jueves, 20 de abril de 2017

S.E. Cab GC Dr D MARTÍN ETCHEGOYEN LYNCH, expone lo que a su juicio son las razones de las fallas en el sistema de Seguridad en la República Argentina.


VETERANOS DE LA FRONTERA
El experto internacional reunió importante conocimiento en la materia, mientras residió y trabajó en los Estados Unidos
Nuestro entrevistado, el doctor MARTÍN ETCHEGOYEN LYNCH, es Abogado, doctorado en Ciencias Penales, en la Argentina, y PhD in Criminal Justice (USA), país donde ha integrado, durante su residencia en el mismo, importantes entidades privadas como así también organismos federales.
En la Argentina ha sido Fiscal en lo Criminal del Departamento Judicial de San Isidro, y es actualmente Miembro Honorario de Usina de Justicia (www.usinadejusticia.org.ar), así como también integrante de la Fundación MARÍA CASH.
Es Columnista de los principales Medios nacionales.
Reúne varios antecedentes más, y muy destacados, desarrollados en el exterior, incluso para la Organización de las Naciones Unidas. Sorprende el listado de los mismos, especialmente por la juventud de quien a continuación contesta las preguntas de ENFOQUES POSITIVOS:
P: Este Portal viene ocupándose prioritariamente en los últimos tiempos, del deficiente funcionamiento de la Justicia y la Policía. En base a su importante experiencia en el exterior, ¿Qué puede decirnos al respecto?:
R: “En el campo de la seguridad, se han tomado durante este año de nuevo gobierno algunas buenas medidas estructurales y necesarias, por ejemplo la formación de la Policía de la Ciudad en base a la Metropolitana y al traspaso de parte de la Federal. Una ciudad autónoma merecía una nueva policía de la Ciudad, y ello no se hacía por mezquindad política. También se han vuelto a retomar lazos con Agencias internacionales como DEA, fundamental para encarar una buena política contra el narcotráfico.
En lo funcional, todavía no se ven resultados. Está faltando el trabajo coordinado de una Agencia de lucha contra el crimen organizado, que fue promesa de campaña pero no se ha materializado, con la nueva policía de la Ciudad para comenzar a trabajar en una baja de índices delictuales como la ciudadanía merece.
En cuanto a Justicia, no se han provocado grandes cambios todavía, más que las renuncias aisladas de algún magistrado tildado de corrupto”.
P: Las principales quejas apuntan a, en el caso de las fuerzas policiales, ineficiencia, falta de preparación adecuada, y de una actitud proactiva. ¿A qué deberíamos atribuir tan graves faltas de parte de sus responsables?
R: “Un poco debe responsabilizarse a la endémica corrupción que corroe a nuestras fuerzas de seguridad, y otro poco al no suficiente conocimiento técnico de las autoridades en la materia, puesto que si bien es cierto que los Ministros son políticos, lo ideal es que tuvieran especialización, como en otras áreas, por ejemplo, en salud o economía. Y al no tenerla, al menos las segundas líneas deberían ser gente preparada y a veces esto tampoco sucede. Y el resultado es el autogobierno de las fuerzas policiales, que acentúa la corrupción”.
 P: Inclusive una nota en este mismo Medio, sugirió que las Policías actúan de un modo “Políticamente correcto” antes que legal y operativamente correcto … ¿Le parece una figura comparativa acertada …?.
 R: “Totalmente. Todos los días vemos violar el Código Penal cuando se interrumpe el tránsito por un piquete. Pero la Policía sólo observa, porque no tiene respaldo político para actuar. Si se aplicara la ley, es decir el Código Penal vigente, reprimiendo legalmente el piquete, seguramente terminarían sancionados los responsables del mismo …”.

P: Y en cuanto a la Justicia, la otra parte responsable de la fuerte criminalidad en el país, ¿Cómo podríamos imaginar una depuración en sus integrantes, desalojando de los despachos a quienes han mostrado un actuar corrupto y no independiente de la Política, además de imprudencia?.
 R: “Un Consejo de la Magistratura con una Comisión de Enjuiciamiento más enérgica y rápida podría ir depurando el sistema. Y a la vez, la selección de Magistrados debe estar en manos de doctrinarios serios, y no de gente de raigambre abolicionista, admiradores del tristemente célebre Zaffaroni”.
P: ¿Cómo cree usted que se encuentran, anímicamente, los probos integrantes de la Justicia, quienes no son pocos, ante el marco desgastante en el que se desenvuelven?. Es posible allí tener esperanzas de cambios positivos a corto plazo?
R: “Hasta hace poco tiempo desde el poder político se aplaudía al abolicionismo penal, el que existe en nuestros tribunales en mayoría (en el mejor de los casos por convicción, y en el peor, por corrupción). La estadística de liberación de criminales narcotraficantes habla por sí sola. Están faltando, en mi opinión, mensajes más fuertes e inequívocos desde el Ejecutivo señalando que esto se acabó. Y allí sí habrá nuevamente esperanza”.

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