Legión de Patricios de Buenos Aires 2024
Presidente Julio Vicente Uriburu
Secretario Alejandro Estrugamou
El Teniente Coronel Don José de San Martín, retirado del
Ejército Real Español, deja Cádiz en 1811 con rumbo a Londres.
Allí se aloja en el hotel Sabloniere en Leicester Square y
luego en casa de Francisco Miranda en Grafton Street donde se reunían los
americanos
Según investigaciones dignas de crédito, es dentro del área
de estas localidades, donde adquiere su famoso sable corvo en condición de
“usado”, de manos de alguno de estos siete fabricantes de sables residentes en
la zona:
a. Samuel Brunn
b. Thomas Gray
c. Richard Johnson
d. John Prosser
e. George Reddel
f. J. Sydenhay
g. R. Feed
Decimos “fabricantes”
ya que en ese entonces se trataba de simples ensambladores de partes adquiridas
a otros proveedores. El proceso
involucraba a forjadores,
alquimistas, ebanistas, galoneadores y
comerciantes. Se desconoce el precio
pagado.
D José de San Martín
se embarca en la “George Canning” junto a su corvo y otros camaradas, arribando
al Buenos Aires luego de cincuenta y dos días de navegación.
Detalles del sable:
En la época de su adquisición, esta clase de sables (largo
de coraceros franceses), eran de la preferencia y paradigma de los Generales
del Imperio francés como Massena, Lannes y Murat, descubiertos durante la
Campaña a Egipto de 1798/1801. El mismo Napoleón trajo uno para su uso
personal.
La denominación apropiada del corvo de San Martín es la de
sable tipo “Shamshir persa”. La traducción más acorde es “curvado como las uñas del tigre”. Forjado como acero de Damasco (“wootz”), procedente del sur de las Indias y
acero alemán.
Su procesamiento,
sintética pero cronológicamente,
era el siguiente:
El
“wootz” (acero: alma del sable), era transportado y entregado al espadero en
cilindros amorfos de colores claros y suaves al tacto.
El artesano fabricaba la hoja en láminas en horno abierto y
tras muchas horas de yunque y martillo.
Luego venía el templado y “ataque” con ácidos diluidos y
soluciones salinas y el afilado de la espada, tarea artesanal ardua y
minuciosa.
Aparecía así el acero de Damasco con los toques sutiles de
cara forjador o armero y los detalles particulares encargados
por cada adquirente. EL corvo también tiene en su hoja láminas de acero
de Solingen.
Posteriormente era el carpintero o ebanista, quien fabricaba
las cachas en materiales diversos como el ébano, astas de búfalo, marfil,
roble, cuerno de rinoceronte, etc. La de nuestro Héroe Nacional es de ébano.
Paralelamente o a posteriori, el pasamanero o galoneador
elaboraba con delgados cordeles y trencillas de oro, plata y algodón, la
dragona y si cupiere, los tiros del sable para ajustar al cinturón.
Era el fabricante o ensamblador, que reunía todas las partes
antes citadas y “armaba o ensamblaba” el sable definitivo, al igual que hoy en
el mundo globalizado se ensambla un automóvil.
Periplo del sable corvo:
En 1824 al iniciar su exilio en Europa, el Grl San Martín deja su famoso sable corvo en
Mendoza bajo la custodia de una familia amiga y muy allegada.
En 1834 escribe a su
yerno Mariano Balcarce y a Merceditas,
para que le traigan el sable “que me ha servido en mis campañas de América… y
que servirá para algún nietecito, si es que lo tengo”.
En 1850 Terrero envía el sable por disposición testamentaria
del Libertador, al General de la
República Argentina don Juan
Manuel de Rosas.
Rosas lo entrega a su
amigo Juan Nepomuceno Terrero en carácter de obsequio y a su muerte lo hereda
su esposa Juanita Ràbago de Terrero.
En 1877 es heredado por su hijo Máximo esposo de Manuelita
Rosas.
En 1896 el Director del Museo histórico de la Capital, don
Adolfo P Carranza solicita por nota a Terrero y a Manuela la donación del sable
corvo.
Accedido que fuera, la caja conteniendo el sable es
embarcada en Southtanpton a bordo del
“Danube” de la Royal Mail y transbordado a la corbeta “La Argentina” en el
puerto de Buenos Aires previo al
desembarco.
El 03 de Marzo de 1897 don Juan Manuel Ortiz de Rozas
entrega al Presidente José Evaristo Uriburu el sable sanmartiniano; éste a su
vez lo entrega al Teniente General
Donato Alvarez para su depósito y custodia en el Museo
Histórico Nacional.
El sable corvo del Grl San Martín en nuestros días
y otros sables en las FFAA y FFSS
Por decreto del 02 de Junio de 1946 los Generales del
Ejército Argentino, utilizan el sable corvo como distintivo de mando y de haber
alcanzado la máxima jerarquía.
En formación militar de ese año, lo recibieron por primera
vez el Presidente saliente Edelmiro J Farrell, el Presidente electo Br Juan D
Perón y otros Generales promovidos.
A finales de 1980 se eligió el modelo conocido como “7/8”
más estilizado, menos curvo y más liviano que el original; actualmente se entrega
un facsímil que conserva sus líneas en
proporción de escala “1:1” con el
original.
Los Brigadieres de la FAA y Comandantes Generales de la GNA, portan la réplica del sable
francés del Manuel Belgrano desde el año 1979.
Se trata de un sable “de recompensa” y no de combate. Le fue
otorgado por la Asamblea de 1813 como testimonio por la victoria obtenida en la
batalla de Salta.
Estos sables de lujo eran encargados especialmente a famosos espaderos y
obsequiados como muestra de gratitud a alguna personalidad militar (Belgrano).
Existieron tres fabricantes de este sable: la empresa
toledana Bermejo de España, el Arsenal Naval Zárate y la empresa Jorfra.
Los Almirantes de la ARA ostentan desde 1986, el facsímil
del Almte Guillermo Brown nuestro héroe histórico naval por excelencia.
Este sable naval corvo inglés de empuñadura de marfil, fue
fabricado en 1811 por John Salter y usado por el marino escocés Robert Ramsay (Cte Royal Navy), quien lo obsequió al Almte Guillermo
Brown como muestra de aprecio y respeto.
Su hoja
tiene la inscripción: “Salter sword cutler to his Royal Higness the Duke of
Sussex/35 Strand
UN SENCILLO TRABAJO DE INVESTIGACIÒN HISTÒRICA PARA MOTIVAR
A OTROS MÀS COMPLETOS
Recopilador
Coronel
(R) Don JORGE JOSÈ TABARES*
*Compañero de Promoción 103 CMN (1968/69)
del Cte Pr (R) D Carlos Gustavo Lavado Roqué Lascano
Don Carlos Gustavo Lavado Ruíz y Roqué Lascano Ph.D., desciende de, Doña Margarita de Foix, Infanta de Navarra (madre de Don Martín López de Murúa y Lazcano), de Don Lope García de Lazcano y Doña Sancha Yañez de Loyola.
San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.
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