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El nuevo desafío para Fe y
Alegría y su proyecto de educación inclusiva es la misión en las fronteras
donde todavía prevalece la pobreza excluyente y las culturas marginadas,
aseveró el superior general de la
Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás, en la inauguración del 43
Congreso de Fe y Alegría que se desarrolla en Cochabamba.
El jesuita añadió que las
fronteras son los lugares de mayor necesidad y, por lo tanto, urge una
planificación apostólica.
Puntualizó que las “fronteras
sociales” son visibles a través de la pobreza y que las “fronteras
generacionales” obligan a definir estrategias de “cómo educar en el siglo XXI”
porque el modo de relacionarse con los jóvenes ha cambiado.
Fe y Alegría trabaja con
espíritu de frontera, con una educación inclusiva y de promoción social con
proyectos de interculturalidad, con grupos de movilidad humana (migración) y
con jóvenes en situación de riesgo.
Según Nicolás, la educación
inclusiva “es la puerta de entrada a la formación humana, necesaria hoy en día
que vivimos en una pluralidad y diversidad mucho más explícita y dramática.
“Necesitamos estar abiertos a
la diferencia individual como colectiva, a la diversidad de culturas y
religiones para que todos y todas se sientan acogidos con dignidad”, precisó.
La autoridad mencionó la
necesidad de estar presentes en México, por ejemplo, y destacó la presencia de
Fe y Alegría en África (Chad), España e Italia. También calificó de
extraordinario el servicio realizado por Fe y Alegría como una posibilidad
nueva para los escolares.
Con tono familiar y grato
sentido del humor Adolfo Nicolás se dirigió a los representantes de 19 países
donde está presente Fe y Alegría, y en los que se desarrollan experiencias
exitosas de educación inclusiva como por ejemplo con niños en situación de
riesgo, con grupos de indígenas originarios, niños y niñas con discapacidad y
sectores sociales excluidos por su pobreza.
SERVICIO Fe y Alegría es
-según el sacerdote jesuita- la mejor iniciativa como servicio educativo en las
comunidades donde trabaja y “sin crear dependencia”.
El máximo representante de
los jesuitas destacó la obra de Fe y Alegría vinculada a la Compañía de Jesús y
destacó que ha llegado a tener características de Red Internacional con la
colaboración de otras congregaciones religiosas y miles de personas laicas.
Fe y Alegría es una
institución pionera en el trabajo en red apostólica y gracias a ello tiene un
enorme potencial educativo.
Esta institución ofrece una
gran variedad de programas federativos de alta calidad que ayudan a mejorar y
diversificar la oferta educativa en todas las unidades de Fe y Alegría.
Nicolás mencionó como
problemáticas actuales la ecología, la migración y los complejos tejidos de
redes a través de la cuales se relacionan las personas, esto revoluciona el
acceso a la educación.
Al servicio de los pobres
El jesuita Adolfo Nicolás fue
elegido como el trigésimo Prepósito General de la Compañía de Jesús el 19
de enero de 2008.
Su servicio a los pobres y
oprimidos fue parte de su primera homilía como Superior General.
El 15 de septiembre de 1953
comenzó su vida religiosa entrando como novicio en Aranjuez (España).
Posteriormente terminó los estudios de Filosofía en Alcalá de Henares. Se
trasladó a Tokio en 1961, donde terminó Teología y fue ordenado sacerdote el 17
de marzo de 1967 con 30 años de edad. Entre 1968 y 1971 estudió Teología
Sistemática y obtuvo el doctorado en Teología en Roma, en la Pontificia Universidad
Gregoriana. En 1971 vuelve a Asia, donde estuvo cuarenta y cuatro años.
EN BOLIVIA A finales del
siglo XVII comenzó la creación de las misiones jesuitas en Bolivia,
esencialmente en las regiones de Chiquitos, al norte de Santa Cruz de la Sierra, y en Moxos, ubicado
en el departamento del Beni.