Estados Unidos decidió extraditar a España al coronel y ex viceministro de Seguridad Inocente Orlando Montano, para que enfrente un juicio por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas -y sus dos empleadas- ocurrido en noviembre de 1989 en las instalaciones de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. Con la deportación de un exministro de la Defensa y con la decisión de extraditar a otro ex alto mando militar de El Salvador para ponerlo a disposición de la justicia de España, el gobierno de Barack Obama sentó un precedente este miércoles 8 de abril en su política de no tolerar en su territorio a personas acusadas de violaciones a los derechos humanos. Por Daniel Valencia, Ricardo Vaquerano y Gabriel Labrador, para El Faro. Publicado el 8 de Abril de 2015
Los militares René Ponce, Rafael Larios, Inocente Montano y Juan Zepeda. Crédito: Luis Romero AP
Con la deportación de un exministro de la Defensa y con la decisión de extraditar a otro ex alto mando militar de El Salvador para ponerlo a disposición de la justicia de España, el gobierno de Barack Obama sentó un precedente este miércoles 8 de abril en su política de no tolerar en su territorio a personas acusadas de violaciones a los derechos humanos.
Estados Unidos decidió extraditar a España al coronel y ex viceministro de Seguridad Inocente Orlando Montano, para que enfrente un juicio por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas -y sus dos empleadas- ocurrido en noviembre de 1989 en las instalaciones de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. La petición de extradición fue hecha por el Departamento de Estado a la Corte Federal Oriental de Carolina del Norte, según un comunicado hecho público el miércoles 8 de abril. La resolución final -un tramité que apunta a ser favorable- sería el último muro que la Audiencia Nacional de España necesitaba saltar para abrir un juicio contra uno de los 19 militares acusados de participar en la planeación y cometimiento de una de las masacres que marcó los últimos años de la guerra civil salvadoreña.
El anuncio de la petición de ”arresto y extradición” fue hecho por los fiscales Leslie R. Caldwell, de la División Criminal del Departamento de Justicia, y Thornas G. Walker, del Distrito Oriental de Carolina del Norte.
El comunicado no deja resquicios para las interpretaciones. Estados Unidos acepta entregarle a España a un exmilitar salvadoreño contra quien la justicia estadounidense documentó responsabilidad en unas mil graves violaciones a los derechos humanos, incluidos 65 asesinatos , y de participar en una de las últimas masacres cometidas al final de la guerra civil.
”El Departamento de Justicia sometió un requerimiento para pedir el arresto y extradición de un excoronel salvadoreño para que enfrente cargos en España en relación con el asesinato de cinco sacerdotes jesuitas en El Salvador, sucedido en 1989”, reza el documento del Departamento de Estado, que fue difundido, además, por la Embajada de Estados Unidos en la capital salvadoreña a través de redes sociales.
Paralelamente, este miércoles 8, Estados Unidos hizo efectiva la deportación hacia El Salvador del exministro de Defensa y exdirector de la Guardia Nacional, el general Carlos Eugenio Vides Casanova, acusado de ”innumerables actos de violaciones a derechos humanos”, en las que destacaron torturas y asesinatos.
La decisión del gobierno de los Estados Unidos es un parteaguas que habla de un desamparo para aquellos militares acusados de violaciones a derechos humanos. Durante muchos años, tanto Montano como Vides Casanova vivieron bajo la sombrilla de las autoridades migratorias estadounidenses (ambos con permisos de residencia) pese a los casos de acusaciones por violaciones a los derechos humanos. En el caso de Inocente Orlando Montano, la decisión también apunta a que el país norteamericano acepta los alegatos de España para que este sea juzgado en base a la pruebas recogidas en su contra. En síntesis, lo que Estados Unidos dice es que si bien no tiene cómo procesar a Montano por violaciones a derechos humanos, hay acusaciones que ameritan ser evaluadas por una corte que sí puede hacer de las denuncias un juicio concreto. ”Los argumentos contenidos en el requerimiento presentado son meramente acusaciones y cualquier determinación de culpabilidad o inocencia será hecha por las cortes españolas luego de la extradición de Montano Morales”, dice el Departamento de Estado.
En 1989, en El Salvador, luego del asesinato de los jesuitas, se montó un juicio contra los soldados del Batallón Atlacatl que perpetuaron la masacre, pero la Fiscalía General de la República saboteó el caso para impedir que los fiscales acusadores fueran también tras el Alto Mando de la Fuerza Armada Salvadoreña. 26 años después, en España podría arrancar un juicio que sí logre ese cometido, empezando con quien fuera en aquella época el viceministro de Seguridad Pública.
La decisión estadounidense contra Vides Casanova, que arribó en el Aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero, en un vuelo de deportados, al filo del mediodía, se circunscribe a una normativa de hace 11 años que permite la expulsión de un extranjero que haya ordenado, participado o colaborado en casos de torturas y ejecuciones extrajudiciales. Contra este militar, en El Salvador, no hay ninguna orden de captura ni ningún proceso abierto, pese a que sus víctimas siguen clamando por justicia. De hecho, unas 40 personas llegaron hasta las instalaciones del aeropuerto para gritarle ”¡asesino!” a Vides Casanova.
En una nota publicada el 31 de marzo, el peródico New York Times reportó que Vides Casanova dijo a las autoridades migratorias que estaba listo para retornar a El Salvador, e incluso ofreció pagarse él mismo el boleto aéreo en un vuelo comercial. Las autoridades migratorias, según recogió el medio, le respondieron que ese escenario era imposible debido a que no podía deportarse a él mismo. El exministro de Defensa arribó al país junto a un nutrido grupo de migrantes salvadoreños deportados y fue recibido bajo el programa ”Bienvenido a Casa”.
Fuente: • El Faro· Click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario