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Señor Presidente,
Tengo el honor de intervenir en nombre de los países integrantes del MERCOSUR y asociados, el Estado Plurinacional de Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela y de mi propio país, Argentina, para referirme en particular a un punto de la agenda que hoy nos congrega.
El envejecimiento de la población es un fenómeno que carece de precedentes y que se profundizará en el tiempo. Durante el siglo XX, la proporción de personas mayores aumentó y se espera que esta tendencia se mantenga en el siglo XXI. En el 2007, el 10,7% de la población mundial tenía sesenta años o más. En el 2025 se proyecta que el porcentaje de personas de edad alcance a 15,1% y en el 2050 a 21,7%.
Todos los países del mundo han experimentado cambios en la distribución por edades de sus poblaciones; si bien las diferencias regionales en cuanto a la magnitud del proceso de envejecimiento son considerables, habida cuenta de que los países se encuentran en distintas etapas de la transición demográfica. En el 2007, en América Latina y el Caribe, el 9.1% de la población tenía 60 años o más. Nuestra región está envejeciendo paulatina, pero inexorablemente.
En términos absolutos, entre los años 2000 y 2025, 57 millones de personas mayores de 60 años se sumarán a los 41 millones existentes, y entre 2025 y 2050 ese aumento será de 86 millones. De acuerdo a esta dinámica, la proporción de personas mayores de 60 años dentro de la población total se cuadruplicará entre el año 2000 y 2050.
Señor Presidente,
En el mundo en desarrollo, al igual que en los países de altos ingresos, a millones de personas mayores le son denegados sus Derechos. Ellos experimentan aislamiento, pobreza, discriminación, violencia y maltrato y tienen un acceso limitado a los Servicios Sociales y de Salud, la información y protección legal.
No existe un instrumento jurídicamente vinculante que estandarice y proteja los derechos de las personas mayores. Convencidos de que esta situación debe remediarse, las Jefas y Jefes de Estado del MERCOSUR, en la reciente XXXVI Reunión del Consejo del Mercado Común del mismo, se comprometieron a “promover en el marco de las Naciones Unidas la convocatoria a una Convención Internacional de los derechos de las personas de edad, con el objetivo de dotar a los mismos de un instrumento internacional jurídicamente vinculante, que estandarice sus derechos, y que establezca los mecanismos y el órgano para hacerlos exigibles, toda vez que se trata de un sector vulnerable de la población, que es objeto de practicas y tratamiento discriminatorio”.
Sr. Presidente
El Informe presentado por el Secretario General sobre el seguimiento del Plan de Acción de Madrid nos ofrece una excelente visión de una muestra altamente representativa de los miembros de Naciones Unidas, quienes en su abrumadora mayoría se han pronunciado positiva y constructivamente a favor de continuar fortaleciendo la promoción y protección del bienestar y los derechos humanos de las personas de edad, explorando nuevos caminos y nuevos mecanismos para garantizar su dignidad y sus derechos.
La segunda Conferencia regional sobre envejecimiento de América Latina y el Caribe lanzó en el año 2007 una Estrategia Regional para la implementación del Plan de Acción de Madrid con la Declaración de Brasilia, que inició entre otras medidas el proceso de consultas hacia la elaboración de una convención sobre los derechos humanos de las personas de edad. Ese proceso continúa con Reuniones de Seguimiento decisivas que tuvieron lugar en septiembre de 2008 en Río de Janeiro, en mayo de 2009 en Buenos Aires y, la más reciente, en octubre pasado, en Santiago de Chile. Esta última congregó a más de 250 personas de diversas regiones, entre representantes gubernamentales, organizaciones de personas mayores, organismos internacionales y agencias especializadas. Queda claro el dinámico proceso instalado en la región en la búsqueda de nuevos mecanismos que garanticen los derechos humanos de los adultos mayores.
Invitamos a los Estados miembros de Naciones Unidas que aún no se han pronunciado sobre esta cuestión a que profundicen sus procesos internos de diálogo participativo, análisis y reflexión, a fin de avanzar en este marco hacia la convocatoria a una Convención Internacional de los derechos de las personas de edad que ofrezcan a este sector tan valioso de nuestra sociedad las respuestas efectivas y urgentes que merecen.
Muchas gracias.
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