miércoles, 23 de enero de 2013

Reflexiones para el Alma. El mal de ignorar las necesidades de los demás

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Señor de Lascano
Marques de Valmediano

Duque de Canbria
Buenos días Orden de de Loyola

En la historia del Evangelio de hoy, Jesús entra en una sinagoga que está llena de hombres que anticipan una discusión avivada de las escrituras del día. Uno de ellos, un hombre con una mano paralizada, ve a Jesús y se da cuenta de que él es el sanador del que todos han estado hablando. Pero hoy es sábado, y según las reglas, nadie puede hacer ningún tipo de trabajo. El no se atreve a pedirle a Jesús una curación - especialmente delante de los Fariseos legalistas.
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¿Te detienes a veces de pedir algo que es bueno y correcto, porque piensas que no debes?

Jesús se dio cuenta del hombre que necesitaba una curación. Él también había notado que los Fariseos esperaban prácticamente tener una oportunidad para acusarlo. Quizás si ellos no estuvieran armando un escándalo, él quizás hubiera esperado hasta después buscando un momento más privado para curar al pobre hombre que se estaba sentado nerviosamente pero calladamente entre la multitud.

¿Has sentido alguna vez la actitud condescendiente de alguien quién te mira para criticarte? ¿Deseaste que un partidario viniera a tú ayuda y te defendería?

Jesús se da cuenta de que esta es una buena oportunidad para una enseñanza. Los Fariseos no están abiertos a aprender, pero hay mucho otros aquí que si lo están. Jesús enfrenta una decisión: Él puede permitir que los Fariseos enseñen por su actitud que es correcto ignorar las necesidades de las personas que están sufriendo, o él puede enseñar por sus acciones que la ley moral es superior a la ley religiosa, y que preocuparse por alguien es moralmente justo y que ignorar una necesidad es moralmente equivocado.
  
¿Alguna vez presenciaste una actitud que fue dañosa y deseaste que pudieras tener el valor de denunciarla?  

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Ad Majorem Dei Gloriam

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