lunes, 5 de octubre de 2015

Carpe Diem. By Cab GC Dr D Ricardo Vanella OCSSPSIL.Chairman of the Advisory Board - Founder President Emeritus at REAL (Argentine-American Network for Leadership.


Horacio, un poeta romano que murió ocho años antes del nacimiento de Jesucristo, expone en sus Odas su visión de la vida: hay que saber hacer uso de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la adversidad, y debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios. Allí escribió la famosa expresión "Carpe diem", una locución latina que literalmente significa "Cosecha el día", una suerte de reflexión y llamado a aprovechar el tiempo, y a no malgastarlo. 

La frase completa es Carpe diem quam minimum credula postero, que significa "aprovecha el día" (es decir, no malgastes el momento), con el agregado: "no confíes en mañana". Esta última parte puede ser entendida como "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"; o bien: "vive cada momento de tu vida como si fuese el último de tu existencia". Quizás sea una exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado, no apostándolo todo sólo hacia el futuro, el cual es incierto. 

Hay quienes interpretan esta parte como un síntoma de irresponsabilidad y falta de consciencia en el ser. Por el contrario, otra lectura de la misma frase, destaca la actitud de vivir intensamente cada instante, de afrontar la vida con optimismo y alegría. 

Carpe diem quam minimum credula postero. "Aprovecha el día, no esperes a mañana para hacerlo". 

Es una propuesta no sólo filosófica, es también operativa en nuestra cotidianeidad: vivamos intensamente, aprovechemos el tiempo para amar a quienes se encuentran a nuestro alrededor. 

Y si no tenemos a nadie, busquémoslo; de seguro lo encontraremos, porque de seguro habrá alguien buscándonos, con equivalente deseo al nuestro. 

No quememos la vida en la hoguera de los pequeños inconvenientes. 

No desperdiciemos la vida buscando vaciedades en escaparates de cartón pintado. 

No malgastemos nuestras vidas entre los espejos y escombros de un laberinto que carece de salida simplemente porque tal laberinto no existe. 

Miremos las cosas en su verdadera dimensión. 

Apreciemos nuestra existencia, que toma significado también con y a través de la existencia de los otros. 

Gocemos de la vida construyendo la nuestra, y colaborando en la construcción de la vida de nuestro prójimo. 

Siendo útiles a los otros, serviremos y nos serviremos. 

Intentemóslo mil veces, y otras mil; y otras más, si fuera necesario. No es fácil, pero vale la pena intentar amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. 

Esa es la regla básica que puede hacernos evolucionar; enseñémosle el camino a los que no lo entienderon aún. Cuando lo hagamos, los que puedan comprender, lo harán; y vivirán mejor, y nosotros también. 

Carpe Diem. Cosecha tu vida. 

Hagámoslo ahora, a partir de este preciso instante. 

No hace falta esperar a mañana. Carpe Diem. Aprovechemos la vida. 

Copyright © 2015 by Ricardo Vanella. Todos los derechos reservados. 

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