jueves, 3 de diciembre de 2015

Objetividad y urgencia, los dos motores del Diálogo de Estocolmo.

.

Noviembre 30, 2015
Una de las islas cerca de Estocolmo en un día claro, recordando la vida y la tierra al intentar mantener el intercambio abierto y creativo.
Una de las islas cerca de Estocolmo en un día claro, recordando la vida y la tierra al intentar mantener el intercambio abierto y creativo.
Catherine Devitt
Esperanzados e ilusionados, abiertos y creativos, los miembros de la Red Global de Incidencia Ignaciana de Ecología (GIAN-Ecology)  iniciaron su segundo día delDiálogo de Estocolmo para explorar con los miembros delStockholm Environment Institute (SEI) la relación entre la objetividad científica y la urgencia social inherentes a la ciencia de la sostenibilidad – una ciencia que pone el énfasis en la acción y la transformación social capaz de abarcar tanto la inclusión social como la integridad medioambiental.
El Diálogo de Estocolmo es una respuesta a la invitación del Papa Francisco en Laudato si’, la invitación a un nuevo diálogo, a una transformación social y a una agenda global por la inclusión social y el cuidado de la tierra. Explorar el papel de los valores en la ciencia de la sostenibilidad ofrece una oportunidad para evaluar los modos en que se produce una transformación social sostenible y coherente.
Facilitada por José Ignacio García, SJ, el segundo día del diálogo se inició con una llamada a cambiar el modo de pensar. Para poder realizar esta transformación, Robert Watt, del SEI, insistió en la importancia de comunicar bien las conclusiones científicas, pero también los valores que se transmiten en el proceso de comunicación. Uno de los retos de la comunicación se debe a que las ciencias se han centrado en el logos (la razón lógica o racionalidad), en detrimento delethos (y por tanto de la credibilidad) y del pathos (donde se insertan los valores y las creencias)
Al comunicar los resultados científicos, todos los aspectos de esta tríada deben ser presentados de modo que se ajusten al sistema de valores de una sociedad. En una época caracterizada por la saturación informativa, no podemos ignorar que comunicar la ciencia de la sostenibilidad debe tener en cuenta y ponderar el volumen de información que se comparte y al que se accede, así como la propiedad de la información y la transparencia, tanto en el proceso de decisión como en el de comunicación.
Michael Czerny, SJ, por su parte, invitó a reflexionar sobre el papel de la religión y, en particular, la encíclica en la transformación social. Nos recordó que aunque el documento papal no sea un texto legislativo sí posee implicaciones políticas y, por lo tanto, es muy relevante en el contexto más amplio de los recientemente establecidos Objetivos de Desarrollo Sostenible y la COP21. Desde la Cumbre Interreligiosa de Nueva York en septiembre del 2014, numerosas confesiones religiosas han formulado declaraciones oficiales que explicitan la necesidad de incorporar un compromiso para abordar los impactos del cambio climático.
Estas declaraciones religiosas se presentarán oficialmente a la COP21, con la capacidad de influir en las decisiones políticas, ofreciendo un puente entre el punto de partida de la escritura – la movilización de las mentes y los corazones – y la política de la descarbonación.
Jesuitas buscan comprometerse con las tres llamadas: sobre la ciencia de la sostenibilidad y valores, en un mundo en riesgo y en la vida interior y simplicidad – con Scholastic Henry Longbottom desde el Reino Unido, Michael Czerny de Roma, Pedro Walpole de Filipinas y Jaime Tatay de España.
Jesuitas buscan comprometerse con las tres llamadas: sobre la ciencia de la sostenibilidad y valores, en un mundo en riesgo y en la vida interior y simplicidad – con Scholastic Henry Longbottom desde el Reino Unido, Michael Czerny de Roma, Pedro Walpole de Filipinas y Jaime Tatay de España.
Respecto al proceso de transformación social y la ciencia de la sostenibilidad, son muchas las indicaciones de Laudato si’ que podemos seguir. La encíclica nos enseña que “cuando es la cultura la que se corrompe y ya no se reconoce alguna verdad objetiva o unos principios universalmente válidos, las leyes sólo se entenderán como imposiciones arbitrarias y como obstáculos a evitar” (LS 123). La encíclica nos recuerda que “una sana política debería ser capaz de asumir este desafío” (LS 197). Más adelante se nos recuerda que no hay separación entre ciencia y valores: “Cuando alguien reconoce la llamada de Dios a intervenir junto con los demás en estas dinámicas sociales, debe recordar que eso es parte de su espiritualidad, que es ejercicio de la caridad y que de ese modo madura y se santifica” (LS 231).
En último término, alcanzar la transformación social y la ciencia de la sostenibilidad demanda cambiar el modo de pensar, de sentir y de actuar. Ese fue el mensaje principal transmitido por Carmen Valor, de la Facultad de Empresa y la Escuela de negocios de ICADE (Universidad Pontificia de Comillas) en España. La idea de sostenibilidad no puede desligarse de la reflexión sobre la “vida buena”; si queremos seguir avanzando, necesitamos un acercamiento alternativo que no pretenda simplemente promover pequeños cambios en el sistema, sino cambiar el sistema mismo.
Las estrategias para alcanzar este fin precisan de acercamientos interdisciplinares en la investigación y en la acción, capaces de abarcar e incluir las relaciones simbólicas a nivel individual y organizacional, así como en los diversos contextos ideológicos, paradigmas y discursos que conforman nuestras vidas cotidianas.
La existencia de acercamientos alternativos en el ámbito científico fue puesta de manifiesto durante la intervención de Fiona Lambe, del SEI. Utilizando el ejemplo de los hornos para cocinar como elemento del desarrollo sostenible en países en desarrollo, Fiona mostró cómo el proceso de la ciencia de la sostenibilidad se basa en la experiencia, la escucha y el empoderamiento de comunidades y actores implicados en la investigación.
En la última parte de la mañana, tras escuchar a los ponentes, la sesión se dividió en cuatro mesas de diálogo. La mesa denominada Inyectando Esperanzaevidenció una tendencia desmoralizante al tratar de alcanzar cambios efectivos – de ahí la necesidad de generar espacios para la reflexión y la confianza, claves para sostener la esperanza (por ejemplo, ante la aceptación de un fracaso), una cuestión abordada también por Laudato si’.
Las historias son un ingrediente básico en la construcción de la identidad de cualquier comunidad, y son fundamentales también para influir en cualquier tipo de discurso. La mesa Storytelling señaló que las narrativas personales empoderan y activan a las personas, ofreciendo un espacio para el descubrimiento, así como una plataforma para comunicar la ciencia. Sin embargo, en el caso de la ciencia, contar historias puede ser coercitivo y debe realizarse con cuidado, subrayando el elemento humano.
La mesa Aprendizaje Conjunto puso de relieve que un reto clave consiste en establecer puentes entre la investigación científica y el cambio real en las comunidades. La alianza entre ciencia y valores permite abordar este déficit, pero requiere una flexibilidad que permita a la ciencia ser parte de la solución más que parte del problema, que permita a la investigación experimentar más que acumular datos.
La mesa de diálogo sobre El Cambio que Estamos Buscand reconoció que al tiempo que es necesario un cambio de mentalidad para la ciencia de la sostenibilidad, este cambio debería esencialmente centrarse en la creación de relaciones entre las personas. No obstante, al preguntarnos por los cambios, constatamos que a menudo generamos respuestas pesimistas. Un objetivo prioritario en la ciencia de la sostenibilidad debería ser visualizar un futuro deseable que establezca metas científicas específicas. Un diálogo activo, como el que promueve Laudato si’, guía el proceso hacia la transformación de los deseos sociales y el cambio medioambiental.
Director Ejecutivo de SEI Johan Kuylenstierna explica el espectacular crecimiento de las megaciudades desde 1950 hasta el 2015 y donde humanos deben ser abordado, y él pregunta: "¿empezamos a colaborar o simplemente agarrar?"
Director Ejecutivo de SEI Johan Kuylenstierna explica el espectacular crecimiento de las megaciudades desde 1950 hasta el 2015 y donde humanos deben ser abordado, y él pregunta: “¿empezamos a colaborar o simplemente agarrar?”
Pedro Walpole compartió el mensaje final para esta segunda jornada del Diálogo de Estocolmo, subrayando que tenemos el reto de seguir avanzando en estas esferas de interacción entre la objetividad de la ciencia y la urgencia de la sociedad. El encuentro permitió “arar la tierra”, esto es, preparar el camino y abrir un amplio debate, en el que se sembraron ideas en el proceso y se descubrieron otras que florecerán. El diálogo planteó una serie de valores y tomamos conciencia de la omnipresencia de estos valores y de cómo pueden sernos útiles para mantenernos más centrados, permitiéndonos crecer en nuestros trabajos, al tiempo que seguimos en contacto.
Pedro también nos recordó que estamos analizando un futuro que desconocemos. Seguimos avanzando pero es difícil no enfrentar los riesgos, y por tanto tenemos que formular un futuro que queremos para que podamos construir los pasos que necesitamos. Para que la solidaridad emerja del diálogo, el conocimiento tiene que convertirse en una sabiduría capaz de guiarnos. Es necesario lealtad a dicha transformación, que requiere un compromiso personal e institucional para marcar la diferencia. La incidencia necesita ser matizada. Tenemos claro que hacemos lobby para conseguir un cambio en una realidad de sufimiento, dudas y miedo, y debemos lidiar con esos sentimientos ya que buscamos ser solidarios con la mayor parte del mundo que vive en estas condiciones.
A modo de conclusión, Pedro aludió a Laudato si’, en el que hay muchos elementos que nos retan a reflexionar, especialmente en la medida de los costes personales e institucionales a los que tenemos que hacer frente, al tiempo que nos preguntamos qué supondrá hacer ese cambio. Seguimos avanzando y sosteniendo este diálogo en las próximas semanas, con la profundidad y también con la conciencia de que hay también incertidumbre, sobre todo al preguntarnos si lo que construiremos tendrá el impacto deseado. En ese sentido, es necesario establecer prioridades y localizar la contribución clave de los valores.

       www.ordendeloyola.com

No hay comentarios:

Ad Majorem Dei Gloriam

Ad Majorem Dei Gloriam
San Ignacio de Loyola

Archivo del blog