viernes, 10 de octubre de 2014

Barack Obama nos dice que se subestimo al ISIS.



ORDEN DE LOS CABALLEROS DE 
SU SANTIDAD EL PAPA 
"SAN IGNACIO DE LOYOLA" 

ACTUALIDAD INTERNACIONAL


Fundación Iberoamerica Europa, Centro de Investigación, Promoción y Cooperación Internacional (CIPIE). Diario Exterior, Madrid

Mientras el presidente Barack Obama nos ha dicho que los servicios de inteligencia de su país subestimaron la fuerza del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), el ministro saudita de Interior, el príncipe Muhammad Ben Al-Naif, dijo: "Sabemos que el ISIS no se formó al azar, sino que fue patrocinado por estados y organizaciones que aportaron grandes recursos y malas intenciones en apoyo al ISIS.
Ante estas declaraciones cruzadas, el lector puede pensar con toda razón y justicia: ¿Cómo se entiende esto?
Según ha declarado el presidente Obama: "su jefe de la comunidad de inteligencia, el señor Jim Clapper, ha reconocido que se subestimo lo que estuvo ocurriendo en Siria", Obama también dijo “que su país había sobre-estimado las capacidades del ejército iraquí”. No le dé más vuelta al asunto! Escuchar tales declaraciones es, en ambos casos, un desastre por donde se lo mire.

¿La comunidad de inteligencia estadounidense subestimo la amenaza del ISIS, o fue Obama quien, huyendo, trato de evitar involucrarse hace ya más de 2 años en la crisis de Siria?

Los hechos indican que a lo largo de la revolución siria, el gobierno estadounidense no pudo o no supo advertir -en repetidas ocasiones- la gravedad de la crisis y, cómo ella se fue radicalizando para llegar al marasco de guerra civil regional antes de destruir todo el estado sirio. Muchos líderes políticos regionales y un puñado de colegas reiteramos hasta el cansancio esa advertencia en público y/o en privado, nadie oyó. Sin embargo, ahora, es el propio Obama quien admitió esto cuando dijo que desde el inicio de la revolución siria ha estado leyendo no solo informes de su inteligencia, sino varios análisis políticos de expertos y que recibió llamadas telefónicas de funcionarios extranjeros exigiéndole intervenir. Sin embargo, el presidente norteamericano solía decir que no veía soluciones claras allí.

A pesar de todas las advertencias sobre la gravedad y profundización de la crisis Siria, Obama siempre reiteró que los rebeldes sirios no son más que un grupo de campesinos, negándose a apoyar a los EE.UU. e hizo caso omiso de las atrocidades que se sucedían entre ambos bandos.
 Para Obama, los sirios habían escogido apoyar a Bashar Al-Assad aceptando la ayuda iraní del Hezbollah libanes para combatir la presencia de los extremistas suníes en Siria.

En noviembre del año pasado, el New York Times publicó un maravilloso análisis de la percepción del gobierno de EE.UU sobre la crisis siria y cómo Obama creía que la controlaría acompañando, pero sin involucrarse. Leer ese informe es un agravio al sentido común para cualquier persona que desee ser aspirante al gobierno estadounidense. Ni mencionar que fuera el pensamiento de un presidente norteamericano en funciones.

En ese momento, el periódico reveló que Obama pareció poco entusiasta y desinteresado durante las reuniones de su gabinete de crisis para el tema sobre Siria. Mientras sus oficiales exponían acerca de la situación y su gravedad, Obama mascaba chicle y atendía mensajes en su teléfono móvil. El periódico también citó entonces -bajo anonimato- a tres oficiales de la seguridad de Obama que le indicaron la necesidad de intervenir, ya que la crisis siria involucraría a Irán en no más de un año (así sucedió y este es el escenario actual), y que los combates entre Hezbollah y al-Nusra en Siria eran peligrosos y negativos para Líbano e Irak, y por supuesto a los intereses de los EE.UU.

A pesar de todas las advertencias y la gravedad de la situación, Obama rechazo varias propuestas de la CIA durante y después de la gestión de David Petraeus para ayudar a los rebeldes sirios.

Por tanto, es difícil creer lo que el presidente está diciendo ahora -en dirección a que- “la inteligencia estadounidense subestimo la amenaza de la crisis siria y al propio ISIS”. También es difícil creer que las advertencias e informes de sus agencias de inteligencia no llegaron al presidente Obama.

Sin duda, el presidente estadounidense mintió una vez más en sus recientes declaraciones. Con su deseo de no intervenir en ayuda del pueblo sirio y al ordenar la retirada apresurada del ejército estadounidense de Irak, Obama dio la espalda a la región haciendo caso omiso de las amenazas que significaba  la crisis siria, como los grupos islamistas que han llevado a la región al descalabro actual envolviéndola en las llamas del peor incendio que se recuerde en el mundo árabe.

Todo el mundo se dio cuenta de la gravedad del problema sirio y que ISIS no se formó por azar, sino patrocinado por Estados y Organizaciones que aportaron todos los recursos necesarios y también las malas intenciones, como el ministro del Interior saudí dijo. Sin embargo, curiosamente, el único que insistió en negar e ignorar todo esto fue el señor Barack Hussein Obama.

Así, el presidente Obama no solo se ha expuesto como alguien que falto a la verdad, no solo es mentiroso, sino que por omisión, es uno de los mayores responsables de la destrucción y la muerte de miles de personas en estos últimos dos años en el Oriente Medio.


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