Mientras los argentinos nos debatimos por nuestras diferencias ideológicas, el mundo sigue avanzando en uno de los momentos luminares del desarrollo de nuestra civilización. La Cibernética, es una corriente de acción y saber que invade, apoyada en el conocimiento, cada vez mas actividades de los humanos. En los últimos tiempos, ha aflorado un problema que se ha convertido en crisis, debido, no tan solo a sus efectos, sino a la aparente imposibilidad de lograr su ajuste y dirección. La inundación en la Web de mensajes, comunicaciones, enlaces, etc. han desbordado la imaginación y destruido ideas de regulación y control básicas hasta ayer, que requieren seguramente una reformulación.
El debate del presente es si las comunicaciones, en los mas diversos tipos y soportes, deben ser controladas por una cuestión de seguridad o, tienen que ser libres, por el derecho a la privacidad. La realidad es que el escenario, de pronto, ha adquirido un "trasparencia" que pone sobre el mismo y al alcance de cualquiera, no tan solo acciones publicas, sino aquello que aparecía en lo absolutamente individual e intimo. Se debe saber que, todo aquello que se "digitaliza", desde su concepción analógica, en forma voluntaria, circunstancial o como consecuencia, puede ingresar a "la nube" (WEB) y, una ve que se instala, se reenvía, difunde, realimenta y, consecuentemente, esta al alcance de todos sin restricción posible. También se sabe que, en forma directa y especifica, los mensajes escapan de los controles, lo que les da una nueva dimensión y abren a cada persona un panorama sobre el cual puede transitar, utilizar e incorporar. Los artefactos, que cada vez tiene menor dimensión física, abren "al mundo el mundo", en un proceso de creatividad ,que parece ser ciencia-ficción, pero, es realidad concreta tangible, claro esta que en forma virtual.
La cuestión es, si este ingreso al conocimiento cibernético, es una acción de espionaje orientado o una resultante natural del escenario que brinda la evolución actual. Todos sabemos que la información se puede convertir en acción y que, cuanto mas informado se este, se encuentra en mayor capacidad para actuar. La cuestión, ya no tan solo aparece en aquellos niveles críticos, como son las cuestiones de estado, sino en la simple y sencilla competencia de las mas variadas organizaciones y, como resultado lógico, como siempre ha pasado, aparece la delincuencia, que hace uso criminal y/o ilegal, de estas nuevas capacidades. La pregunta es si los organismos oficiales tienen o no que participar en la materia y hasta donde tienen que llegar para que su accionar sea de "seguridad" y no de violación de la "privacidad". Bajo las actuales circunstancias, parecería, que el desborde es de tal magnitud, que se debe buscar la manera de "sobrevivir" en el mismo, para ser parte natural ,dado que el intento de controlarlo es solo una aspiración de algo irrealizable. Vemos que los poderes individuales (topos) desafían con éxito a los esfuerzos generales, en una especie de nueva "asimetría" cuyos alcances crecen en la medida que aquellos "escapan" y "eluden" superando barreras, controles, etc., cuyos efectos de detención desaparecen.
La realidad es que aquello que es captado por la WEB deja de ser posible ser controlado y, por lo tanto, es de dominio general, con lo que pierde su privacidad. La única manera de evitar esta invasión, lógicamente, por el momento, es mantenerse en los soporte analógicos y no acceder a las ventajas de lo digital. El tema, por el momento, no tiene solución practica, por lo que lo racional e inteligente, es conocerlo, ser prudente y no correr riesgos, de manera tal que si se avanza,se sepa el porque y el para que, con clara conciencia que se esta ingresando, en realidad, en el futuro.
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