lunes, 5 de octubre de 2015

ACTO ELECCIONARIO- Un desafió a la historia... Por el Señor Cab Tcnl Don José Javier de la Cuesta Ávila OCSSPSIL (LMGSM 1 / CMN 73)




Nosotros, los argentinos, nos encontraremos ante el desafío de elegir autoridades y, entre ellas, a quien será el Presidente de la Nación. Todo acto eleccionario es importante, pero este, adquiere un valor desacostumbrado, pues enfrenta dos modelos culturales  para el país,de cuya efectividad está el destino de la Nación. Este tema se presenta en un mundo en crisis,con los efectos propios del acercamiento que caracteriza el siglo actual que si bien cambia la civilizacion intenta maneter las raíces culturales.Los  hechos de lugares alejados, aun en las antípodas,tienen reflejoslocales, por la universalización resultante del proceso tecnológico de globalización. Además, la Naturaleza, por efectos del calentamientoatssmosférico, está produciendo situaciones que alarman,por estar fuera de control. Hasta la guerra de naciones, ha dejadolugar a un tipo de enfrentamiento, que une métodos que se asemejan más al bandolerismo mafioso.El terrorismo sin ley, actua y se desarrolla fuera de control y con agresividad crciente.

Nosotros, por lo tanto, vivimos una tragedia, que no tan solo alcanza a nuestra generación, sino que pone en peligroso riesgo el futuro de nuestra descendencia. Bajo tal situación, nos vemos convocados a una elección, cuyo resultado, puede llevarnos a un mañana incierto o darnos el apoyo que permita superar problemas y alcanzar el éxito. Nos vemos ante una situación que trae a la memoria la fabula de Esopo "La cigarra y la hormiga" que enfrenta al goce actual con el esfuerzo para el futuro y, consecuentemente, nos lleva a una moraleja similar.

La situación del país es grave, pese a que algunos señalan avances. La pérdida del valor de la moneda, que fue usada como medio de atender déficit fiscal, y no como un elemento de apoyo, crea dudas en los mercados. Un pasado financiero, que llevo al endeudamiento del Estado Argentino, obra el demérito de la actividad privada. El olvido de las bases constitucionales,han conducido a un centralismo creciente, que subordina a las provincias a la voluntad nacional. El avance del delito de "guante blanco", perfora los valores de la ética y la moral ciudadana. Sin dudas, nuestros mayores, que fundaron el país y nos dieron sus esfuerzo con su sacrificio, se sentirían desolados ante tanta desgracia.
¿Qué paso para que nosotros, los herederos, se hayan equivocado tanto? La respuesta es tan simple que aturde. Hemos depositado el manejo de la "cosa pública", en algunos que no fueron o no pudieron dominar las cuestiones de estado. La Historia Argentina, sin embargo, muestra momentos luminosos, que han sido fruto de hombres ejemplares, que dieron tal calidad, que éramos la  magnífica sorpresa en un tiempo de cambios profundos en la civilización. La Historia Argentina muestra que se debatió sobre la "forma de gobierno" casi medio siglo y que acordaron las provincias autónomas, herederas de las soberanías de las intendencias hispánicas, que ella seria "representativa, republicana y federal". Esta fórmula es como un conjunto indisoluble, por lo que, la caída de uno de sus bases, viciaría al todo.

Eso es lo que sucedió, alcanzando su pináculo en la "reforma constitucional" del año 1994, que, en lugar de perfeccionar lo actuado conforme los avances de la vida de las naciones, creo un nuevo sistema que al, dejar sin efecto el elemento "federal", destruyo el principio que constituía la forma de gobierno pactada. Para colmo, al disminuir el tiempo de mandato de la Presidencia de la Nación, que paso de 6 años a 4, y crear la reelección,  hizo que el país se rigiera por la cantidad de habitantes de cada distrito y no por los derechos ancestrales que habían movido al pacto en el año 1854. Llama la atención que la mencionada reforma fuera  aprobada por los representantes provinciales y ello solo se entiende, cuando se  los observa como "militantes políticos" y no "representantes provinciales". La realidad es que buscaban  solo la "reelección" o la "participación minoritaria" en un "hábil" juego político. Es decir, los firmantes del denominado "Pacto de Olivos", tenian mas razones personales que institucionales,  en su accionar y motivaron esta variable en lel orden constitucional que hoy nos afecta tanto.

Ninguno de los candidatos a ser elegidos como Presidente de la Nación, se han referido a esta cuestión sustancial, o sea la vuelta perfeccionada a la forma de gobierno que prescribe la Constitución Nacional en su artículo 1ro., Ello hace`pensar que seguirán el  mismo sistema y, lógicamente, ello llevara a las mismas consecuencias ya enumeradas. En una civilización, como la actual, que aproxima a las gentes sus problemas, surge, al mismo tiempo y con fuerza singular, la búsqueda de la identidad propia de cada localidad. Nuestros abuelos tuvieron la habilidad de encontrarse y dejar fuera a aquellos que querían tener su propio estado (tal como es el caso de Uruguay y las provincias del Alto Perú), ello nos hizo fuertes y poderosos.  o lo olvidemos, pues allí está el real sentido de una Patria que hemos formado.


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