Orden de los caballros de
su santidad el Papa
"san ignacio de loyola"
priOrato general del
reino de españa
Con ocasión del
nombramiento de Ana Patricia Botín como presidenta de Banco Santander tras el
fallecimiento de su padre, Emilio Botín, recuperamos la semblanza que TELVA
publicaba en julio de 2008. Ana Patricia Botín, consejera de Banco Santander
Reino Unido y la mujer más poderosa después de
15 de mayo de 2008, 14.00 p.m., Georgetown University, Washington D.C.
Comienza el desfile de graduación de 1.716 estudiantes de
59 países. El más joven de los alumnos tiene 20 años, el mayor 53. Entre ellos
se encuentra Felipe Morenés Botín, tataranieto del fundador
del Banco Santander, nieto de Emilio Botín actual presidente del banco
(2008), e hijo de Ana Patricia Botín. Dado el prestigio de esta
universidad, en la que también estudió el Príncipe de Asturias, se prevé que
Felipe M. Botín esté llamado a ejercer altas responsabilidades en el grupo
bancario familiar.
Al cortejo de graduados le sigue el claustro de la
universidad: directores de departamento, catedráticos, decanos
Justo delante
del rector, y envuelta en gruesas vestes académicas, desfila Ana
Patricia Botín, miembro de la junta directiva de Georgetown e invitada de honor
al acto para pronunciar el discurso de graduación a la promoción 2008. En
años anteriores han pasado por aquí Condoleezza Rice, Colin Powel y otros
primeros espadas.
Cuando se dispone a subir al estrado se gira hacia la primera
fila y sonríe a su marido Guillermo, su madre Paloma O'Shea (hermana
de Covadonga O'Shea, exdirectora de TELVA) y su hijo Javier.
Ana
Botín, una de las mujeres más poderosas del mundo.
Posee un Máster en Economía por la Universidad de
Harvard. Comenzó su carrera laboral en NYC, en J. P. Morgan, donde llegó a ser vicepresidenta para España en 1988. Un años después, su padre, Emilio Botín, le da la bienvenida al banco
familiar con una frase espartana: "Espero que trabaje mucho y que nos
ayude a hacer más grande el Santander".
Comienza la ceremonia en la que participan cuatro mil
personas. Los asistentes cantan, con la mano en el corazón, el himno nacional
de los Estados Unidos. Después, una estudiante hindú reza una oración en esta
universidad fundada por los jesuitas en 1789, recién conquistada la
independencia del país. El rector John J. De Gioia toma la palabra para
presentar "a Ana Botín, una de las primeras ejecutivas de Europa
según el diario Financial Times".
La presidenta de Banesto (2008) se dirige, segura y sonriente, hacia la tribuna de oradores. Hoy no tiene que dar cuenta de su gestión a los accionistas del banco. Aquí es, sencillamente, la madre del graduado Felipe. Ana P., como le llaman sus íntimos, está muy bronceada, viste unos sencillos pantalones negros y camisa rosa bajo una amplia toga morada, y lleva unos espectaculares pendientes de perlas.
El tono del discurso se pone
interesante.
"A medida que voy conociendo mejor Georgetown más me impresiona su excelencia académica", explica Botín en un perfectísimo inglés. "Me impresiona también su mente abierta hacia las diversidades culturales e intelectuales, así como su compromiso con la innovación a pesar de su ancestral tradición. Los fundadores de esta universidad, empezando por el arzobispo John Carroll, querían que Georgetown fuera no sólo un lugar de aprendizaje excepcional, sino también una fuente de tolerancia, apertura y pluralismo. Por encima de todo querían formar a líderes futuros con fundamentos basados en el sentido de la ética y la responsabilidad social".
"A medida que voy conociendo mejor Georgetown más me impresiona su excelencia académica", explica Botín en un perfectísimo inglés. "Me impresiona también su mente abierta hacia las diversidades culturales e intelectuales, así como su compromiso con la innovación a pesar de su ancestral tradición. Los fundadores de esta universidad, empezando por el arzobispo John Carroll, querían que Georgetown fuera no sólo un lugar de aprendizaje excepcional, sino también una fuente de tolerancia, apertura y pluralismo. Por encima de todo querían formar a líderes futuros con fundamentos basados en el sentido de la ética y la responsabilidad social".
Ana P. habla con conocimiento de causa,
porque desde su más tierna infancia la primogénita de Emilio Botín y
Paloma O'Shea ha
estudiado en las escuelas más selectas de Suiza, Reino Unido, Austria y Estados
Unidos. ¿Qué entiende por ética y responsabilidad social una ejecutiva que
dirige un negocio que el año pasado (2007) logró un beneficio de 765 millones
de euros? "
Todos
conocemos el lema de la orden jesuita: Para la mayor gloria de Dios. Yo sé que
aquí, en este lugar, podríamos añadir: Para la mayor gloria de Dios y la
salvación del ser humano. Ese espíritu humano hace que Georgetown sea un
referente en tiempos oscuros. Esos son los valores que hacen que Georgetown sea
tan atractiva para los jóvenes emprendedores de este país, y para los de todo
el mundo".
No sé si Ana P. diría lo mismo a los graduados de la Universidad Complutense
de Madrid. Yo creo que aquí se siente más motivada porque apenas le acosan losflashes de los fotógrafos, y porque sabe que
entre su público se encuentran las futuras embajadoras, secretarias de estado y
premios Nobel de economía. En femenino, porque en el McDonough Gymnasium hay
muchas más chicas que chicos.
Relajada, con veinticinco años de experiencia profesional a sus
espaldas, y su felina mirada brillante de pasión, tiene claro lo que quiere
transmitir a los alumnos de Georgetown: "Permitidme que os hable de la necesidad de equilibrio, mientras
compartís conmigo parte de mi historia personal".
"En la universidad yo era una mujer con prisas. Finalicé mi carrera en tres años, dos en Bryn Mawr (Pennsylvania)
y uno en Harvard. Y me perdí la emoción de la ceremonia de graduación con mis
compañeros de clase, así es que de algún modo esta es mi primera ceremonia de
fin de carrera".
¿Por qué le entrarían las prisas? No lo explica. Quizás, por
aquel entonces, su padre Emilio necesitaba que su heredera natural la ley
sálica no está vigente en la saga Botín estuviese preparada cuanto antes para
una posible sucesión.
"Comencé a trabajar en JP Morgan a los 20 años y, aunque no me creáis, me casé a los 22. A los 27 fui vicepresidenta de JP Morgan una de las directivas más jóvenes del momento, y a los 28 cambié completamente el rumbo y aterricé en el Santander, un banco fundado hace 151 años entre otros por mi bisabuelo. ¡Y tuve a mis tres hijos antes de cumplir los 30! Esa fue la peor parte. ¿Me salió bien la cosa? Bueno, preguntárselo a Felipe. Está muy bien tener prisa, pero no olvidéis que hay que saber para qué se tiene prisa y hacia dónde queremos dirigirnos".
"Comencé a trabajar en JP Morgan a los 20 años y, aunque no me creáis, me casé a los 22. A los 27 fui vicepresidenta de JP Morgan una de las directivas más jóvenes del momento, y a los 28 cambié completamente el rumbo y aterricé en el Santander, un banco fundado hace 151 años entre otros por mi bisabuelo. ¡Y tuve a mis tres hijos antes de cumplir los 30! Esa fue la peor parte. ¿Me salió bien la cosa? Bueno, preguntárselo a Felipe. Está muy bien tener prisa, pero no olvidéis que hay que saber para qué se tiene prisa y hacia dónde queremos dirigirnos".
A los 22 años tenía
claro que quería casarse con su novio de toda la vida,Guillermo Morenés,
ingeniero agrónomo, hijo de los marqueses de Borghetto, y propietario, junto
con uno de los hermanos de Ana P., de la agencia de valores M&B Capital
Advisers.
"Cuando me preguntan por el momento más importante de
mi vida, siempre digo que fue el día que le pedí a mi marido que se
casara conmigo. Yo hacía prácticas en JP Morgan y él estaba en España, a
tres mil millas de distancia. Así es que se lo pedí por teléfono. Creedme, se
suponía que en aquellos tiempos esa no era la costumbre propia de una señorita
española. Y tampoco era habitual planificar una boda en tan sólo cuatro meses;
mi madre sabe bien de lo que hablo. Se suponía que había que esperar al menos
un año desde que te pedían en compromiso y, a pesar de todo, aquí estamos mi
marido y yo estupendamente".
Guillermo Morenés y Patricia OShea
sueltan una carcajada y comienzan a aplaudir. Cuentan de ella que, cuando
nació su primer hijo, tenía un fax en la habitación de la clínica para no
desconectarse del trabajo. Aunque quizás también lo haya necesitado la
ministra Chacón, en la era de la conciliación el planteamiento no parece muy
razonable. Sin embargo, años después, en 2005, el Banesto que ella presidía
ganó el Premio Madrid Empresa Flexible por ayudar a sus trabajadores a
conciliar su vida laboral y familiar.
A pesar de la anécdota,
Ana P. asegura en Washington que "mi interés inicial por el trabajo
disminuyó cuando tuve a mis hijos, en un momento en el que no estaba todavía en
lo alto de la escala corporativa. Y eso me permitió equilibrar entonces un poco
mejor carrera y familia, que cuando más tarde adquirí mayores
responsabilidades. De todas formas, reconozco que el trabajo ha sido una
motivación muy importante en mi vida".
Al final, ¿qué ha aprendido de la experiencia?
"Que el equilibrio adecuado entre familia, trabajo, amigos y otras prioridades personales es clave. Aunque conseguirlo a la vez en todos esos aspectos es sumamente complicado. Algunos días una puede encontrarse con que va a toda carrera para lograr una satisfacción laboral; otros, te puede interesar la búsqueda del apoyo de amigos y familiares; y, en otros casos, puedes verte inmersa simplemente en hobbies personales que te divierten. No existe una única receta para hallar el equilibrio: hay tantos caminos como personas
"Que el equilibrio adecuado entre familia, trabajo, amigos y otras prioridades personales es clave. Aunque conseguirlo a la vez en todos esos aspectos es sumamente complicado. Algunos días una puede encontrarse con que va a toda carrera para lograr una satisfacción laboral; otros, te puede interesar la búsqueda del apoyo de amigos y familiares; y, en otros casos, puedes verte inmersa simplemente en hobbies personales que te divierten. No existe una única receta para hallar el equilibrio: hay tantos caminos como personas
No hay comentarios:
Publicar un comentario