viernes, 12 de septiembre de 2014

BANCO SANTANDER. Ana Patricia Botín, una de las mujeres más poderosas del mundo , sucesora de Emilio Botín, miembro de la junta directiva de la Universidad Jesuita de Georgetown, e invitada de honor al acto para pronunciar el discurso de graduación a la promoción 2008.

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Orden de los caballros de 
su santidad el Papa 
"san ignacio de loyola"


priOrato general del 
reino de españa
Con ocasión del  nombramiento de Ana Patricia Botín como presidenta de Banco Santander tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín, recuperamos la semblanza que TELVA publicaba en julio de 2008. Ana Patricia Botín, consejera de Banco Santander Reino Unido y la mujer más poderosa después de la Reina Isabel II, nunca ha concedido una entrevista. Estás acostumbrada a verla sólo en las páginas de la prensa salmón analizando la política de inversiones de la entidad bancaria que dirige y la evolución de los mercados financieros. TELVA recorrió cientos de kilómetros para descubrir el lado más íntimo de una de las ejecutivas más poderosas de Europa. En la elitista y prestigiosa universidad de Georgetown Ana Patricia Botín ha confesado que, además de la cuenta de resultados de Banesto, también le preocupa ser una buena madre, mantener el contacto con sus amigos y la decadencia de los valores en los que cree.
15 de mayo de 2008, 14.00 p.m., Georgetown University, Washington D.C.
Comienza el desfile de graduación de 1.716 estudiantes de 59 países. El más joven de los alumnos tiene 20 años, el mayor 53. Entre ellos se encuentra Felipe Morenés Botíntataranieto del fundador del Banco Santander, nieto de Emilio Botín  actual presidente del banco (2008), e hijo de Ana Patricia Botín. Dado el prestigio de esta universidad, en la que también estudió el Príncipe de Asturias, se prevé que Felipe M. Botín esté llamado a ejercer altas responsabilidades en el grupo bancario familiar.


Al cortejo de graduados le sigue el claustro de la universidad: directores de departamento, catedráticos, decanos… Justo delante del rector, y envuelta en gruesas vestes académicas, desfila Ana Patricia Botín, miembro de la junta directiva de Georgetown e invitada de honor al acto para pronunciar el discurso de graduación a la promoción 2008. En años anteriores han pasado por aquí Condoleezza Rice, Colin Powel y otros primeros espadas.… Cuando se dispone a subir al estrado se gira hacia la primera fila y sonríe a su marido Guillermo, su madre Paloma O'Shea (hermana de Covadonga O'Shea, exdirectora de TELVA) y su hijo Javier.

Ana Botín, una de las mujeres más poderosas del mundo.

Posee un Máster en Economía por la Universidad de Harvard. Comenzó su carrera laboral en NYC, en J. P. Morgan, donde llegó a ser vicepresidenta para España en 1988. Un años después, su padre, Emilio Botín, le da la bienvenida al banco familiar con una frase espartana: "Espero que trabaje mucho y que nos ayude a hacer más grande el Santander".

Comienza la ceremonia en la que participan cuatro mil personas. Los asistentes cantan, con la mano en el corazón, el himno nacional de los Estados Unidos. Después, una estudiante hindú reza una oración en esta universidad fundada por los jesuitas en 1789, recién conquistada la independencia del país. El rector John J. De Gioia toma la palabra para presentar "a  Ana Botín, una de las primeras ejecutivas de Europa según el diario Financial Times".

La presidenta de Banesto (2008) se dirige, segura y sonriente, hacia la tribuna de oradores. Hoy no tiene que dar cuenta de su gestión a los accionistas del banco. Aquí es, sencillamente, la madre del graduado Felipe. Ana P., como le llaman sus íntimos, está muy bronceada, viste unos sencillos pantalones negros y camisa rosa bajo una amplia toga morada, y lleva unos espectaculares pendientes de perlas.

El tono del discurso se pone interesante. 

"A medida que voy conociendo mejor Georgetown más me impresiona su excelencia académica", explica Botín en un perfectísimo inglés. "Me impresiona también su mente abierta hacia las diversidades culturales e intelectuales, así como su compromiso con la innovación a pesar de su ancestral tradición. Los fundadores de esta universidad, empezando por el arzobispo John Carroll, querían que Georgetown fuera no sólo un lugar de aprendizaje excepcional, sino también una fuente de tolerancia, apertura y pluralismo. Por encima de todo querían formar a líderes futuros con fundamentos basados en el sentido de la ética y la responsabilidad social".

Ana P. habla con conocimiento de causa, porque desde su más tierna infancia la primogénita de Emilio Botín y Paloma O'’Shea ha estudiado en las escuelas más selectas de Suiza, Reino Unido, Austria y Estados Unidos. ¿Qué entiende por ética y responsabilidad social una ejecutiva que dirige un negocio que el año pasado (2007) logró un beneficio de 765 millones de euros? "

Todos conocemos el lema de la orden jesuita: Para la mayor gloria de Dios. Yo sé que aquí, en este lugar, podríamos añadir: Para la mayor gloria de Dios y la salvación del ser humano. Ese espíritu humano hace que Georgetown sea un referente en tiempos oscuros. Esos son los valores que hacen que Georgetown sea tan atractiva para los jóvenes emprendedores de este país, y para los de todo el mundo".

No sé si Ana P. diría lo mismo a los graduados de la Universidad Complutense de Madrid. Yo creo que aquí se siente más motivada porque apenas le acosan losflashes de los fotógrafos, y porque sabe que entre su público se encuentran las futuras embajadoras, secretarias de estado y premios Nobel de economía. En femenino, porque en el McDonough Gymnasium hay muchas más chicas que chicos.

Relajada, con veinticinco años de experiencia profesional a sus espaldas, y su felina mirada brillante de pasión, tiene claro lo que quiere transmitir a los alumnos de Georgetown: "Permitidme que os hable de la necesidad de equilibrio, mientras compartís conmigo parte de mi historia personal".

"En la universidad yo era una mujer con prisas. Finalicé mi carrera en tres años, dos en Bryn Mawr (Pennsylvania) y uno en Harvard. Y me perdí la emoción de la ceremonia de graduación con mis compañeros de clase, así es que de algún modo esta es mi primera ceremonia de fin de carrera".

¿Por qué le entrarían las prisas? No lo explica. Quizás, por aquel entonces, su padre Emilio necesitaba que su heredera natural –la ley sálica no está vigente en la saga Botín– estuviese preparada cuanto antes para una posible sucesión. 

"Comencé a trabajar en JP Morgan a los 20 años y, aunque no me creáis, me casé a los 22. A los 27 fui vicepresidenta de JP Morgan –una de las directivas más jóvenes del momento–, y a los 28 cambié completamente el rumbo y aterricé en el Santander, un banco fundado hace 151 años –entre otros– por mi bisabuelo. ¡Y tuve a mis tres hijos antes de cumplir los 30! Esa fue la peor parte. ¿Me salió bien la cosa? Bueno, preguntárselo a Felipe. Está muy bien tener prisa, pero no olvidéis que hay que saber para qué se tiene prisa y hacia dónde queremos dirigirnos".


A los 22 años tenía claro que quería casarse con su novio de toda la vida,Guillermo Morenés, ingeniero agrónomo, hijo de los marqueses de Borghetto, y propietario, junto con uno de los hermanos de Ana P., de la agencia de valores M&B Capital Advisers. 

"Cuando me preguntan por el momento más importante de mi vida, siempre digo que fue el día que le pedí a mi marido que se casara conmigo. Yo hacía prácticas en JP Morgan y él estaba en España, a tres mil millas de distancia. Así es que se lo pedí por teléfono. Creedme, se suponía que en aquellos tiempos esa no era la costumbre propia de una señorita española. Y tampoco era habitual planificar una boda en tan sólo cuatro meses; mi madre sabe bien de lo que hablo. Se suponía que había que esperar al menos un año desde que te pedían en compromiso y, a pesar de todo, aquí estamos mi marido y yo estupendamente". 

Guillermo Morenés y Patricia O’Shea sueltan una carcajada y comienzan a aplaudir. Cuentan de ella que, cuando nació su primer hijo, tenía un fax en la habitación de la clínica para no desconectarse del trabajo. Aunque quizás también lo haya necesitado la ministra Chacón, en la era de la conciliación el planteamiento no parece muy razonable. Sin embargo, años después, en 2005, el Banesto que ella presidía ganó el Premio Madrid Empresa Flexible por ayudar a sus trabajadores a conciliar su vida laboral y familiar.

A pesar de la anécdota, Ana P. asegura en Washington que "mi interés inicial por el trabajo disminuyó cuando tuve a mis hijos, en un momento en el que no estaba todavía en lo alto de la escala corporativa. Y eso me permitió equilibrar entonces un poco mejor carrera y familia, que cuando más tarde adquirí mayores responsabilidades. De todas formas, reconozco que el trabajo ha sido una motivación muy importante en mi vida".

Al final, ¿qué ha aprendido de la experiencia? 

"Que el equilibrio adecuado entre familia, trabajo, amigos y otras prioridades personales es clave. Aunque conseguirlo a la vez en todos esos aspectos es sumamente complicado. Algunos días una puede encontrarse con que va a toda carrera para lograr una satisfacción laboral; otros, te puede interesar la búsqueda del apoyo de amigos y familiares; y, en otros casos, puedes verte inmersa simplemente en hobbies personales que te divierten. No existe una única receta para hallar el equilibrio: hay tantos caminos como personas


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