martes, 29 de noviembre de 2016

CON EL TÍTULO ELEGÍA A FIDEL CASTRO, EL P. FORTEA SEÑALÓ QUE LA LARGA VIDA QUE DIOS LE CONCEDIÓ AL DICTADOR CUBANO DEBIERON SER DEDICADAS A “PEDIR PERDÓN A SUS MILLARES DE VÍCTIMAS, A SUS MILLONES DE OPRIMIDOS, PEDIR PERDÓN A DIOS, A SÍ MISMO”.



Bandera de la Hispanidad en las Américas, 
adoptada como símbolo de las Américas 
por la séptima conferencia internacional 
Americana de Montevideo 
el 13 de diciembre de 1933.


REDACCIÓN CENTRAL, 28 Nov. 16 / 08:42 pm (ACI).- El famoso teólogo español José Antonio Fortea reflexionó sobre la reciente muerte del dictador cubano Fidel Castro, y aseguró que “Dios le dio 90 años a su alma para cambiar, para entender, para pedir perdón”. 

En un artículo publicado en su blog, con el título Elegía a Fidel Castro, el P. Fortea señaló que la larga vida que Dios le concedió al dictador cubano debieron ser dedicadas a “pedir perdón a sus millares de víctimas, a sus millones de oprimidos, pedir perdón a Dios, a sí mismo”. “Perdonarse a sí mismo para seguir viviendo con dignidad, para no vivir bajo el remordimiento, bajo el peso de una culpa abrumadora, para no vivir como Macbeth, como un animal acorralado, acorralado y mordido por su propia conciencia”. 

Castro, que se hizo con el poder en Cuba tras derrocar al dictador Fulgencio Batista en 1959, gobernó durante casi 50 años, tras los cuales cedió el poder en la isla a su hermano, Raúl.

La noche del 25 de noviembre de 2016, en un mensaje televisado a la nación, Raúl Castro anunció la muerte de Fidel.

El régimen de Fidel Castro ha sido repetidamente acusado de violaciones a los derechos humanos, con múltiples encarcelamientos a opositores políticos, así como de miles de ejecuciones.

La represión alcanzó además a los defensores de la vida desde la concepción. El Dr. Óscar Elías Biscet fue encarcelado por cerca de 12 años por denunciar los abortos y asesinatos de niños nacidos vivos que se realizan en los hospitales públicos cubanos.

La Iglesia también fue víctima de la represión del régimen comunista, con férreas restricciones al culto. Recién en diciembre de 1998, meses después de la visita de San Juan Pablo II a Cuba, el gobierno permitió que se celebre nuevamente, después de varias décadas, la Navidad.

Para el P. José Antonio Fortea, “el tiempo se ha acabado para Fidel Castro. Ahora ya no hay poder sobre la tierra ni santo ni ángel que pueda otorgarle el perdón”.

 “Él, que sentenció a tantos, si ahora está sentenciado, ya no encontrará perdón ni en este mundo ni en el cielo”. “Castro, que no tuvo piedad de tantos que suplicaron misericordia, si ya no ha encontrado perdón, ya no lo encontrará nunca”, dijo el sacerdote español. “Él que hizo un infierno de la vida de muchos, si ha entrado en el infierno, ahora sufre con los ojos abiertos”, añadió.

El P. Fortea señaló que para Fidel Castro “ahora no le son de ninguna ayuda ni todas las manifestaciones multitudinarias en la Plaza de la Revolución que se puedan convocar en su honor ni todos los artículos que el diario Granma escriba loándolo ni todos los discursos del Partido que lo ensalcen hasta las nubes”.

Ahora está solo, con su alma. Encerrado en la terrible prisión de su alma. En el reino oscuro de Satanás o en las prisiones inmateriales del lugar de purificación su destino le estaba esperando. Durante 90 años, su destino eterno le estaba esperando”.

El famoso teólogo señaló que sea que Fidel ahora esté en una morada o en otra, “lo que no os queda ninguna duda es que la Justicia ha recaído sobre su pequeña y miserable alma”. “La única duda, la única, es si su espantosa situación durará siglos, o siglos sin fin”, concluyó.


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