viernes, 30 de octubre de 2015

LOLA MORA: “es más salteña que el cigarrillo de Villgrán...”. Por S.E.Cab Gran Cruz Don Andrés Mendieta OCSSPSIL. Capitán General de la Provincia de Salta, República Argentina.





Cada vez que entre tucumanos y salteños trasladan en sus tertulias al tema   vinculado con  el lugar de nacimiento de Dolores Candelaria Mora de la Vega la  conversación levanta alta temperatura.

Entre ambos se disputan ser “propietarios” de la eximia escultora conocida universalmente como “Lola Mora”.

Ella fue salteña tal como se recogen en muchos y fehacientes los datos recogido en fuentes indiscutibles y trabajos efectuados por prestigiosos investigadores y recogidos en archivos oficiales. Huelgan las dudas...

Sobre la base de estos testimonios no cabe dudas como lo señala una parodia popular la artista: “es más salteña que el cigarrillo de Villagrán...”

Dolores Mora nació el 17 de noviembre de 1866 en El Dátil, distante a 13 kilómetros  de la plaza principal de El Tala” (capital del Departamento de La Candelaria), siendo sus padres Romualdo Alejandro Mora y Regina de la Vega.

En la Biblioteca Genealógica de la Iglesia de Jesús de los Últimos Días, Estaca Salta Oeste existe documentación donde expresa que “fue bautizada de socorro al nacer por el señor Ramón Cañavares, que figura censado en el Tala”.

Por su parte, los historiadores Antonio Sorich y Roberto Gerardo Vitry en interesante trabajo puntualizan que la familia Mora-Vega estaba radicada en El Tala desde 1857, habiendo ocupado Romualdo Mora  el cargo de Juez de Paz  en el lugar y, con posterioridad, al producirse el brote de cólera en Santiago del Estero y Catamarca fue designado Sargento Mayor Jefe del Cordón Sanitario. También esta familia aparece registrada en El Tala en el censo dispuesto por Sarmiento. Con estos antecedentes ya no existe duda de la salteñidad de Lola Mora.

             Aquí cabe una explicación y da razón que Lola Mora es salteña. La Iglesia Católica autoriza, “en caso de necesidad, cualquier persona, incluso no bautizada, si tiene la intención requerida, puede bautizar”. De aquí surge –de acuerdo a la información proporcionada por la Iglesia creada por José Smith (1805/1844),  primer profeta y fundador del movimiento conocido como Mormonismo- que nuestro personaje al nacer, estaba en peligro de vida.

En la Parroquia de “San Joaquín de las Trancas” - templo que en aquel entonces dependía del Obispado de Salta -  existe testimonio donde figura que allí recibió sacramentalmente el bautismo Lola Mora, acta que no llega a consignar el lugar de nacimiento de quien recibía el sacramento actuando como su padrino Nicolás Avellaneda, quien más tarde ocupó la presidencia de la República.

En Tucumán inició sus estudios de dibujo y pintura en una época que esa provincia apenas estaba saliendo de la vida colonial y gracias a su relación con el doctor Avellaneda pudo tomar contacto con  los más importantes centros culturales del mundo, alcanzando así una beca en Roma, donde continuó su formación en las artes plásticas y pudo conectarse con figuras más relevantes de la cultura de aquellos años.
               
                En el Viejo Mundo estudió bajo la dirección del dibujante y pintor Santiago Palcucci, Francesco Paolo Michetti y más tarde con el  excepcional Giulio Monteverde.

                En uno de sus  viajes a Buenos Aires para el asesoramiento de la ubicación de sus obras y cuando Lola contaba con sus cuarenta años de edad contrajo casamiento con un hombre 20 años menor que ella, Luis Hernández Otero, pintor argentino. El matrimonio duró seis años pero hubo una reconciliación en 1936 poco antes de la muerte de la artista salteña.

El acto civil se realizó el 22 de junio de 1909 y la ceremonia religiosa al día siguiente en la Basílica del Socorro. Actuó como madrina Rosario Clorinda G. de Avellaneda, esposa de Marco Avellaneda (hermano del ex-presidente) y fue padrino Manuel Otero Acevedo, único representante de la familia del novio. Se dice que “a los Otero no les agradaba la idea de ver a su hijo casado con una mujer que podría ser su madre”.

            Los desnudos femeninos, en sus obras, originaron una campaña de duras crítica, muy comprensivas para aquella época. No me detendré en mayores detalles de la incomprendida escultora pero sí de su producción artística tales como las que se exhiben en:

        Buenos Aires: la "Fuente de las Nereidas", colocada frente al Río de La Plata; el  monumento a Nicolás Avellaneda;  Aristóbulo del Valle; las estatuas del Mausoleo de la Familia López Lecube, en el cementerio de La Recoleta; las flores con ninfas para la casa de los Paz Anchorena; para el edificio en obras del Congreso Nacional, realizó las alegorías de la Paz, la Libertad, la Justicia, el Trabajo, el Progreso, las estatuas de Carlos María de Alvear, Mariano Fragueiro y los bustos de la República Carlos Pellegrini y de Luis Sáenz Peña.

Para Santa Fe: y grupo escultórico ha sido erigido en el monumento a la Bandera Argentina, en la ciudad Rosario.

Tucumán posee las siguientes: monumento a Juan Bautista Alberdi, la estatua de la Libertad y dos bajorrelieves para la Casa de la Independencia y un monumento  a Francisco Narciso de Laprida.

En San Salvador de Jujuy se encuentran emplazada,  alrededor de la Casa de Gobierno, las estatuas de La Justicia, El Progreso, La Paz y La Libertad; frente a la estación del ferrocarril: El Trabajo y en Ciudad de Nieva: Los Leones.

Salta luce en el Parque San Martín (Lerma y San Martín)  la estatua del Dr. Facundo de Zuviría y el monumento 20 de febrero cuenta con obras fundidas en bronce en París.

Asimismo existen trabajos de su autoría, en San Luis, San Juan, Córdoba, Mendoza y Corrientes.

Entre otras actividades de Lola Mora invirtió parte de sus recursos en la búsqueda de petróleo en solares de propiedad de su familia en el valle de Lerma; como directora de Parques y Paseos en Jujuy pero, al poco tiempo regresa nuevamente a esta provincia  para proseguir en el rastreo de hidrocarburos.

Ante un nuevo fracaso económico ya que, en 1929, debió prescindir de sus obreros, y continuó sola esta hazaña. Según se cuenta que en una circunstancia “un arriero la encontró desvanecida la vera de una huella  en la montaña, y ante ese estado la trasladó a Salta donde en el hospital un el médico determinó que padecía de hambre".

Buscando su recuperación trabajó por espacio de diez años como docente  y en 1934 regresó a la Capital Federal
  
Durante su residencia en Salta, la que alternaba entre la casa de su hermano (Mitre y Ameghino) o en un hospedaje ubicado en Zuviría y España.

FUENTES: Hemeroteca de la Biblioteca Provincial de Salta “Doctor Victorino de la Plaza”;  Archivo y Biblioteca de la Curia Eclesiástica de Salta; Archivo y Biblioteca Históricos de Salta; Biblioteca Genealógica de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; de diarios de Tucumán y Salta y, como así, de testimonio de periodistas –entre ellos mi tío Luis David Mendieta, en aquel entonces de desempeñaba como corresponsal del diario “La Nación” de Buenos Aires – quienes dialogaron con la artista mientras desayunaba en una confitería ubicada en Facundo de Zuviría y España, a media cuadra de la Iglesia Catedral.

**Años después, en reconocimiento de su brillante trayectoria artística el Congreso de la Nación instituyó como el “Día del Escultor” el 17 de noviembre, en recordación a su natalicio.


Como artista fue laureada con tres premios mundiales en Francia, Australia y Rusia.



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