jueves, 13 de octubre de 2016

Misa llevada a cabo en la Basílica San Francisco del barrio porteño de Monserrat. Asociaciones de italianos residentes en el país, pidieron que su monumento sea repuesto al lugar de origen, contiguo a Casa Rosada.





Bandera de la Hispanidad en las Américas, 
adoptada como símbolo de las Américas 
por la séptima conferencia internacional 
Americana de Montevideo 
el 13 de diciembre de 1933.


El oficio comenzó con citas de la carta de San Pablo a los cristianos advirtiendo sobre "los excesos" de las pasiones mundanas, a las que contrapone el amor, alegría, paz, templanza y otras virtudes que son "el fruto del espíritu", frente a las que "la ley está de más", y en las palabras de Jesús a los fariseos, que en su apego a los impuestos y a los aplausos en las plazas "desatendían las cosas importantes". 

El padre Emilio Andrada apeló al evangelio de San Lucas e instó a revisar "lo que pensamos y actuamos", a veces para "parecer lo que no somos", y habló de "la hipocresía", que diferenció de "la mentira, que puede ser dicha al paso por miedo, para eludir una responsabilidad" u otras razones. 

La hipocresía "es la mentira organizada, sostenida en el tiempo", definió el sacerdote y señaló que "el que vive así no reconoce esta doble faceta de su ser", cuando "es más sano y saludable que nos digan la verdad y esforzarse uno en hacerlo", y para ello las personas tienen "criterio para saber en qué carril" están. 

Al final del sermón Andrada convocó a salir del "círculo vicioso y decadente" que lleva "al individualismo, la rivalidad y la discordia" en la sociedad y a "aspirar legítimamente" a los valores espirituales, alentando a las entidades italianas a "no bajar los brazos" en su reclamo y a "no claudicar", pero "sin perder el modo de ser" de los preceptos de Pablo a los cristianos. 

Esas entidades pidieron recientemente al gobierno porteño que el monumento al navegante genovés, que fue desmontado y desmembrado en 2013 por decisión del gobierno nacional y cuyas partes yacen en el espigón Puerto Argentino de la Costanera, "sea restituido a su lugar de origen", en la Plaza Colón, donde estuvo desde que lo donó la colectividad italiana con motivo del centenario de la Revolución de Mayo. 

Un pedido similar formuló la semana pasada la diputada Graciela Ocaña, dijo a Télam el abogado Horacio Savoia titular de la Asoción Argentina de Caballeros y Damas de las Ordenes Dinásticas de la Casa de Saboia 
En la ceremonia estuvieron representantes de la Unión Genovesa Madona de la Guardia, a los que llaman "los portacristos" porque son los que encabezan las procesiones con la imagen de Jesús, que también portaban esta noche. 

"Es una cofradía casi milenaria, formada en la Liguria (noreste de Italia) 1096 durante las Cruzadas, cuando la imagen de Cristo iba de espalda al enemigo y de cara al ejército que la llevaba, para darle confianza", como siguen haciendo ahora sus integrantes, autorizados para mantener esa tradición por una bula de Urbano II. 

Los portacristos genoveses encabezaron la salida de la misa, seguidos por presidentes de comités y dirigentes de las centenarias entidades italianas, mientras en la Basílica resonaban los acordes del "Va pensiero", el conmovedor coro de la ópera verdiana "Nabucco", que algunos cantaron a voz en cuello.


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