sábado, 31 de octubre de 2015

Las universidades jesuitas deben ser agentes de cambio.





Bandera de las Américas, adoptada como símbolo 
de las Américas por la séptima conferencia 
internacional Americana de Montevideo 
el 13 de diciembre de 1933.



Ser agentes de transformación social es una de las preocupaciones que comparten las instituciones educativas de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), señaló José Morales Orozco, SJ, rector del ITESO durante la celebración del Día Ausjal.
Morales Orozco retomó la invitación que Peter Hans Kolvenbach, SJ, (Padre General de la Compañía de Jesús de 1983 a 2006), hizo al afirmar que las universidades de la Compañía de Jesús deben ser fieles al sustantivo universidad y al adjetivo jesuita.

El Rector enfatizó, durante la actividad efectuada el pasado martes 27 de octubre en el Auditorio A,  que las universidades de Ausjal están inmersas en un contexto particular, donde existen inequidad, corrupción, impunidad, crimen organizado y violencia.

Arturo Reynoso, jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, señaló que las universidades de Ausjal deben identificar los procesos culturales, políticos y sociales que dieron origen a situaciones de violencia, por ejemplo.

“La violencia en el país no empezó hace cinco años, ni hace diez años, ni hace 20 años”, señaló Reynoso, quien agregó que es un efecto de las personas que se quieren formar que estas sean “integrales, tienen que ser capaces de preguntarse más allá, no quedarnos solamente con la foto de la realidad”.

Tras remarcar que el ser jesuitas es lo que distingue a las instituciones educativas de Ausjal  de otras universidades, Morales Orozco recalcó que en la asociación también existe una preocupación constante de calidad académica y de pertinencia social.

“Una calidad académica que esté enfocada siempre a la transformación social, que tenga impacto social”, sentenció.

¿Qué implica ser una universidad jesuita en América Latina?, preguntó Juan Carlos Núñez, titular  de la Dirección de Integración Comunitaria, quien fungió como moderador de la discusión entre ambos jesuitas.

“El padre (Ignacio) Ellacuría, SJ decía que cada universidad debe ser un proyecto social, y una red de universidades debe ser también un proyecto social, tenemos que estar muy atentos al contexto concreto en el que estamos situados para ser agentes de transformación social”, dijo Morales Orozco.
El también ex presidente de Ausjal, señaló que existe una red dentro de la asociación que trabaja en los ámbitos de la desigualdad, la pobreza y el medio ambiente en las universidades jesuitas.

Retos de las universidades jesuitas


El Rector del ITESO indicó que el reto de las instituciones educativas confiadas a la Compañía de Jesús es interconectar las redes de universidades jesuitas de América Latina, Europa, África, India, Asia-Oriental.

“Hay problemas globales que tienen que ser abordados globalmente, como decía el Padre General (Adolfo Nicolás). Uno de ellos es la injusticia, la pobreza es otra de ellas, el diálogo con las culturas y finalmente el problema ecológico. Esos tienen que ser abordados mundialmente por las universidades jesuitas”.

¿Hasta dónde podemos incidir, qué tanto hemos logrado en esta misión de las universidades jesuitas?, cuestionó Núñez.

Uno  de los grandes retos que tienen las universidades es medir el impacto de sus acciones en relación con la incidencia en políticas públicas, respondió Morales.

El Rector señaló que las instituciones de educación básica, media superior y superior son medios de la Compañía de Jesús a través de los cuales puede realizar su misión.

“Para nosotros el ITESO no es sólo una universidad, sino es una obra apostólica de la Compañía de Jesús, y estamos convencidos que a través de  ella podemos vivir nuestra misión como jesuitas”, concluyó el Rector.

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