Nadie puede negar que Marie
Curie fue una de las científicas más importantes de la historia. Las
investigaciones que llevó a cabo junto a su esposo la llevaron a convertirse en
la primera mujer de la historia en ganar un Premio Nobel. Sin embargo, esto le
valió también las miradas del mundo, sobre todo en lo que respecta a su vida
personal. Por suerte otros colegas como Albert Einstein
le dieron su apoyo incondicional.
Pierre Curie falleció en 1906 durante un accidente
en la calle, por lo que Marie era viuda cuando comenzó una relación con Paul
Langevin, un profesor de física que trabajó con Pierre. El joven físico estaba
casado, pero separado desde hacía un buen tiempo. Sin embargo, su esposa
sucumbió a los celos y publicó en los medios las cartas que Marie y Paul se
enviaban.
La
población en general enloqueció, llamándo a Marie rompe hogares. Al regresar de
una conferencia en Bruselas encontró a un grupo de personas frente a su casa,
protestando contra ella. Al enterarse Albert Einstein de todo el alboroto, se
lamentó de que la prensa hubiera tomado el tema de esa forma y que intentaran
destruir la carrera de la científica.
En una carta asombrosa, Einstein le
dice a Marie Curie que no debe dar crédito a lo que la prensa publica. Sus
palabras son simples pero realmente consoladoras para una de las mujeres
brillantes de la historia. Sin dudas es digna de ser leída nuevamente, para
recordar a estas dos personas que contribuyeron a la ciencia:
Muy
estimada señora Curie,
No
se ría de mi por escribirle sin tener nada sensato para decir. Pero estoy tan
enfurecido por la forma en que actualmente el público ha osado interesarse en
usted que me es absolutamente necesario ventilar este sentimiento. Sin embargo,
estoy convencido de que desprecia consistentemente a esta chusma, si se prodiga
un obsequioso respeto de usted o si se intenta satisfacer el deseo de
sensacionalismo. Me veo obligado a decirle lo mucho que admiro su intelecto, su
impulso y su honestidad, y que me considero afortunado por haberle conocido
personalmente en Bruselas. Cualquier persona que no encaje entre estos reptiles
ciertamente es feliz, tanto ahora como antes, que tenemos entre nosotros a
figuras como usted, y Langevin también, personas reales con las que cualquier
ser humano se siente privilegiado de mantener contacto. Si la chusma continúa
metiéndose con usted, simplemente no lea esa tontería, déjasela al reptil para
el que fue fabricada. Con los saludos más amables para usted, Langevin, y
Perrin, atentamente,
A. Einstein
Sin dudas Marie Curie era
mucho más que el escándalo amoroso que la prensa tomó como una noticia pública.
Fue la primera mujer de la historia en ganar un Nobel y la única persona en
ganar en dos ciencias diferentes. Por suerte la historia la recuerda como la
genial científica que fue.
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