Poema y Edición: Carmen Aguirre
SONETO
Media tarde, el sol se oscureciera...
rajando el aire, como puñal de hielo,
un toque de campana llama a duelo
porque Cristo expiraba en primavera.
Se hizo su voluntad, -ya se cumpliera-
la tierra estremeció, rasgose el velo,
y a los pies de la Cruz y sin consuelo
quedó una Madre en soledad postrera.
Mana un silencio adolorido y fuerte,
la vida, aunque parece, no ha acabado
y sin embargo el Hijo yace inerte.
La redención nos vino de tal suerte...
haciéndose la luz, borró el pecado
la gracia vencedora de su muerte.
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