Lo que nadie
esperaba: emerge en Francia una nueva generación de católicos cada vez más
conservadores y comprometidos con la renovación moral del país, que da las
espaldas al clero progresista y a los decrépitos “valores republicanos” del
laicismo, con un marcado sentido de militancia.
Lo que
nadie esperaba: emerge en Francia una nueva generación de católicos cada vez
más conservadores y comprometidos con la renovación moral del país, que da las
espaldas al clero progresista y a los decrépitos “valores republicanos” del
laicismo, con un marcado sentido de militancia.
En
las manifestaciones contra el "matrimonio" homosexual los jóvenes
tuvieron un papel preponderante.
El hecho no se restringe a
Francia, pero es allí donde se manifiesta como la faceta más saliente de un
fenómeno que es mundial [1]:
una nueva leva de católicos comprometidos en la defensa de la institución
familiar y en la vigencia de la moral en la sociedad.
Pastores que se
distancian del rebaño
Por sus características,
esta juventud ha causado consternación a la misma Conferencia Episcopal
francesa, afirma el vaticanista Jean-Marie Guénois en la revista “Figaro
Magazine”. Sucede –explica– que el episcopado francés está con “mala conciencia” por
haber cortejado durante décadas al socialismo y al comunismo, bajo pretexto de
“conquistar la clase obrera”.
Jean-Marie Guénois
Pero
tras “modernizarse” al punto de diluir la identidad eclesiástica hasta hacerla
casi irreconocible, a finales del siglo XX la Conferencia Episcopal se percató
de que con ello había perdido su influencia sobre una clase trabajadora cada
vez más conservadora y refractaria a la prédica revolucionaria.
Entonces el órgano
episcopal cambió de estrategia, buscando presentar una nueva imagen de “Iglesia
joven”, desacralizada e igualitaria. ¿El resultado? “Hoy –dice
Guénois– puede haber perdido su propia juventud”,
es decir, al sector católico juvenil, incluyendo buena parte del clero joven.
Muchos obispos –agrega–,
aunque se jactaban de su argucia en leer los “signos de los tiempos”, han
mostrado una inexplicable “ceguera” al ignorar la inmensa transformación
ocurrida en el espíritu de esos jóvenes, cada vez más orientados hacia valores
familiares y tradicionales.
Podemos mencionar un hecho
característico, que hemos acompañado de cerca: mientras en el año 2013 cientos
de miles de católicos, en su gran mayoría jóvenes, tomaban las calles en
Francia para protestar contra el proyecto de ley socialista de “matrimonio”
homosexual, el Consejo Familia y Sociedad del Episcopado francés se movía en
sentido exactamente opuesto. Y en vez de rechazar categóricamente tales uniones
antinaturales, exhortaba a que se valore la “riqueza” contenida en la amistad homosexual y
proponía otorgar a las parejas del mismo sexo una “unión civil mejorada”...
El
año 2013 cientos de miles de católicos tomaban las calles en Francia para
protestar contra el “matrimonio” homosexual.
¿Qué significa ahí “mejorada”? Para el católico, habiendo una situación de
pecado la única forma posible de “mejorarla” es abandonarla, tal como mandó
Nuestro Señor: “no peques más” (Juan,
5, 14 y 8, 11). Pero para el órgano episcopal “mejorar” esas uniones
pecaminosas y antinaturales parece ser favorecerlas, dotándolas de un beneficio
legal a su medida...
Salen a luz
disensiones entre obispos
Hubo
por cierto, señala Guénois, obispos que se pronunciaron a favor de las masivas
movilizaciones ciudadanas a favor de la moral familiar. Pero la mayoría se
resistió a participar en ellas, y varios incluso siguen cooperando con el poder
socialista.
Finalmente
los desacuerdos sobre el tema terminaron dividiendo a los obispos. En la sesión
plenaria anual de la Conferencia Episcopal, realizada en Lourdes en abril de
2014, los resistentes a la línea progresista se desahogaron como nunca lo
habían hecho antes.
La gota que rebasó el vaso
fue la invitación de la Conferencia Episcopal a una líder feminista radical, Fabienne Brugère para disertar en una jornada nacional
de responsables de pastoral familiar diocesana.
Esa activista
revolucionaria, explica Guénois, es “discípula de Judith Butler, la ’papisa’
norteamericana de la ideología de género”, que llega a considerar
que las diferencias entre los sexos no existen, son una pura“ficción social”. Por eso la
insólita invitación “fue vista, a justo título, comouna verdadera
provocación por
varios obispos y delegados diocesanos”. Y generó un terremoto de
reacciones de tal monta, que obligó a cancelar el evento.
Cifras que
retratan una realidad profunda
Esta
juventud conservadora no es un fenómeno surgido de la nada, o de las masivas
manifestaciones en contra del “matrimonio” homosexual. Su origen remonta más
lejos y toca más hondo.
Miles
de jóvenes franceses hacen una peregrinación todos los años de París a la
Catedral de Chartres.
Se trata de una generación
formada en un ambiente de renovado aprecio por la vida familiar. Ella quiere la interioridad, la oración y la cultura,
explica Guénois. Por eso no entiende el desorden y la vulgaridad que se apoderó
del clero y del culto en muchas parroquias católicas.
No
nació de los movimientos eclesiales y no se interesa por las disputas de la
época posconciliar. En cambio, quiere mostrarse ufana de su catolicidad.
Según dos encuestas
mencionadas por “Figaro Magazine”, el 90% de los jóvenes participantes de las gigantescas
movilizaciones denominadas La Manif pour Tous (“La manifestación para todos”) son católicos practicantes entre 16 y 30 años.
El seis por ciento de ellos
va a Misa todos los días. Para el 77%, la devoción
eucarística ocupa un papel “esencial” o “muy importante” en la vida. Y quieren entender la Sagrada
Eucaristía en un sentido genuinamente católico y no con las distorsiones
modernistas.
De esta generación, el 72% prefiere el nombre de “católico” en
lugar de “cristiano”, al contrario de lo que sucedía en los
años 70. Y el 58% se siente cómodo con la enseñanza moral de la Iglesia, sobre
todo en lo que respecta a la moral conyugal.
“Espiritual
y cultivada, esta nueva generación que se afirma católica sin complejos
perturba a una parte de los obispos”, dice Guénois, porque ella actúa libremente, segura de sus
objetivos y desvinculada de un clero que abandonó la dimensión histórica de la
Cristiandad y de la cultura católica.El 99% ha recibido su formación católica en el
seno de la familia, y no en movimientos de Iglesia.
Un nuevo
sentido de militancia católica
La
presencia de esa corriente señala en Francia el despertar de un catolicismo
nuevamente militante, insumiso a los clichés gastados de la modernidad, y
también desinteresado de los partidos políticos que, por su parte, la buscan
pero sin éxito.
Este desinterés
político-partidario alcanza a los ciudadanos de toda edad, y se revela
claramente en un sondeo de IFOP dado a conocer el 11 de mayo de 2015 . Dos
tercios de los franceses (65%) ya “no son más sensibles a los términos
’república’ y ’valores republicanos’”, que “no les dicen verdaderamente nada porque ... han perdido su valor
y significado”.
En la raíz de este
desinterés hay sobre todo escepticismo ante “la falta de
credibilidad de
la palabra ’política’. Los electores
se han vuelto muy desconfiados. Y se espera que sean aún más
escépticos cuando los responsables políticos invocan grandes principios”,
dice Vicent Tournier, del Instituto de Estudios Políticos de Grenoble.
Decepcionada de un lado con
los pastores conniventes con una revolución cultural que agrede la fe y la
familia, y de otro lado con los políticos exponentes de una democracia
fraudulenta y agotada, hija de un laicismo que sólo genera corrupción, esta
juventud católica configura una“generación inédita” ,
inesperada, que está sorprendiendo a propios y extraños.
La
“generación inédita” está sorprendiendo a propios y extraños.
Ella se muestra, dice
Guénois, como “una señal precursora de un posible despertar
del catolicismo en Francia. Codiciada, sorprendente, inspirada, esta generación de insumisos es un vivero de talentos que aún no ha
dicho su última palabra”. Lo
cual augura, a medio plazo, un renacer religioso y cultural a partir del cual
Francia pueda recuperar su identidad histórica esencial, de “hija primogénita
de la Iglesia”.
FUENTES:
1. JEAN-MARIE GUÉNOIS, ’Cathos’ et rebelles (“Católicos y rebeldes”), “Le Figaro”, 18-4-2014 http://www.lefigaro.fr/actualite-france/2014/04/18/01016-20140418ARTFIG00074-cathos-et-rebelles.php
3. LUIS DUFAUR, Jóvenes franceses encuentran ’fuera de moda’ obispos y políticos modernizados, "Instituto Plinio Corrêa de Oliveira", 27-06-2014http://ipco.org.br/ipco/noticias/jovens-catolicos-franceses-acham-demodes-bispos-e-politicos-modernizados
4. AVENIR DE LA CULTURE, Com
1. JEAN-MARIE GUÉNOIS, ’Cathos’ et rebelles (“Católicos y rebeldes”), “Le Figaro”, 18-4-2014 http://www.lefigaro.fr/actualite-france/2014/04/18/01016-20140418ARTFIG00074-cathos-et-rebelles.php
2. Les
Français lassés par les "valeurs républicaines" (“Los franceses hartos de los ’valores republicanos’”), “Le
Salon Beige”, 11-05-2015http://lesalonbeige.blogs.com/my_weblog/2015/05/les-fran%C3%A7ais-lass%C3%A9s-par-les-valeurs-r%C3%A9publicaines.html
3. LUIS DUFAUR, Jóvenes franceses encuentran ’fuera de moda’ obispos y políticos modernizados, "Instituto Plinio Corrêa de Oliveira", 27-06-2014http://ipco.org.br/ipco/noticias/jovens-catolicos-franceses-acham-demodes-bispos-e-politicos-modernizados
unicado del 17 de enero 2013, «Un rey débil torna débil al
pueblo más fuerte»,http://www.avenirdelaculture.fr/article/avenir-de-la-culture/communique-%C2%AB-un-roi-faible-affaiblit-le-peuple-le-plus-fort-%C2%BB
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