jueves, 23 de febrero de 2023

La falsificación de blasones nobiliarios en el Perú. Grl Soberana Ca de Loyola

 

HEREDEROS FAMILIA ROQUÉ GÜMES´



El Perú, junto a México, posee uno de los patrimonios heráldicos indígenas más ricos de todo el continente americano, sin embargo muchos de estos ejemplares no son de procedencia licita, sino que son falsificaciones realizadas en los siglos XVI, XVII y XVIII.

¿Qué es un blasón nobiliario?

Los blasones fueron en el periodo virreinal uno de los principales símbolos de poder, una clara señal de la pertenecía del poseedor a un estatus socio-económico alto. Y eran importantes porque podían ser entendidos por cualquier persona, ya sea letrada o iletrada, sea indio, negro, mestizo o español, como un símbolo de poder, y por aquel motivo solían ser colocados y grabados en lugares bien visibles, como los dinteles de las puertas, lapidas, adornos, sellos y hasta se bordaban en la ropa.

¿Por qué se otorgaban?

La concesión de un blasón nobiliario era un atributo exclusivo de un soberano. Se otorgaba por:

1.- Algún servicio meritorio en favor de la Corona.

2.- Reconocimiento a un súbdito por haberse desempeñado extraordinariamente en algún ámbito favorable al reino.

3.- Reconocimiento al linaje señorial (descendiente de señores, reyes o emperadores) de un vasallo o súbdito que sea afín a la Corona.

¿Hubo falsificaciones en el Perú?

En el Perú del siglo XVI se registra un aproximado de 15 blasones nobiliarios otorgados a indígenas, siendo la mayoría otorgados como “reconocimiento al linaje señorial”.

Sin embargo para el siglo XVIII el número de blasones llegaba a un aproximado de 300-400, siendo la gran mayoría de ellos de origen ilícito, es decir que eran falsificaciones o copias modificadas elaboradas en el Cuzco y Lima por pedido de ciertos personajes que deseaban ascender socialmente.

“las armas expresaban una condición nobiliaria inequívoca. De muchas maneras, tal ambición probaba que el escudo era demasiado, porque existía la necesidad social de poseerlo. Reportaba una utilidad para el poseedor. Elevaba su estatus dentro de la sociedad”. (Jaramillo, 2021).

“las falsificaciones testimonian el aprecio por los escudos, tras los cuales subyacía fervientemente la pretensión de simular nobleza. También se ha concluido como la reelaboración de reales cedulas, transmisiones orales y documentos pictográficos, se realizó con el propósito de engrandecer una figura […] al que se le hacía poseedor de un gran imperio que seguramente nunca tuvo. El objetivo debió ser la obtención de ciertas prerrogativas reales”. (Jaramillo, 2021).

Referencias:

.- Perú indígena y virreinal, López Guzmán (2004).

.- Nobleza Precolombina, Jaramillo (2021).



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