domingo, 31 de julio de 2022

La Órden del Sol del Perú. Priorato General del Perú. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA. S.C.L.





La Orden El Sol del Perú, creada inicialmente con el nombre de la” Orden del Sol”, es una de las dos distinciones que concede el Estado Peruano a sus ciudadanos y extranjeros destacados en campos como el de las artes, letras, milicia, cultura, política, servicios extraordinarios al Perú, entre otros motivos.

Esta orden tenía como modelo la Legión de Mérito de los Estados Unidos establecida por George Washington, y la Legión de Honor del emperador Napoleón I. Si bien su connotación era la de un honor al mérito, esta tenía además una clara influencia de las antiguas órdenes de nobleza, que como parte del proyecto de Monarquía Constitucional que proponían Monteagudo y José de San Martín, buscaba además establecer una nueva orden de nobleza americana en el Perú, diferente de la tradicional orden de nobleza española.
● Fundación, extinción y rehabilitación:
La Orden fue establecida en 1821 por Bernardo Monteagudo y José de San Martin. En dicho evento fundacional, Monteagudo oficia de Secretario General y Tomas Guido de Maestro de ceremonias de la Orden; mientras que más tarde, el jueves 17 de enero de 1822, el Marqués de Torre Tagle es nombrado como su Vicepresidente.
Entre los primeros asociados se destaca la figura del Conde de Valle de Oselle, y entre los distinguidos al Marqués de San Miguel, Marqués de Buenavista, Marqués de Villafuerte, Conde de San Juan de Lurigancho, Conde de Vistaflorida y el Vizconde de San Donás.
El Congreso de la República del Perú decretó su extinción el 9 de marzo de 1825. Siendo restituido por el presidente Augusto B. Leguía en abril de 1921 bajo el nombre de “Orden El Sol del Perú”.
Referencias:
.- San Martín en su conflicto con los liberales, Steffens Soler (1983).
.- Historia del Perú: la república de conformidad con los programas oficiales vigentes, Atilio Sivirichi (1938).

jueves, 21 de julio de 2022

PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA.Fotografía del Cacique y Coronel Don Manuel Namuncurá y de su hijo el Beato Ceferino Namuncurá. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA. S.C.L.

Don Manuel se destacó por su participación en la "Conquista del Desierto" 

Bautizado en la ciudad de Paraná, en la provincia de Entre Ríos, con el nombre cristiano de Manuel en 1854, se dice que su padrino fue Justo José de Urquiza. En esta misma ocasión juró lealtad y cumplimiento a la Constitución Argentina de 1853.

Su hijo Ceferino Namuncurá se convirtió en un famoso beato para los Salesianos.



miércoles, 13 de julio de 2022

EDUCACIÓN: EL COMPROMISO OLVIDADO por Daniel R. Salazar. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.


Estas líneas sólo pretenden compartir algunas reflexiones surgidas de la relectura de un libro escrito en 1870; nada menos que hace más de 150 años.

En el capítulo 55 de la obra de Lucio V. Mansilla “Una excursión a los indios ranqueles” el autor nos relata lo ocurrido en una importante y disputada junta (reunión) de once horas que, con el fin de firmar un acuerdo de paz, mantuvo ese día con los caciques ranquelinos Mariano Rosas y Baigorrita en presencia de sus pueblos.

Volviendo a los toldos del primero, donde pasaría la noche, Mansilla reflexiona sobre la experiencia vivida y, en particular, sobre el comportamiento de ambos caciques.

“ Mariano Rosas y Baigorrita, como jefes de partido, tenían todo preparado, la votación segura; pero antes de imponer su voluntad habían lisonjeado las preocupaciones populares.   ¿No es esto lo que vemos todos los días?   La paz y la guerra ¿no se resuelven así?

¿El pueblo no tolera todo –hasta que se juegue su destino- con tal que se le deje gritar un poco?

¿No hace presidentes, gobernadores, diputados, en nombre de ciertas ideas, de ciertas tendencias, de cierta aspiraciones y las camarillas no hacen después lo que quieren y las muchedumbres callan?

¿No pretende que lo gobierne la justicia y no lo gobierna eternamente esa inicua inmoralidad que los políticos sin conciencia llaman la razón de estado?

¿Pasa otra cosa en el mundo civilizado? ”

Hoy, lamentablemente, podríamos agregar: ¡No hay nada nuevo bajo el sol!

La naturaleza de la actividad política, a pesar de ser esencialmente noble y necesaria, conlleva una lucha por el poder que muchas veces ha generado, genera y probablemente seguirá generando conductas reñidas con la ética más estricta y las intenciones más nobles. ¿Estamos condenados entonces a gobiernos demagógicos, hipócritas, autoritarios o corruptos?  ¡De ninguna manera!

Para ello debemos reconstruir el orden político sobre tres pilares fundamentales: una clara división de poderes, una sabia legislación y, sobre todo, una justicia independiente que, sin doblegarse ante los poderosos de turno, vele por el fiel cumplimiento de las normas que regulan nuestra convivencia social sin privilegios de ninguna especie.

Sin duda alguna este ordenamiento no será fácil y llevará varias generaciones de esfuerzos continuados. Su instrumento: LA EDUCACIÓN.

Justamente la excursión de Mansilla se realizó durante la presidencia de Sarmiento quien se propuso alcanzar un objetivo fundamental: EDUCAR AL SOBERANO.

El objetivo mantiene su vigencia en el discurso de todos los candidatos sin distinción de color político pero, ya en el poder, ha sido dejado de lado por casi todos los gobiernos. Las urgencias inmediatas y las luchas por alcanzar o mantener espacios de poder han prevalecido en la política argentina. El presente hipoteca nuestro futuro.

Sin embargo, los problemas económicos, la inseguridad, la violencia, la corrupción y la generalizada incapacidad dirigencial que tanto nos abruman tienen su origen directo o indirecto en el déficit educativo de nuestra población. Me veo tentado de parafrasear el Evangelio diciendo: Buscad la educación y todo lo demás se os dará por añadidura.

El año próximo tendremos una nueva oportunidad de corregir el rumbo. ¿Seremos capaces de conformar y llevar al poder una fuerza política cohesionada integrada por hombres y mujeres que, pensando en las siguientes generaciones y no en la próxima elección, tengan la grandeza, la lucidez y el coraje para lograrlo?  Ortega y Gasset definía la nación como “ un proyecto sugestivo de vida en común “ ¿Podremos encontrar los liderazgos políticos y sociales que se pongan al frente de ese proyecto y conduzcan y den sentido a los sacrificios de una larga transición en aras de un futuro mejor?

por Daniel R. Salazar

“ORIGINARIOS” DE DÓNDE? por Carlos Manfroni. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.

Existe una arraigada tendencia a pensar que lo que hoy es el territorio americano representaba una especie de paraíso terrenal antes de la llegada de los españoles, quienes, de acuerdo con esa convicción, vinieron a traer todos los males al continente y a avasallar a los pacíficos pueblos originarios que, hasta entonces, vivirían en una relación de armonía con la naturaleza. Es una lástima que los programas de estudio no suelan enfocarse demasiado sobre la historia de las culturas precolombinas. En realidad, no suelen enfocarse demasiado sobre la Historia. 

Los llamados “pueblos originarios” poseían el mismo espíritu de conquista respecto de otras comunidades americanas que el que impulsó a numerosas naciones de los cinco continentes a avanzar sobre otras a lo largo de los siglos. Por tanto, esto de “originarios” es bastante relativo. ¿A cuántos pueblos sometieron los incas? En el lenguaje coloquial, es común hablar del imperio incaico, pero en este caso no se atribuye al término “imperio” el sentido negativo con el que suele utilizarse cuando se refiere a la cultura europea. 

En los alrededores de lo que actualmente es la capital de Perú estaba asentada la cultura de los limas desde el comienzo de la era cristiana. Todavía se ven allí las pirámides de adobe que ellos construyeron. Aparentemente, ese pueblo, que podría haber sido el originario –quién sabe– y, en todo caso, muy anterior a los incas, se disolvió por agotamiento de su capacidad vital. Sin embargo, gracias a la violencia y a las cabezas cortadas y clavadas en picas, para cuando llegó el español Francisco Pizarro, en el siglo XVI, el imperio incaico se había extendido desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile. Para no pocas etnias, la llegada de los españoles habrá representado un alivio, más que una situación traumática. De otro modo, no se explicaría cómo Hernán Cortés pudo triunfar sobre Tenochtitlan, hoy ciudad de México, con un ejército compuesto en un 99% por pueblos aborígenes de la región; es decir, menos del 1% de españoles. 

La idea de que los indígenas aliados con Cortés traicionaron a sus hermanos aztecas es una elaboración del progresismo europeo. No había tal hermandad ni existía, siquiera, un concepto de “lo indígena”, como sostienen no pocos historiadores, sino alrededor de 50 pueblos que, hartos de soportar el avasallamiento de los mexicas, se rebelaron. Cortés solo tuvo la habilidad de organizar la alianza para esa rebelión. 

Algo parecido, aunque de menor intensidad y con mayor extensión en el tiempo, ocurrió en lo que hoy es el territorio de Bolivia, con las permanentes confrontaciones étnicas. Allí, los caciques sakaka sostuvieron un pacto implícito con la corona ante el riesgo de su derrumbe frente a sus seculares enemigos, los kirkyawi. Existen trabajos historiográficos que recogen con detalles las demandas judiciales de las que ellos se valieron, como por ejemplo un amparo que, en 1646, José Villca, gobernador y cacique del pueblo de San José de Sakaka, presentó a la Real Audiencia de Charcas para las tierras “de los naturales de Aransaya y Urinsaya del ayllo Jilavi y Chaiquina”. 

La historia “políticamente correcta” resta importancia a la crueldad que ciertas civilizaciones ejercían sobre otras, antes de la llegada europea; una indiferencia que, por un lado, está dirigida a mostrar que los únicos malos eran los españoles, pero que en realidad tiene un sentido racista, como lo tiene el hecho de reunir a todos esos pueblos bajo el concepto de indios o aborígenes. La subestimación de aquellas guerras precolombinas responde a la idea de que, en definitiva, todo eso era “cosa de indios”, “algo que a nosotros no debe interesarnos”. Con el mismo espíritu racista, el mundo ignoró el genocidio de Ruanda (¡en 1994!) y observó con indiferencia cómo los hutus exterminaban al 70% de los tutsis y violaban a casi 500.000 mujeres. Pero, claro, era una matanza “entre negros”, y a la cultura de la posmodernidad únicamente le interesan las violaciones a los derechos humanos que se le puedan atribuir a la civilización judeocristiana. 

Está claro que las civilizaciones precolombinas, a la distancia, inspiran cierto romanticismo. Hasta Rubén Darío compuso una poesía a Caupolicán, el famoso cacique araucano –hoy mapuche– que fue ejecutado por empalamiento, una muerte cruel y horrible, por parte de los conquistadores. Lo que el poeta nicaragüense omite en sus versos, porque la cultura de su época lo daba por sabido, es que el gran tronco de árbol que Caupolicán cargó sobre sus hombros durante dos días y dos noches representó una exigencia de sus propios jefes mapuches para reconocerle el liderazgo. Y lo que la leyenda antieuropea calla, y no precisamente porque lo dé por conocido, es que Pedro de Valdivia, el gobernador de Chile y fundador de sus principales ciudades, tras ser derrotado en una emboscada por los mapuches, murió despellejado y devorado vivo por ellos. 

Los incas, a pesar de su bravura, se asombraron de la crueldad y la falta de reglas de los mapuches, de quienes sostenían que no respetaban autoridad, ni siquiera la paterna, y por eso ellos no pudieron llegar más allá del norte de Chile, donde los araucanos les pusieron freno. 

Sobre la llanura pampeana se extendían, precisamente, los pampas, los que según algunos especialistas formaban un solo pueblo con los puelches. Al sur del río Chubut estaban los tehuelches y, en Tierra del Fuego, los onas, muy cerca de los yaganes, en la zona de las islas próximas a los canales, como el de Beagle. En lo que hoy es Mendoza, habitaban los indios huarpes. El hecho de que los mapuches hayan realizado innumerables incursiones hacia este lado de la cordillera, atacado y a veces dominado a otras poblaciones aborígenes, no los convierte en pueblos originarios. En todo caso, son tan originarios como los criollos que después lucharon contra ellos y les ganaron. Punto. Como escribió Friedrich Nietzsche, la historia no se puede hacer volver hacia atrás como si fuera un tornillo. ¿O alguien imagina que un grupo se autoperciba parto y reclame tierras a los iraníes; o que se considere sabino y dispute las colinas a los romanos? Por eso no tiene sentido hablar de “pseudomapuches”. Falsos o verdaderos, no son originarios; pero, sobre todo, no tiene sentido en estas tierras, donde los españoles se mestizaron con los nativos formando así una sola nación. No se puede invocar la condición de nativo cuando pasaron generaciones de indisoluble y beneficiosa mezcla. Pero, sobre todo, no se puede utilizar la Justicia de un Estado cuya soberanía se desconoce, aunque se especule con la traición de los magistrados. O se reconoce la autoridad del Estado argentino o se la impugna desde la condición de enemigo. 

Está claro que en todos lados, pero especialmente en la Argentina, existe una vocación indeclinable por favorecer al enemigo mientras no se meta en nuestro metro cuadrado. Es la causa principal de nuestra decadencia, es el negocio de los traidores a la nación y es la tendencia escatológica a ensuciar la mesa donde se come, por expresarlo en términos adecuados a estas páginas. 

 por Carlos Manfroni La Nación, 23 de junio de 2022

lunes, 11 de julio de 2022

El Zar Nicolás II masacrado, junto con toda su familia el 18 de julio de 1918, en Ekaterimburgo, por un grupo de milicianos bolcheviques, Ha sido completamente desagraviado en Rusia. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA. S.C.L.

 
FAMILIA ROQUÉ GÜMES

Ha sido completamente desagraviado en Rusia, y como mártir y santo, ha sido elevado a los altares por la iglesia cristiana ortodoxa rusa en calidad de mártir y santo. En una tocante ceremonia, el 18 de julio de 1998, noventa años después de ese magnicidio, fue enterrado con toda su familia en la catedral de san Petersburgo con todos los honores correspondientes a su investidura espiritual.

El imperio de los zares había cumplido mas de un milenio,  desde el bautismo del príncipe Vladimir de Kiev, junto con todo su pueblo, en las aguas del rio Dniéper, en el año 998, hasta la masacre de Ekaterimburgo, en 1918.


PRIORATO GENERAL DEL PERÚ. 9 DE JULIO DE 1882, BATALLAS DE MARCAVALLE, PUCARA Y CONCEPCIÓN, CAMPAÑA DE LA BREÑA. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA. S.C.L.

 

 Colaboración de S.E. Ministro Consejera 
Doña Hilda Victoria Palermo Cabrejos  
 Priorato General de la República del Perú



martes, 5 de julio de 2022

Raúl Porras Barrenechea y la Hispanidad. SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.

FAMILIA ROQUÉ GÜMES

“Si trazamos las coordenadas de sus temas preferidos, según decenios, descubrimos una curiosa proyección retrospectiva. 

Aparte de la década 1920-1930, en que por razones de su labor en la Cancillería y sobre la base de los elementos documentales de que disponía, predomina el ciclo republicano, en la que corre de 1930 a 1940, cuando la rehabilitación de los gerifaltes de la Conquista era pura quijotería y la Hispanidad un sueño, él se lanza con denuedo a exaltar la gloria de Pizarro y a justificar la colonización. […] 

Proclama la afirmación de lo hispano y lo indio asumidos en una síntesis unitaria y cristiana. 

Esta tendencia es hispanista y peruanista a la vez. 

Primero, porque reivindica la trascendencia de lo hispano. 

Segundo, porque, reconociendo como decisivo el mestizaje, ve al Perú en función de lo indio y lo hispano-cristiano. 

No es otra visión parcial del país enfocado sólo desde el ángulo hispánico u occidental. 

Se trata de verlo desde lo indio y lo hispano-cristiano. 

No es «hispanismo puro> ni tampoco «indigenismo puro>: exalta un peruanismo esencial, reconoce el mestizaje en lo biológico y la síntesis hispano-indio-cristiana; busca una definición peruanista de la cultura. 

La exaltación de lo hispano es clave sin la cual no se puede comprender al Perú. 

Igualmente, sin una adecuada valoración de lo indio, tampoco es comprensible la cultura y la historia del país. 

Dos razas, dos culturas, asimiladas en una síntesis indivisible que es la peruanidad. Considera lo católico y cristiano como elemento que posibilita la síntesis cultural. 

Incide así en lo que el Perú tiene de propio y singular como es lo indio y el Incario. También en lo hispanoamericano y universal, porque el Perú se integra a través de la hispanidad en la civilización occidental. 

De ahí que se enaltezca lo hispánico como estilo de vida que no se opone a la peruanidad. 

Hispanismo y peruanismo no se excluyen, más bien se complementan, y por esto llamamos hispano-peruanismo a este planteamiento. 

El peruanismo al superar el «hispanismo puro> y al «indigenismo puro>, ofrece una definición cabal del Perú”. (Maticorena, 1963)

Referencia:

.- Peruanidad, Miguel Maticorena (1963)


Ad Majorem Dei Gloriam

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