martes, 18 de diciembre de 2012

[familiaignaciana] del provincial de Paraguay




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Por P. Marcos Aleman sj


“Nuestra Madre va a sonreír”

Al inicio de su predicación, el P. Alberto Luna Pastore, Provincial de la Compañía de Jesús en Paraguay, calificó a la Virgen de Caacupé como defensora de los pobres, ya que justamente la historia se inició con aquel hecho del pedido de auxilio que realizara el indígena José, un tallador de madera, quién al sentirse perseguido por otros indígenas, se escondió detrás de un árbol y comenzó a rezar para pedir protección. Sus enemigos pasaron de largo sin percatarse de su presencia. Como gratitud, esculpió dos imágenes de la Virgen. El P. Luna, se inspiró en esta simple historia, para explicar que la Virgen de Caacupé, desde su origen, aparece como una protectora del indígena y del pobre.

La pobreza 

En otro momento, el P. Luna manifestó que actualmente se habla mucho del tema de la inseguridad, el robo y el asesinato, sin considerar que los mismos están relacionados con la situación de pobreza en que está sumido el país. “La raíz de la violencia está en la pobreza, el abandono, la falta de vivienda, escuela, la enfermedad, la falta de comida, la vestimenta. No habrá paz si no nos levantamos contra la pobreza”.

Qué pasó en Curuguaty?

Siguiendo con la lista de situaciones problemáticas, habló también del tema Curuguaty. “A la Virgen se le habrá caído también el corazón por el suelo, por lo que pasó en Curuguaty en junio de este año. Una tierra del Estado paraguayo que alguien se apropió. Aquí hermanos paraguayos se enfrentaron. Hasta ahora no se aclaró qué pasó allí. No se sabe si es que campesinos mataron a policías o, policías mataron a campesinos. O, si aparecieron francotiradores con armas pesadas. Esta situación descompone y separa a las familias paraguayas.

Políticos se pusieron de acuerdo para echar al gobierno legítimo

Para el P. Luna, el juicio político fue producto de un acuerdo entre los partidos políticos para destituir a un gobierno legítimo y así colocar a otro pero sin legitimidad social. “Luego, vino el juicio político que nos dividió más todavía. Dirigente y partidos políticos e pusieron de acuerdo para echar al gobierno legítimo y poner a otro que el pueblo no eligió. Nosotros lo católicos nos encontramos divididos ante el juicio político. Se descompuso la democracia”

El papel del cristiano en la coyuntura actual

El sacerdote instó a los cristianos a buscar la verdad y no adherirse a un sistema que carece de legitimidad, como es el gobierno de Franco. “Los católicos estamos llamados al compromiso con nuestro pueblo, en la búsqueda de la verdad. No debemos temer a la verdad. Más allá de las alianzas o vínculos con grupos o sectores políticos, económicos, debemos buscar la justicia, el diálogo maduro y honesto. Más allá de las posturas personales, la Iglesia debe buscar la verdad y la justicia. Si el cristiano va a tomar partido, lo debe hacer por el pobre. La política es una herramienta que necesitamos y además se debe usarla bien. La democracia es buena y tenemos que promocionar en nuestro país. La soberanía es del pueblo , no del gobierno”, afirmó.

Construir la patria nueva

El P. Luna también denunció la situación de los paraguayos y paraguayas que salen a buscar trabajo en otros países y que son como extranjeros en su propia tierra. Además, criticó el abuso que se hace con el medio ambiente a través de la deforestación, el envenenamiento de la tierra. “La tierra sufre y está con fiebre. Miremos dónde estamos viviendo y no hagamos enojar a los espíritus de la naturaleza, del agua, del bosque”.

El sacerdote hizo un llamado a los cristianos para construir una patria nueva. “Dejemos las cosas feas atrás. Nos acercamos a ese futuro donde el Estado va a servir al pobre, al indígena, y donde la gente no va a necesitar salir de su “valle” para ir a otro lugar.

Fue muy aplaudido

A diferencia de lo que fue la monótona homilía del Mons. Giménez, sin conexión con la realidad, el P. Luna, recibió varias veces el aplauso del público por su acertada predicación. Los feligreses se sintieron identificados en el discurso del sacerdote. Esto indica que existe una corriente fuerte dentro del mismo catolicismo que está buscando un tipo diferente de predicación, más cercana a lo cotidiano, a los problemas que aquejan a la población y una voz crítica ante el gobierno actual.

En sentido de anuncio, el P. Luna manifestó al final de su homilía, que va a llegar el momento en que “ni opresores ni siervos alientan donde reina unión e igualdad”. Cuando suceda esto “nuestra madre va a sonreir”, sostuvo.

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