viernes, 19 de marzo de 2010

Caballeros de Loyola:Juan de Porres Hidalgo Caballero de Calatrava y Ana Velázquez seres excepcionales fueron los padres de Martín de Porres (Martín de la Caridad)

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Don Juan de Porres
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Se puede suponer que Juan de Porrés y Miranda nació cerca de 1545 en la provincia de Burgos (Castilla-Léon/España). Hidalgo sin alcurnia ilustrísima, pertenecía a la Orden militar de Calatrava. Una confrería de armas creada bajo la impulsión del ermitaño de San Julián de Pereiro, en la parroquia de Ciudad Rodrigo en Extremadura. Se hizo más tarde una Orden de monjes soldados para seguir la lucha contra los Moros. Una vez la reconquista terminada la Orden de Calatrava pasó bajo la autoridad de los Reyes españoles. A partir de 1546 los caballeros de la Orden de Calatrava recibieron el derecho de casarse. La república española suprimió la Orden (1873). El rey Alfonso XII la restableció.
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Se piensa que Juan de Porrés y Miranda llegó adulto a América. Rodrigo de Bastidas ya había visitado el istmo de Panamá sesenta años antes. Vasco Núñez de Balboa había descubierto el mar del sur por la tierra (Océano Pacífico) en 1513 y Pedro Arías Dávila había fundado la ciudad de Panamá (1519). Desde esta ubicación Francisco Pizarro había lanzado sus expediciones hacía el Perú que se había transformado en virreinato en 1542. Un virreinato que se extendía desde el Chile hasta Colombia y que tenía Lima como capital. Las demás posesiones españolas de América pertenecían al virreinato de la Nueva-España (zona Mexico, Antillas y América central).
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En América Juan de Porres vivió con una panameña llamada Ana Velásquez. Algunas fuentes la presentan como una india, otras como una esclava negra, o una mujer medio india, medio negra pero liberta (Horra). Lo que parece seguro es que había sido criada en la religión católica y era ya de cultura hispánica. Hay que acordarse que los Reyes de España habían prohibido la esclavitud de los indios desde la mitad del siglo XVI y que la introducción de negros en América tomó una amplitud importante en la misma época (Negros en mayoría embarcados en Guinea después de sus capturas y ventas por esclavistas que eran en una mayoría ni blancos ni cristianos…Sobre el tema se puede consultar el muy interesante libro "le génocide voilé" - 2007 el genocidio oculto por el antropólogo y economista senegalés Tidiane N'Diye, una encuesta histórica sobre la trata de los esclavos negros en el mundo musulmán a partir del siglo VII). Sin embargo el primer negro poniendo su pie en el istmo de Panamá hubiera sido Ñuflo de Olano, uno de los hombres de Vasco Núñez de Balboa.
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De las relaciones de Juan y Ana, en una época que protegía el índole sagrado de la concepción, nació un hijo. Se bautizó a su primogénito el 9 de diciembre de 1579 en Lima pero apareció como nacido de padre desconocido. Dos años más tarde Ana Velásquez da a luz a una hija, Juana, dicha de piel blanca. Juan de Porres instaló entonces su familia en una casita y reconoció a sus dos hijos. Visitó con regularidad a Martín y Juana. Mientras que Ana trabajaba en buenas condiciones en la casa de españoles acomodados. Aunque sin verdadera fortuna y a pesar de su posición social, se puede decir que Juan de Porres asumió lo mejor posible sus responsabilidades. Lo que, quizás, no hubiera hecho muchos hombres de su condición en la misma circunstancia. En efecto preservémonos de juzgar la situación con nuestra mentalidad del siglo XXI y pongámonos en el contexto de las mentalidades de la época evocada. Pero Juan parece haber encontrado reprobación por causa de sus amores ancilares y siguió un periodo difícil mientras que Ana Velásquez alcanzó sacar adelante a sus hijos en la dignidad.
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En 1585, Juan de Porres se instaló en Guayaquil (hoy Ecuador) donde vivió con sus hijos durante 4 años y pagó a maestros para que recibiesen una enseñanza (escritura y lectura). Otra vez, pongámonos en el contexto de la época para darnos cuenta de la preocupación y de los esfuerzos de Juan de Porres. Nos encontramos muy lejos de la “leyenda negra de los abominables conquistadores” que se propagará ulteriormente, en particular en los países de la Reforma y futuras potencias colonizadoras rivales y más tarde triunfantes de España, una leyenda que a pesar de todo sigue prosperando... sin, muchas veces y desdichadamente, una preocupación efectiva de verdadera invertigación histórica privada de razonamientos anacrónicos.
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Después Juan de Porres volvió a Lima para recibir del virrey sus órdenes antes de irse a Panamá como gobernador (1592). Dejó entonces dinero a su tío materno, Diego de Miranda y Paz, que vivía en Guayaquil, para que cuidara a los hijos. Martín que tenía 13 años se trasladó a Lima para vivir con su madre y su hermanita. Se hizo aprendiz en la casa de Mateo Pastor y Francisca Vélez de Pastor, una pareja de herboristas. Con ellos aprendió las enfermedades y las medicinas. Trabajó también como ayudante de un cirujano – barbero llamado Marcelo Ribero. Adquirió entonces conocimientos que lo fueron muy útiles algunos años más tarde cuando se hizo fraile enfermero.


En 1600, Juan de Porres siempre en Panamá envió a sus hijos una carta para decirles que había recibido la cruz de caballero de Santiago por el Rey Felipe III de España. Con la carta venía también dinero. Al ver, Martín, que desde entonces su madre y su hermana pudieran vivir más fácilmente, decidió solicitar su admisión en una comunidad religiosa. Se lo admitió en un convento dominico de Lima donde sirvió como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes y haciendo con entusiasma las tareas más humildes, lo que le valió el apodo de "Fray escoba".
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Al aprender el asunto Juan de Porres se puso furioso y pidió al superior del convento que se acogiese a su hijo don Martín de Porres con el rango que correspondía a su estado de hidalgo. Pero Martín rechazó la intervención paterna y siguió barrando, doblando las campanas y haciendo los trabajos menos gratificantes, repitiendo "Laborare est orare" (trabajar es orar). Y aun cuando no fue donado sino Fray Martín, siguió teniendo un vestido remendado. Con la ayuda, en particular de su hermana casada con un caballero español, fundió orfanatos, ayudaba a todos, indios como esclavos y españoles. Y un poco como Francisco de Asís, se presenta a San Martín de Porres al lado de un gato, un perro, y un ratón que comen en la misma escudilla.
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En 1639 el superior del convento de Martín de Porres, pidió al hermano que curara al arzobispo de Méjico, Feliciano de la Vega. Curada, la importantísima autoridad quiso llevarle a Méjico pero Martín rechazó este honor. Al fin del mes de octubre del mismo año, al cumplir casi sus 60 años, Martín tuvo que encamarse con mucha fiebre. El virrey de Perú, Luís Jerónimo de Cabrera y Bobadilla, conde de Chinchón, vino a visitarle algunas horas antes de la muerte el 3 de noviembre de 1639.
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Se enterró a Martín de Porres, humilde hermano dominico, nacido de una mujer de color quizás esclava y de un caballero español, con los honores más grandes, en presencia de todos los pobres de Lima, indios, esclavos, vagabundos y ladrones españoles, pero también de las autoridades civiles, militares y eclesiásticos de nivel más elevado, entre ellos el Virrey de Perú y el arzobispo de Méjico. Eso ocurrió en el imperio español del siglo XVII…
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Juan de Porres y Ana Velásquez, seres excepcionales, cada uno a su manera, aunque no tenemos muchas informaciones sobre sus vidas, fueron entonces los padres de Martín de Porres (dicho también Martín de la Caridad), el primer hombre de color americano beatificado (1836) y canonizado (el 6 de mayo de 1962 por el Santo Padre Juan XXIII) mientras que la investigación en vista de su eventual beatificación había empezado muy pronto después de su muerta (1660).
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Los restos del santo están bajo el altar mayor de la iglesia de Santo Domingo en Lima, al lado de los de San Juan Macías y de Santa Rosa de Lima, sus contemporáneos. Se venera a este humilde dominico en particular en los países de la Hispanidad. Sus tallas adornan muchísimas iglesias, por ejemplo la de Santiago, construida en 1609 en Méjico ciudad (Plaza de las tres culturas). Y muchas parroquias llevan su nombre desde Madrid hasta Manilla, pasando por mucho más lugares.
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1 comentario:

Unknown dijo...

¿Quien es el Autor de esta pagina? GRACIAS

Ad Majorem Dei Gloriam

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