“Nuestra Madre va a sonreír”
Al inicio
de su predicación, el P. Alberto Luna Pastore, Provincial de la Compañía de Jesús en Paraguay, calificó a la Virgen de Caacupé como defensora de los pobres,
ya que justamente la historia se inició con aquel hecho del pedido de auxilio
que realizara el indígena José, un tallador de madera, quién al sentirse perseguido
por otros indígenas, se escondió detrás de un árbol y comenzó a rezar para
pedir protección. Sus enemigos pasaron de largo sin percatarse de su presencia.
Como gratitud, esculpió dos imágenes de la Virgen. El P. Luna, se
inspiró en esta simple historia, para explicar que la Virgen de Caacupé, desde su
origen, aparece como una protectora del indígena y del pobre.
La pobreza
En otro momento, el P. Luna manifestó que actualmente se habla mucho del tema
de la inseguridad, el robo y el asesinato, sin considerar que los mismos están
relacionados con la situación de pobreza en que está sumido el país. “La raíz
de la violencia está en la pobreza, el abandono, la falta de vivienda, escuela,
la enfermedad, la falta de comida, la vestimenta. No habrá paz
si no nos levantamos contra la pobreza”.
Qué pasó en Curuguaty?
Siguiendo con la lista de situaciones problemáticas, habló también del tema
Curuguaty. “A la Virgen
se le habrá caído también el corazón por el suelo, por lo que pasó en Curuguaty
en junio de este año. Una tierra del Estado paraguayo que alguien se apropió.
Aquí hermanos paraguayos se enfrentaron. Hasta ahora no se aclaró qué pasó
allí. No se sabe si es que campesinos mataron a policías o, policías mataron a
campesinos. O, si aparecieron francotiradores con armas pesadas. Esta situación
descompone y separa a las familias paraguayas.
Políticos se pusieron de acuerdo para echar al gobierno legítimo
Para el P. Luna, el juicio político fue producto de un acuerdo entre los
partidos políticos para destituir a un gobierno legítimo y así colocar a otro
pero sin legitimidad social. “Luego, vino el juicio político que nos dividió más
todavía. Dirigente y partidos políticos e pusieron de acuerdo para echar al
gobierno legítimo y poner a otro que el pueblo no eligió. Nosotros lo católicos
nos encontramos divididos ante el juicio político. Se descompuso la democracia”
El papel del cristiano en la coyuntura actual
El sacerdote instó a los cristianos a buscar la verdad y no adherirse a un
sistema que carece de legitimidad, como es el gobierno de Franco. “Los
católicos estamos llamados al compromiso con nuestro pueblo, en la búsqueda de
la verdad. No debemos temer a la verdad. Más allá de las alianzas o vínculos
con grupos o sectores políticos, económicos, debemos buscar la justicia, el
diálogo maduro y honesto. Más allá de las posturas personales, la Iglesia debe buscar la
verdad y la justicia. Si el cristiano va a tomar partido, lo debe hacer por el
pobre. La política es una herramienta que necesitamos y además se debe usarla
bien. La democracia es buena y tenemos que promocionar en nuestro país. La
soberanía es del pueblo , no del gobierno”, afirmó.
Construir la patria nueva
El P. Luna también denunció la situación de los paraguayos y paraguayas que
salen a buscar trabajo en otros países y que son como extranjeros en su propia
tierra. Además, criticó el abuso que se hace con el medio ambiente a través de
la deforestación, el envenenamiento de la tierra. “La tierra
sufre y está con fiebre. Miremos dónde estamos viviendo y no hagamos enojar a
los espíritus de la naturaleza, del agua, del bosque”.
El sacerdote hizo un llamado a los cristianos para construir una patria nueva. “Dejemos las
cosas feas atrás. Nos acercamos a ese futuro donde el Estado va a servir al
pobre, al indígena, y donde la gente no va a necesitar salir de su “valle” para
ir a otro lugar.
Fue muy aplaudido
A diferencia de lo que fue la monótona homilía del Mons. Giménez, sin conexión
con la realidad, el P. Luna, recibió varias veces el aplauso del público por su
acertada predicación. Los feligreses se sintieron identificados en el discurso
del sacerdote. Esto indica que existe una corriente fuerte dentro del mismo
catolicismo que está buscando un tipo diferente de predicación, más cercana a
lo cotidiano, a los problemas que aquejan a la población y una voz crítica ante
el gobierno actual.
En sentido de anuncio, el P. Luna manifestó al final
de su homilía, que va a llegar el momento en que “ni opresores ni siervos
alientan donde reina unión e igualdad”. Cuando suceda esto “nuestra madre va a
sonreir”, sostuvo.
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