viernes, 10 de septiembre de 2010

Google anima al reto de "tocar a Jesucristo, ver a Jesucristo y hablar con Él"


El pasado 2 de septiembre Matt Cutts, uno de los más altos directivos de Google, escribía en su twitter (aquí puedes leerlo):  I've decided my next 30 day challenge: 15 minutes a day of quiet meditation. Que viene a decir: "He decidido mi reto para los próximos 30 días: 15 minutos al día de tranquila meditación". Sus más de 70.000 seguidores en Twitter leyeron este mensaje.
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Me faltó tiempo para escribirle good idea: me too!!: buena idea: me apunto!! Los cristianos tenemos la suerte de que Benedicto XVI nos facilita este challenge: el Papa ha escrito un mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011.  El resumen que me hago del mensaje sería "aprended a tocar a Jesucristo, ver a Jesucristo y hablar con Él".
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Aquí te copio un extracto del mensaje, que me ha parecido muy gráfico y puede servir para tu quiet meditation. Puedes leerlo completo en aquí (en la web del Vaticano):
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También nosotros quisiéramos poder ver a Jesús, poder hablar con Él, sentir más intensamente aún su presencia. A muchos se les hace hoy difícil el acceso a Jesús. (...) Por ello, a lo largo de mis años de estudio y meditación, fui madurando la idea de transmitir en un libro algo de mi encuentro personal con Jesús, para ayudar de alguna forma a ver, escuchar y tocar al Señor, en quien Dios nos ha salido al encuentro para darse a conocer. De hecho, Jesús mismo, apareciéndose nuevamente a los discípulos después de ocho días, dice a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente» (Jn 20, 27). También para nosotros es posible tener un contacto sensible con Jesús, meter, por así decir, la mano en las señales de su Pasión, las señales de su amor. En los Sacramentos, Él se nos acerca en modo particular, se nos entrega. Queridos jóvenes, aprended a “ver”, a “encontrar” a Jesús en la Eucaristía, donde está presente y cercano hasta entregarse como alimento para nuestro camino; en el Sacramento de la Penitencia, donde el Señor manifiesta su misericordia ofreciéndonos siempre su perdón. Reconoced y servid a Jesús también en los pobres y enfermos, en los hermanos que están en dificultad y necesitan ayuda.
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Entablad y cultivad un diálogo personal con Jesucristo, en la fe. Conocedle mediante la lectura de los Evangelios y del Catecismo de la Iglesia Católica; hablad con Él en la oración, confiad en Él. Nunca os traicionará.(...) Así podréis adquirir una fe madura, sólida, que no se funda únicamente en un sentimiento religioso o en un vago recuerdo del catecismo de vuestra infancia. Podréis conocer a Dios y vivir auténticamente de Él, como el apóstol Tomás, cuando profesó abiertamente su fe en Jesús: «¡Señor mío y Dios mío!».
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