La adaptación a un contexto globalizado está en los genes de los jesuitas. San Ignacio ha promovido una visión universal claramente presente en la contemplación de la Encarnación (EE 102), que se traduce en lo que hasta ahora es una sensación desconocida de ser enviado en una misión apostólica global, y con una dimensión de disponibilidad y mobilidad para la mayor gloria de Dios. Incluso el cuarto voto es en sí una llamada a la universalidad, al servicio del obispado de la Iglesia mundial; y la unión jesuita de mentes y corazones es un medio espiritual que promueve unidad en una misión que dispersa inevitablemente el cuerpo apostólico por todo el mundo… ¿Acaso no estamos listos para las redes?
Empezamos llamándole cooperación interprovincial hace 50 años. Lo curioso desde entonces es que la atención creciente del medio corporal y la universalidad de la misión jesuita, cristalizada en las prioridades apostólicas formuladas en 1970 (repetidas en 2003 y actualizadas en 2008), no han sido igualadas con una actualización de nuestras estructuras. El desarrollo organizacional es de hecho una de las claves apostólicas para el futuro. Nuestras estructuras existentes deben ser renovadas para que podamos responder mejor a los retos globales y a los problemas internacionales de hoy y mañana. Esta, y nada más, es la razón por la que los jesuitas están desarrollando redes: son redes que promueven lo bueno de la misión.
Desde la década de los setenta hemos estado creando redes: espacios colaborativos al servicio de la misión. Algunas operaron por unos años y superaron su utilidad, otras ni siquiera despegaron. Algunas redes simplemente sirvieron de soporte para obras individuales, centralizando e integrando servicios o vínculos comunes entre empresas localizadas en un solo lugar. Otras, sin embargo, pueden ser consideradas redes organizacionales en las que miembros en distintos lugares coordinan esfuerzosy actúan en conjunto como un solo cuerpo.
Es precisamente este nivel de actuar que está en juego en el nuevo impulso hacia las redes jesuitas, uno en el que las instituciones e individuos se ven a sí mismos como parte de una misión más amplia y que trasciende los límites de su institución o región. Nos han dado una misión que es universal. Para responder como debemos en la actualidad, debemos desarrollar nuevas estructuras y formas de actuar. ¿Las redes pueden ser la respuesta?
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