Don
Pelayo es conocido en la historia de España como el fundador de la monarquía en
Asturias. Rey asturiano con el que se inicia, a su vez, la Reconquista
Cristiana.
Investigando
sus posibles orígenes se deduce, que antes de tomar el rol de liderazgo de la
Reconquista, fue un jefe local de Cangas de Onís. La monarquía en Asturias nace
por una unión de poderes locales que se necesitaban entre si para combatir al
Islam. En este contexto se sitúa el héroe Don Pelayo, una etapa de la historia
llena de imprescisiones y leyendas. El lugar donde se consolidó la leyenda de
este caudillo-rey es Asturias, baluarte de la resistencia contra la invasión
árabe.
Unos de
los motivos principales por los que los jefes locales del norte se rebelaron
contra el Islam fue que rechazaban los impuestos que les querían imponer los
árabes y Don Pelayo aprovecharía esa resistencia al poder emergente desde
Córdoba para formar su propio reino.
ORIGEN:
Es un tema
controvertido, ya que se le atribuyen procedencias de lo más variadas. La
Crónica Albeldense le describe como noble godo. Alfonso III, en su testamento
del año 869, vincula a Pelayo con el área central de Asturias, aunque sin
precisar su lugar de origen.
Estudios
arqueológicos sugieren que antes de ser primer monarca astur podría habría sido
cabecilla de un clan local. Su posible origen astur está sustentado por las
crónicas Albeldense y Rotense de la etapa final del Reino de Asturias (siglo
IX), sin embargo otros atribuyen un origen godo a Pelayo, este dato ha sido
cuestionado ya que los astures, se habían rebelado contra el rey Wamba, y
resulta extraño que aceptasen como rey a un aristócrata enemigo.
Es de
señalar que las regiones más romanizadas, como la Bética y la Tarraconense, no
opusieron una seria resistencia al colapso del reino visigótico, y la
aristocracia visigótica, en su mayoría, tales como los condes Teodomiro o
Casio, aceptó el dominio omeya a cambio de prebendas.
La viuda
de Rodrigo, ya que se le dio por muerto después de la batalla de Guadalete,
Egilona, se casó con Abd al-Aziz, primer valí de Al-Ándalus.
Las
crónicas asturianas antiguas no contienen la genealogía de Pelayo. Se sabe que
era hijo del duque Faffila o Favila, de ascendencia goda. Los primeros
documentos que trazan el árbol genealógico de Pelayo lo harían descendiente de
Chindasvinto. En la " Estoria General de España", cuyo autor es el
rey Alfonso X el Sabio, lo sitúan como precursor y descendiente de la monarquía
visigótica, aunque dicho Historia a fuese escrita cinco siglos posteriores a
los hechos.
La
ideología neogoticista que impregnó los reinados de los reyes de Asturias,
Alfonso II y Alfonso III, pretendía entroncar los orígenes del reino de
Asturias con el Reino visigótico, para legitimar las aspiraciones imperiales de
los reyes de León y de Castilla.
El origen
antropónimo de Pelayo no es germánico, sino que deriva del griego, lo que
apuntaría a un origen hispano-romano. Dicho nombre de pila era usado
frecuentemente en noroeste de España. De forma general, las crónicas cristianas
como las islámicas lo presentan como un personaje vinculado a Asturias y que
poseía tierras en la región. El testamento del rey Alfonso III, menciona que
Pelayo tenía tierras en Tiñana (Siero), no muy lejos de Lucus Asturum, una de
las ciudades más importantes de la Asturias prerromana y romana.
La
Crónica Rotense señala que, tras su huida de Córdoba, Pelayo se refugió en Bres
(Piloña) en pleno corazón del territorio de los luggones argandenos y cerca de
su capital, Paelontium (Belonciu).
Tanto Al
Maqqari, como Ibn Jaldún, en el siglo XVI, atribuían orígenes asturianos a
Pelayo, y el primero, al describir los sucesos de Covadonga, les califican como
"asno salvaje", una denominación poco apropiada para un miembro de la
aristocracia goda y se deduce que es un caudillo rural, alejado de los centros
de cultura romano-visigóticos. Esto pudo ser simplemente, un hecho de
propaganda contra Don Pelayo en el bando musulman a lo largo de la Reconquista;
siendo esta la versión oficial de los cronistas árabes.
Los
relatos de otros cronistas musulmanes como Iban Al-Akir, describe a “Muza”
ataca robando, destruyendo iglesias, campanas, o Al-Nuwairi hacen referencia a
la roca de Pelayo, conquistada por Muza en su campaña de 712–714, y que pudo
ser el cerro de Santa Catalina, donde se asentaba la ciudad de Gijón.
El hecho
de que el topónimo portase el nombre de Pelayo, sugiere que era por aquel
entonces el gobernante local de la villa, aunque el texto fue escrito siglos
más tarde y puede tratarse de adaptación literaria. En tal caso, la leyenda
sobre el matrimonio de Munuza con su hermana Adosinda, de ser cierto, habría
tenido como objetivo reforzar el pacto entre la aristocracia astur y los nuevos
gobernantes árabe-bereberes.
OTRO DE LOS
POSIBLES ORÍGENES DE DON PELAYO:
Parece de
consenso general que era hijo del duque godo Favila, durante el reinado de
Witiza se enemistó con el rey por motivos desconocidos y se autoexilió en
Asturias, el territorio menos controlado por los godos, tomado contacto con los
clanes astures.
Se dice
que incluso peregrinó a Tierra Santa y regresa en época en que Don Rodrigo se
coronó monarca tras derrotar a los hijos y partidarios de Witiza.
Don
Rodrigo le nombra espatario, o sea de su guardia personal. Estuvo junto al rey
en la batalla de Guadalete. Tras la derrota del 711, don Pelayo pudo escapar
con un grupo hacía Toledo, capital del reino visigótico. En el 712 Toledo se
rinde sin oponer resistencia y Don Pelayo abandonó la capital con sus hombres
escoltando a Urbano, arzobispo de Toledo, quien custodiaba las sagradas
reliquias cristianas. Está parte, parece cobrar bastante credibilidad, se puede
asegurar que escaparon hacia el norte con un gran cantidad de reliquias y el
tesoro Real o al menos una buena parte de éste.
Se
establece en la cornisa cantábrica e intenta atraer a su causa a los bravos
astures y cántabros que vivían en clanes dispersos por las montañas, con un
gran sentido de la independencia, ampliamente demostrada históricamente frente
a los romanos.
En el año
714, Muza llega hasta León, Astorga y Lugo, dejando una pequeña guarnición en
Gijón a las órdenes de Munuza. Munuza y Don Pelayo establecen contacto, de ahí
que la hermana de Don Pelayo se casase con Munuza.
SURGIMIENTO
DE LA MONARQUÍA ASTURIANA:
Don Pelayo
se encuentra en el 718 en Córdoba, es imprecisa su situación con respecto a los
árabes. A su regreso al Norte, este mismo año, en Cangas de Onís se reúne con
los clanes montañeses y es coronado rey.
Don Pelayo,
siendo coronado rey, buscaba unificar el mando y establecer una monarquía
hereditaria, evitando así los problemas sucesorios visigóticos, cuya monarquía
era electiva.
Preparaba
la rebelión. En el año 722, tras una escaramuza, Munuza solicita apoyo a sus
superiores y una columna numerosa, al mando de Alqama llega desde el Sur.
LA MÍTICA
BATALLA DE COVANDONGA:
Alqama, que
había acudido en auxilio de Munuza, se hizo acompañar del obispo Oppas, tío de
Agila y hermano de Wiitza. El traidor había sido llevado para negociar con los
rebeldes. Don Pelayo, sabedor del terreno, atrajo a los musulmanes hacia un
enclave favorable, refugiándose en el monte Auseva, en los Picos de Europa.
Alqama
envió a negociar a Oppas con Don Pelayo y éste le reprochó su traición. Oppas
le informó a Alqama que no había alternativa alguna a la lucha. Alqama espetó
"aplastaremos a esos 300 asnos salvajes", le fue la vida en ello.....
Comenzó
la primera gran gesta de la reconquista: Don Pelayo había ordenado sus “300”
hombres alrededor de la Cova Dominica, futura Covadonga, con un pequeño grupo
parapetado dentro de la cueva. Los musulmanes intentaron llegar a la cueva por
el desfiladero, siendo recibidos por un aluvión de piedras y flechas desde las
montañas dominadas por los astures. Los astures causaron grandes bajas en la
vanguardia musulmana, después salieron y atacaron a los musulmanes en su
retirada. Parece ser que Dios también favoreció la causa de Don Pelayo y un
desprendimiento de rocas sepultó a gran parte del ejército, muriendo Alqama.
La
leyenda, como es de esperar, habla de la intervención divina en la victoria,
por lo que Covadonga fue consagrada como lugar de culto y peregrinación para la
cristiandad.
Munuza,
enterado de la derrota, abandonó Gijó dirigiéndose con sus tropas a León.
Don
Pelayo se consolidó como como rey y tras su muerte, en 737, heredó el trono
astur su hijo Favila, el que se dice murió al ser atacado por un oso durante
una cacería.
La
leyenda de Covadonga, según la versión cristiana, nos habla de una victoria
milagrosa. Sin embargo, la versión musulmana, como es de suponer, la refiere
como una pequeña escaramuza. Debió ser una victoria significativa y la
resistencia de Don Pelayo importante. No se concibe que Oppas fuera requerido
para negociar con el rebelde de no ser así, ni se habrían enviado refuerzos
desde Córdoba si la situación no fuese alarmante para los invasores.
CONCLUSIONES:
Don Pelayo
trasciende lo histórico, situándose en lo mítico y es el inicio del camino de
regreso a casa, de la vuelta de Hispania a sus legítimos herederos, lo cual
sería consumado definitivamente por los Reyes Católicos....
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