lunes, 26 de octubre de 2015

Papá, deseo hacerte algunas preguntas. Por S.E. Cab Gran Cruz Dr. D Ricardo Vanella, OCSSPSIL.

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- Papá, deseo hacerte algunas preguntas.

- Con todo gusto te responderé hijo, con mi mayor buena fe y con todo el conocimiento que yo disponga. Pero debo advertirte que no poseo todas las respuestas; lejos de ello, a mí también me quedan muchas preguntas aún por responder.

- Papá, los políticos... ¿Son todos deshonestos?

- No, hijo; eso se ha convertido en una frase cotidiana que repiten en todo el mundo, porque hay mucha gente en importantes cargos que se focalizan exclusivamente en acumular dinero y poder, a cualquier costo. Pero hay muchos otros que son honestos, que tratan de cumplir sus obligaciones con buena fe y sufren sinceramente por las cosas que no funcionan en la sociedad. 

- Y los empresarios... ¿Son todos aprovechadores y explotadores? 

- Algunos se dedican a sacar ventaja de los otros; pero muchos otros se levantan muy temprano y se acuestan muy tarde, y se pasan el día trabajando, creando trabajo, riqueza y prosperidad para mucha otra gente.

 - Y la policía... ¿Ya no nos cuida?

 - Existen hasta películas y documentales que muestran a policías que no honran su uniforme. Pero también existen muchos otros que ingresan a la Fuerza con profunda vocación, y que, a pesar de las dificultades que puedan presentarse, siguien siendo policías de verdad. Tienen sueldos bajos, viven con escasos recursos, y son a quienes recurrimos inmediatamente ante un problema grave, para que nos socorran. 

- ¿Y los medios de comunicación mienten? 

- Habrá quienes cierran un ojo, otros que se hacen los distraídos, otros que visten la casaca del campeón de turno; pero hay muchos que procuran un verdadero equilibrio, que buscan hechos de verdad, que colaboran a que la gente sepa lo está ocurriendo. Si yo creyese que todos mienten, ¿Por qué te habría sugerido que comenzaras a leer el periódico, para ayudarte a madurar?

 - Y los bancos... ¿Se quedan con el dinero de la gente? 

- En ocasiones, algo así ha ocurrido; pero cuando las cosas funcionan normalmente, las instituciones financieras ayudan a progresar a la gente. Sin ir más lejos, fíjate cuántos vecinos compraron sus casas, sus autos o sus ropas gracias a un crédito que les dio un banco, o accedieron al supermercado gracias a la tarjeta de crédito. 

- Y esa gente vestida con harapos... ¿Son todos los pobres una amenaza? 

- Hijo, que quede bien claro: ni la vestimenta, ni el origen, ni la raza, ni sus creencias, ni el color, ni el dinero, determinan la bondad o la maldad de una persona. Ni tampoco son indicios de su inferioridad, ni de su superioridad.

 - Pero entonces, Papá: ¿Cuál es el bando de los malos, y cuál es el de los buenos? 

- Hijo, la vida no es tan simple como en las películas, en donde los buenos estántodos de un lado, y todos los malos del otro. Debes buscar cuidadosamente la verdad, comprendiendo y evaluando lo que te rodea.

La realidad siempre manifiesta dos lados, dos aspectos, dos polos, un par de opuestos. Por eso los viejos decían: “Siempre hay un reverso para cada anverso”.

Tal vez no haya equipo en donde todos los jugadores sean absolutamente malos, ni todos absolutamente buenos; por eso debes ser muy prudente, respetando también a los otros clubes que participan del campeonato.

- Pero, Papá... Mamá y tú siempre me dicen que en el colegio juegue con los chicos buenos. ¿Cómo hago para saber quiénes son los buenos y quiénes los malos?

- La respuesta nació contigo, en tu propio corazón; no hace falta que hagas un curso para saber que el respeto, la consideración, la honestidad, la solidaridad, la paciencia, la misericordia, hacen parte de lo que llamamos, razonablemente, “ser bueno”.

Si en una habitación en donde hay varias guitarras afinadas de manera análoga, tomas una de ellas y pulsas vigorosamente una cuerda, ese movimiento provocará vibraciones simpáticas en las correspondientes cuerdas de las otras guitarras. Del mismo modo, si eres una persona correcta, simpatizarás con las otras personas correctas. Es algo natural, así como las jirafas se reconocen entre ellas, e igualmente los leones, los elefantes, los perros, los gatos y las ratas.

Sin caer en una tonta ingenuidad, si eres bueno, los buenos te reconocerán; y con ellos estarás. Recuerda siempre la enseñanza de aquél anciano maestro, que decía a su discípulo: “Para poder distinguir a una persona sabia no necesitas gran cosa; sólo tienes que ser sabio”. 

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