Bandera de la Hispanidad en las Américas,
adoptada como símbolo de las Américas
por la séptima conferencia internacional
Americana de Montevideo
el 13 de diciembre de 1933.
Los criollos nunca reculan
aunque vengan degollando,
no quiero verlo llorando
ante quienes lo censuran,
los nombres siempre perduran
a través de mucho tiempo
si es que se ve sentimiento
en los ojos y corazón,
de quien en toda ocasión
le hace frente a malos
vientos.-
No se me achique paisano
que su lazo es de buen
rollo,
usted será nuestro pollo
por sus valores humanos,
los criollos le perdonamos
el que haya errado un penal,
y no se me ponga mal
porque ya vendrá la buena
y sería una gran pena
que usted no esté en el
mundial.-
No me afloje compañero
que es larga la serenata,
y este viejo de alpargatas
le da su abrazo sincero,
su brillo de sol de enero
jamás se podrá opacar,
su nombre habrá de flamear
cual bandera victoriosa,
por esta, su patria hermosa,
que en amor lo ha de
acunar.-
Su llanto de aquella noche
lleno de amarga tristeza,
le digo con gran franqueza
fue de usted, sincero
broche,
en usted hubo derroche
de patriota voluntad,
a veces en soledad
y a veces acorralado,
supo dejar bien sentado
todo su honor y lealtad.-
Por eso gurí le pido
que sofrene su alazán,
las cartas echadas están
y usted aún no ha perdido,
piénselo y eche al olvido
lo que expresara en
caliente,
aprete fuerte los dientes
levante su frente honrada,
y en la próxima patriada
su triunfo estará latente.-
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