativo dislocará inicialmente, degradará con el tiempo y finalmente los destruirá”.
  • ”EE.UU. se esforzará en reclutar aliados”
  • “...sin embargo, de ser necesario no vacilaremos en actuar solos, ejerciendo el derecho a la defensa propia, inclusive en la acción preventiva...”
  • “Usaremos el poder de nuestros valores para dar forma a un mundo libre y más próspero... ”.
  • “Es importante para todos los países adoptar una política de “tolerancia cero” con las actividades terroristas, dentro de sus fronteras”
  • “Cuando un estado decida no responder a tales incentivos, tendrá que enfrentar decisiones severas”.
  • “...la guerra contra el terrorismo no es alguna especie de ‘choque de civilizaciones’; es el choque de nuestra civilización y quienes quieren destruirla”.

Las “Relaciones Quisquillosas”

Ya en Diciembre de 2002 los Toffler, comentando la Cumbre de la OTAN en Praga, señalaban los nubarrones que venían cubriendo a la Alianza Atlántica. A los diecinueve componentes se le sumarían otros siete, con lo que se apreciaba habría mayores dificultades para alcanzar decisiones, que por reglamento deben darse por consenso absoluto.

 La amenaza nuclear soviética ya no existía para unir a los continentes y los riesgos estratégicos emergentes exigían esfuerzos presupuestarios que los europeos no estaban dispuestos en asumir.

 EE.UU. gasta en Defensa el doble que la suma del resto de los aliados de la OTAN. Tiene el 100 % de los bombarderos estratégicos, el 90 % de la vigilancia aire-tierra, el 80 % de la capacidad de reabastecimiento en vuelo. Frente a sus 250 transportes aéreos estratégicos, los europeos suman solo 11. La brecha más grave se observa en el nivel tecnológico de los sistemas de armas y de las comunicaciones de última generación.

La OTAN esta equipada para una guerra de masas de la civilización industrial y el terrorismo posindustrial le presenta una guerra “asimétrica”, en la que actúan células dispersas, trabajando en red. La enorme burocracia vertical y centralizada de la OTAN, con sus 340 comités formales, enfrenta a una entelequia sutil y sin formas. Los terroristas que viven en la primera ola, acceden operativamente a medios de la tercera y tienen la agilidad de una gacela frente a un elefante, en sus organizaciones decisionales.

Es indudable que la mutación acelerada de la situación y de los instrumentos operacionales disponibles, están derrumbando a las coaliciones, a los organismos y al co-gobierno “global” y aparecen las “alianzas ad-hoc”. Ello es natural. El cambio origina nuevos objetivos y nuevos intereses. Loa alineamientos cambian. Los socios son otros.

Las alianzas “exclusivamente militares” ya no son de aplicación ante el nuevo enemigo y el modo de desarrollar el poder y la fuerza, amplía la formulación de las estrategias generales o de la gran estrategia.

Ello repercute en la organización de los medios y en la formulación de alianzas informales y fluidas, con entes no estatales y “amigos” objetivos.

El próximo 1ro de Junio está prevista la próxima cumbre del G8 en Evian (Francia). Allí veremos en superficie las diferencias “quisquillosas” que se manifestaban puertas adentro, durante la posguerra fría. Las decisiones estratégicas ofensivas y preventivas a que obligó la naturaleza de la nueva Guerra Mundial, han dividido las aguas. Aun no están consolidados los bloques, pero el movimiento tectónico ya se ha producido. La división del mundo global, es un hecho. Francia y Alemania irán a Evian a buscar “el papel central” de la ONU en la reconstrucción de Irak y Washington y sus nuevos aliados solo consentirán “un papel central” de la ONU, que no acompañó a la coalición ad-hoc, en su momento.

Se cumple así una fundada reflexión de Edward Luttwak: ... “si quien prevalece en la guerra es una coalición , su misma victoria la debilitará, al reavivarse las disputas suprimidas. Según la inexorable paradoja, una victoria total destruiría totalmente una coalición”.

Hoy el G8 está dividido y también lo están la OTAN, la Unión Europea y los cinco vetos del Consejo de Seguridad. Son las “armonías y paradojas de la Estrategia”.

El Nuevo Orden Internacional “In Partibus”

El nuevo mapa estratégico en gestación, que hemos citado, muy probablemente volverá a mostrar bloques y nuevas “líneas de borde”. Saúl Bernard Cohen, en “Geografía y Política en un Mundo Dividido”, había señalado una “ Geografía móvil de lo social”, en 1963, localizando cuatro núcleos de poder”: EE.UU., URSS, China Continental y Europa Marítima y tres cinturones de quiebra”, que en éste caso nos interesan particularmente, a los que define como:

 “regiones situadas estratégicamente, ocupadas por estados conflictivos y atrapadas entre los intereses opuestos de otros núcleos de poder. Buenos ejemplos de los mismos son el Oriente Medio, el Sudeste Asiático y Sudamérica”.

El Nuevo Orden Mundial enunciado por el Presidente Bush (padre) en la Primera Guerra del Golfo, que fuera citado por años como “un gran desorden”, recién empieza a mostrar sus contornos en el 2003, al decidirse la intervención en Irak. Los núcleos de los bloques, ya están conformados.

El “Cinturón de Quiebra” del Medio Oriente.

El “cinturón de quiebra” del Medio Oriente, en el concepto definido por S. B. Cohen, encierra un enorme almacén de petróleo, es un punto focal del Islam y el “puente natural de tierra”, como le llamó Liddell Hart, entre Europa, Asia y África. A estas condiciones, se le suman intereses y necesidades estratégicas de los “núcleos de poder”, actualmente interactuantes en la Región. Allí revistaba Irak, sin control político interno.

 Halford Mackinder, en su conferencia de 1904 “El Pivote Geográfico de la Historia”, sostenía:
“Quien rige en Europa Oriental, manda en la Tierra Corazón;
quien rige en la Tierra Corazón manda en el Mundo Isla y
quien rige en el Mundo Isla, manda en todo el orbe”.

 Irak se encuentra en el extremo sur del “Mundo Isla” y es parte del “shutterbelt” de Spykman. Es la antigua Mesopotamia, el Tigris y el Éufrates que penetran hacia el Norte, hasta las estribaciones del Monte Ararat. El valor estratégico permanente de ésta región geográfica estableció, sin duda, la prioridad de intervención de la Alianza en la presente guerra mundial, teniendo en cuenta la caracterización del régimen de Saddam, del nuevo enemigo y la actitud de algunos actores europeos dentro de la OTAN durante los ‘90.

Más hacia el Este, en Afganistán, ya se había producido una primera intervención.  Ambas permiten el posicionamiento de núcleos de tropas de elite en el “bajo vientre euroasiático”, dominando a la “región geográfica” que controla las comunicaciones continentales.

Entendemos que éstas bases permanecerán allí por un largo período. Así lo exige la nueva situación.

Frente al Asia, el continente más antiguo, desde una perspectiva histórico-cultural y frente a la Europa Continental, el más antiguo política y tecnológicamente, se encuentra EE.UU., el país-continente más moderno de la tríada por su historia, por su cultura, por sus instituciones políticas y por su desarrollo tecnológico. Ganó la última guerra mundial y  ha sido desafiado con inesperada violencia por el terrorismo global, como cabeza imperial y líder de la civilización occidental.

China retiene la visión tradicional de sí misma que mantuvo durante los últimos tres mil años, como el “Imperio del Centro” o “El Centro del Mundo” y ello le facilita entenderse con el joven “Imperio Americano”. Son las dos “Revoluciones activas y ascendentes”, al iniciarse el Siglo XXI y están interactuando.  

Además de Mackinder, dos alemanes, Ratzel y Haushofer se ocuparon de la Europa Continental Terrestre, pero con un sesgo político- estratégico: el equilibrio con el poder naval del Mundo Oceánico, cuyas doctrinas fueron desarrolladas por dos estadounidenses: Mahan y Spykman.

 La actual presencia militar aliada en el “bajo vientre eurásico” es una necesidad estratégica de ese equilibrio que, a nuestro juicio, se irá conformando y consolidando rápidamente en los próximos meses, dando lugar a los nuevos bloques del mapa estratégico mundial, el Oceánico y el Continental, que resultan de la nueva guerra mundial en acto y que es consecuencia de la presente etapa de la civilización posindustrial.

El “Cinturón de Quiebra” Sudamericano.

En nuestra Región el Grl Div D. Carlos de Meira Matos, de Brasil, viene proponiendo un Corolario Spykman ampliado: la conformación de la “Nueva Alianza Inter-Oceánica” (NAIO), a constituirse con Canadá, EE.UU., Brasil, Argentina, Nueva Zelanda, Australia y Japón. Los hechos indican que la NAIO podría desarrollarse y aun ampliarse con los países europeos que conforman la actual Alianza ad-hoc, que opera en Irak, con eventual presencia en el Mar del Norte, en el Báltico y en el Mediterráneo. De ese modo, la “media-luna” naval de Meira Matos se constituiría en un “cerco inter-oceánico”, con una base de apoyo central-continental en las costas del Índico, sobre el “bajo vientre” eurásico, espacio llave de carácter histórico.

En Eurasia, Eugeni Primakov, que fuera recientemente Primer Ministro de Rusia, planteó formalmente en 1998 el Eje Moscú – Nueva Delhi – Pekín. Estas tres potencias nucleares, cuantitativamente suman casi el 50% de la población mundial. Es probable que India se sume al bloque continental, no así China. Pero Primakov no imaginó, hace solo cinco años, que Francia podría revistar en el bloque Continental, pues nunca antes había estado allí.

El joven Capitán Haushofer había previsto el bloque “Asia + 1”, siendo Alemania la que se sumaba al Este e incluía necesariamente al Japón. El Japón de hoy ha retenido sus tradiciones culturales, pero está adscripto a la civilización y a la alianza occidental, con su sistema político sustentado en las reformas constitucionales del Grl. MacArthur.

El caso de Alemania merece especial atención. El síndrome de su derrota en la Segunda Gran Guerra Civil Europea la ha colocado en una posición muy diferente a aquella de sus tradiciones históricas. Ello ha quedado en evidencia cuando tuvo que tomar la decisión de enfrentar al macro-terrorismo. Alemania, sin veto en el Consejo de Seguridad y sin arsenal nuclear, pierde el liderazgo político que su posición económica le otorga en su bloque. Francia seguramente liderará el frente europeo de la alianza euroasiática en eventual gestación. La Francia que ha “decepcionado” al Grl Colin Powell, Secretario de Estado.

Vayamos ahora puntualmente a nuestro “cinturón de quiebra sudamericano”, como  potencial frente marítimo atlántico dentro de la NAIO ampliada que presenta hasta hoy el cuadro situacional internacional, surgido de la intervención en Irak.

¿Está comprendida nuestra Sudamérica por el concepto enunciado por Cohen como “cinturón de quiebra”?. Recordémoslo:
 región situada estratégicamente, ocupada por estados conflictivos y atrapados entre intereses opuestos de otros núcleos de poder .
Vayamos por partes:

Ø  ¿están “en conflicto” los estados sudamericanos?.
Si, todos los estados sudamericanos, institucionalmente muy débiles, registran severos conflictos internos, derivados de su misma fragilidad, de la guerra fría que peleamos sin estrategia y de las dificultades que en diversos grados presentan nuestros países para asumir con soltura las exigencias posindustriales . Chile, aun con sus problemas, podría considerarse como una excepción en la Región.

Ø  ¿Están los estados sudamericanos “atrapados entre intereses opuestos de otros núcleos de poder”?.
Si lo están. Están atrapados entre intereses opuestos de otros núcleos de poder, con un serio agravante: hay una profunda inconciencia de los riesgos estratégicos presentes y no solo en el pueblo. Esa inconciencia alcanza a gran parte de la dirigencia, perturbada ideológicamente, por necesidades de sobrevivencia o por corrupción. Para decirlo con mayor claridad: se ignora o se oculta el hecho de “estar atrapados entre intereses opuestos de otros núcleos de poder” y se retiene, casi por unanimidad de los sectores políticos, un nivel escandaloso de incertidumbre, de indefensión estratégica y de inseguridad pública, interrelacionados. Esos “otros núcleos de poder” que actúan en Sudamérica, en presencia de los débiles estados regionales, son:

·         los nuevos bloques internacionales, aun en formación y
·         el crimen organizado internacional y sus asociados locales: los remanentes terroristas revolucionarios de décadas pasadas y las mafias narcoterroristas.

Consecuentemente, estamos en tiempo de descuento. Es conveniente tomar en consideración que en el caso de no adoptarse la “tolerancia cero, con las actividades terroristas dentro de las propias fronteras” , los estados sudamericanos “...tendrán que enfrentar decisiones severas”.
 Hace pocos meses en Santiago, Chile, el 18 Nov 02, el Secretario de Defensa de los EE.UU. advirtió a sus colegas sudamericanos, en la “Vta Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas”, que
 ...”hay espacios fuera del control de los estados en Sudamérica, que desestabilizan a los gobiernos democráticos”.

La Paradoja y la Armonía de la Estrategia.
Hemos citado más arriba a Edward Luttwak, un filósofo nacido en Transilvania en medio de la guerra, en 1942. Es muy probable que éste hecho le haya llevado a dedicarse de lleno a la Estrategia, es decir, a la conducta humana y sus consecuencias, en el contexto de los conflictos sangrientos.

 En su libro “Estrategia, la Lógica de la Guerra y de la Paz”, señala la caracterización paradójica de éste conocimiento”, escaso entre nosotros, que hace difícil su comprensión:
“Todo el reino de la Estrategia se halla inmerso en su propia lógica paradójica, que se opone a la lógica lineal común... hasta inducir la reunión y hasta la inversión de los opuestos”.

Dentro de ésta conceptualización, se da el fenómeno del “punto culminante del éxito”, que da lugar a un proceso de culminación e inversión”.

 Es muy probable que, en el contexto internacional que nos envuelve y condiciona tan fuertemente, como lo acabamos de describir, estemos alcanzando en Sudamérica y en nuestro país, el “proceso de culminación e inversión” de la situación estratégica regional, iniciada con la Guerra Fría.

Los acontecimientos electorales recientes, terminada la posguerra fría e iniciada la guerra mundial antiterrorista, indican con claridad que la Región avanza, decididamente, dentro de la lógica paradójica hacia “el fracaso de éxito”.

Las victorias señaladas de diversas coaliciones, reavivan las disputas suprimidas por el electoralismo y sus ingenierías fraudulentas.

Estas disputas suprimidas pueden hacerse violentas, luego de sus elaborados éxitos extemporáneos. Desde allí, desde su auto-destrucción, pueden surgir las energías políticas que permitan construir una Gran Política y una Gran Estrategia, hoy ausentes.

Recién entonces podremos reingresar al mundo y recién entonces descubriremos la natural realidad de nuestra posición excepcional en la fachada del Atlántico Sur. Encontraremos la Armonía y la Sinergia Estratégicas, que los electorados confundidos por liderazgos débiles, en este tiempo de inflexión hacia la civilización de la Tercera Ola, han buscado en el camino inviable de un retorno setentista. Esa vía es imposible, porque La Política es futuro y porque se ha tomado el equivocado rumbo de colisión con la guerra mundial en acto. Los prejuicios ideológicos se encontrarán de frente con el “gigante que ha tomado la terrible decisión”.

La intuición popular describe a este ineludible “fracaso del éxito”, como una posible y hasta necesaria guerra civil  “redentora”, por no encontrar otros atajos.

La salida del encierro, del aislamiento y de la parálisis política y estratégica alcanzadas, llegará por la “desmoralización del triunfo” del marxismo extemporáneo, que hoy se presenta como progresista, siendo a todas luces regresivo y perverso, en el estricto sentido etimológico del término. Su inviabilidad fáctica confrontará a los coaligados, llevándolos a su auto negación, a su inversión absoluta que anula a la victoria extemporánea, surgida del hábil trastrocamiento de la derrota táctica de un cuarto de siglo atrás, febrilmente invertida hoy con la fuerza de la desinformación y la ayuda de la “infosfera” alquilada.    

S.E. Cab Gran Cruz Gral. (R) Dr Heriberto Auel OCSSPSIL, Cursó escuela superior de Guerra, Observador militar en el canal de Suez, Consultor del Alto Mando del Uruguay en Política y Estrategia, en el Estado Mayor Conjunto fue Jefe del Departamento de Políticas y estrategias, Segundo Comandante de una Brigada de Montaña y comandante de la Brigada Mecanizada y luego integró la Jefatura de Operaciones del EMCFFAA. Profesor, articulista, Pte del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, Pte Academia Argentina de Asuntos Nacionales e Internacionales, Epistemólogo  de la Soberana Compañía de Loyola .

sábado, 29 de agosto de 2015

Los cambios reales en Oriente Medio. S.E. Cab D GEORGE CHAYA OCSSPSIL. Diario Exterior, Fundacion Iberoamerica Europa.



Confundir resultados aparentes con hechos reales produce mitos y confusión e inexorablemente lleva al error de comprensión. Esto ha sido especialmente evidente en lo que viene sucediendo con la mayor parte de las noticias que circulan últimamente sobre los cambios políticos en Oriente Medio.


En concordancia con los informes de la prensa, la situación en Siria está empezando a mejorar, Rusia finalmente ratificó su actitud de apoyo abierto hacia Irán y la administración de Bashar Al-Assad. También hemos oído que el retiro houthi en Yemen es el resultado de un acuerdo entre saudíes e iraníes. 

Lo concreto es que Arabia Saudita abandonó a la oposición siria, pero también negó cualquier reconciliación con Assad. Y los libaneses ya pueden elegir a un presidente tras el acuerdo nuclear iraní. Algunos medios incluso afirmaron que las nuevas posturas tomadas por el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, son el resultado de un paquete de reconciliación entre Irán y los países del Golfo y que Arabia Saudita ha comenzado a favorecer a Hamas, dando la espalda a la autoridad palestina. 

Hasta ahora no hay pruebas convincentes de que estos cambios han tenido lugar, de hecho, personalmente no creo que se produzca ningún cambio político o militar. 

Los que sí ha ocurrido en las últimas semanas es un aumento de la actividad política de las potencias regionales e internacionales, pero no han establecido una estrategia para resolver todos los asuntos relacionados con Siria, Yemen, Irak, Líbano y el Golfo. 

El problema es que algunos analistas y periodistas a menudo confunden la información con el análisis, las noticias con la opinión. Por ejemplo, la reciente reunión entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry y los ministros del Golfo no significa que se haya producido un cambio en las actitudes hacia el conflicto sirio. 

En cuanto a las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Zarif, sobre que Teherán desea cooperar y reconciliarse con los Estados del Golfo, siguen siendo hasta el momento meras palabras, sin nada tangible que las respalde y muestra que Irán ofrece un espíritu más positivo hacia sus adversarios para que ellos dejen de criticar el acuerdo nuclear. Zarif no propuso nada concreto. Solo estamos ante una intensa actividad diplomática que incluye esfuerzos de Qatar y Omán para reconciliarse con Irán. 

Sin embargo, los iraníes no renunciarán a su influencia en Siria e Irak, y tampoco van a cooperar para resolver la disputa sobre su posición de apoyo a Hezbollah en Líbano. En cuanto a Yemen, las mejoras en la escena política se generaron por los avances militares sobre el terreno, como la liberación de Adén y la derrota de los rebeldes houthis a manos sauditas. 

La evidencia más importante que viene a demostrar que estos rumores son falsos quedó muy clara cuando el canciller saudita Adel Al-Jubei habló en Moscú la semana pasada y, sentado al lado de su homólogo ruso Serguéi Lavrov, declaró: “El Reino no acepta ninguna solución al conflicto sirio que implique la permanencia de Assad en el poder”, al tiempo que todos conocemos la posición de apoyo de Moscú al régimen sirio, lo que contradice la visión de Riad. 

En cuanto visita de un alto funcionario de seguridad de Assad a Yeddah, esto debe ser visto como parte de las comunicaciones de rutina que se realizan entre adversarios. Incluso si el Gobierno en Damasco ofreciera una nueva solución que Arabia Saudita pueda llegar a dar la bienvenida, el reino no necesariamente tiene que aceptarlo. Lo propio ocurre con la visita del líder de Hamas, Khaled Meshal a Riad. Esto no significa un cambio en la posición, que se basa en un fundamento jurídico y en intereses políticos muy claros por dar legitimidad a la autoridad palestina y no al Gobierno de Hamas que reside en Gaza. 

El interés de Arabia Saudita es claro en apoyar la autoridad que considera legítima y en cooperar con otros países de la región, en particular Egipto, bajo ataque yihadista. De allí que los rumores de que Irán no está contento con las comunicaciones entre Riad y Gaza no son más que un producto de la propaganda de Hamas para que los saudíes recurran a ellos. 

Es Irán quien todo este tiempo no ha querido relacionarse abiertamente con Hamas, ya que está tratando de aprobar el acuerdo nuclear y compensar así la oposición de Benjamin Netanyahu a este. Así como el temor a la reacción del Estado de Israel. 

Lo concreto es que Teherán (ahora reivindicado por el presidente estadounidense Barack Obama como un antiguo miembro del “eje del mal”) quiere ocupar el lugar de liderazgo saudí y para ello se muestra cooperante con quienes combaten el terrorismo islamista, se presenta como moderado para colocar a Arabia Saudita como protector financiero de los extremistas suníes. 

En este escenario falso que pretende mostrar cambios importantes en el Oriente Medio, el único hecho nuevo es el acuerdo nuclear de Irán con Occidente y todavía no sabemos cómo afectará a la región en el futuro, ya sea positiva o negativamente. 

Las cuestiones polémicas entre los países de la región son muy arraigadas. En Siria, el Estado colapsó por las organizaciones terroristas pro y antiiraníes que se instalaron allí. La guerra se ha extendido por todo el país, desde Zabadani hasta Deraa. En Yemen, la campaña liderada por Arabia Saudita ha tenido éxito en liberar Aden, pero la capital, Saná, está a punto de ser sitiada. La situación en Irak sigue siendo volátil, con combates diarios al oeste, al norte y al sur, y la mayoría del país sigue bajo control del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). 

Estos son los conflictos reales y para ser resueltos adecuadamente se necesita algo más que unas cuantas visitas diplomáticas y la fantasiosa imaginación de algunos periodistas y analistas regionales. Solo el cambio de actitud en la diplomacia y los medios de comunicación puede producir resultados tangibles.

Este artículo está en Infobae


• The Prof. George Chaya serves as Advisor in the Commission of International Relations of the Argentine Congress, is academic advisor in Iberoamerica-Spain Foundation in Arabs Islamic affairs, is a University prof. in Masters Courses on middle East, has authored several books, and has appeared in a variety of national and intl. broadcast and print media.

viernes, 28 de agosto de 2015

¿Cuál es la línea que divide la Defensa de la Seguridad?. S.E. Cab Gran Cruz Dr. Ricardo Vanella, SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.


Aplicando la "Lista de cotejo para razonar" propuesta por R. Paul & L. Elder en su "Mini-Guía para el Pensamiento Crítico" (Fundación para el Pensamiento Crítico, 2003), ante la pregunta planteada en el título del presente artículo, es necesario -como paso previo a la inferencia- tomar datos, información y evidencia. 

En ese contexto, vayamos al origen mismo de las palabras y observemos que Defensa (introducida en el español recién alrededor del año 1490), proviene del latín defēndēre, que significa "alejar, rechazar a un enemigo". Mientras que Seguridad (incorporada más de dos siglos antes al español, entre 1220 y 1250), proviene -también del latín- secūrus, que significa "tranquilo, sin cuidado, sin peligro". 

Por su parte, la más sencilla y primaria fuente en nuestro caso, el Gran Diccionario de la Lengua Española, indica que Defensa es la acción y resultado de proteger a una persona o cosa de un daño o un ataque; y también "arma, instrumento o cosa con que uno se defiende". Mientras que Seguridad es la "cualidad de estar seguro", es decir, "Que no corre ningún peligro o riesgo / Que tiene certeza / Que no falla". 

Sumemos ahora el concepto de Wider Security (Seguridad Ampliada), que comprende la tradicional defensa militar e incluye, asimismo, problemas tales como el crimen organizado, terrorismo, corrupción, degradación del medio ambiente, disputa por los recursos naturales, catástrofes naturales, flujos incontrolados de refugiados, inmigración no regulada, miseria y hambre. 

En base a lo mencionado, podemos comenzar a inferir que:
  • La Seguridad es un concepto más amplio, que comprende a la Defensa, pero no a la inversa. En efecto, la Seguridad abarca a las tres "D": Defensa, Diplomacia, Desarrollo (acerca de ello, ver artículo "La evolución del concepto de Seguridad", en https://goo.gl/uTl2VC). 
  • La Seguridad es geométricamente de intersección, en donde convergen cuestiones internas y externas, individuales y colectivas, civiles y militares, gubernamentales y no gubernamentales. 
  • En términos estructurales y organizacionales, la Seguridad se presenta como una suerte de dirección general, mientras que la Defensa se presenta como una división o gerencia. 
  • La Defensa es un subsistema especial de la unidad política para garantizar su soberanía, lo que implica una subordinación al sistema mayor de la unidad política en su posición erga omnes ad mundus (para todos ante el mundo). "...Para eso, cada unidad política debe desenvolver una sensibilidad estratégica que le permita distinguir... los amigos de los enemigos como fundamento de su política externa..." (Héctor Saint-Pierre, en "Fundamentos para pensar la distinción entre "defensa" y "seguridad", GEDES-UNESP, 2012). 
  • La Defensa, como todo subsistema especial (o unidad estratégica), requiere una estructura propia, con presupuesto propio y con un comando específico, centralizado y especialmente dedicado. 
  • Seguridad y Defensa pertenecen al mismo sistema / unidad política, por lo tanto deben vincularse y operar coherentemente, retroalimentándose. Cabe destacar que el presente análisis responde a una visión de Seguridad y Defensa en términos generales. En cuanto respecta a las diferencias entre ambos conceptos desde la perspectiva específicamente nacional, surgen matices adicionales que serán tratados en un próximo artículo. 

Copyright © 2015 by Ricardo Vanella. Todos los derechos reservados.



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